No sólo a Bernie. También a mucha gente que considera que tiene un “derecho” a que el estado le dé todo o a una gran parte o una parte importante de lo que se produce en una economía.

LO QUÉ MURRAY ROTHBARD PODRÍA ENSEÑARLE A BERNIE SANDERS ACERCA DE DERECHOS

Por Bradley Thomas

Fundación para la Educación Económica
Domingo 23 de junio del 2019


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra subrayada, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/what-murray...-about-rights/

No existen derechos “a” bienes o servicios económicos, pues los derechos involucran la libertad de acción, ausente una indeseada interferencia de otros.

No es nada nueva la idea de que hay algún tipo de autoridad moral para que el estado mantenga al pobre. Franklin Delano Roosevelt declaró hace casi 90 años (declared nearly 90 years) que

“Una libertad individual verdadera no puede existir sin que haya seguridad e independencia económica.”

En el 2019, los progresistas y los socialistas democráticos han subido la apuesta, declarando ahora que todo es un “derecho,” desde un empleo a una vivienda al cuido de la salud. Un ejemplo es el discurso reciente del candidato presidencial Bernie Sanders, quien apareció en los encabezados de medios, en que proclamó que los “derechos económicos son derechos humanos,” y alegó por una “Declaración de Derechos económicos del Siglo XXI.” Tales “derechos,” según Sanders, incluyen cuido de calidad de la salud, vivienda asequible, y educación, entre otras cosas.

MEZCLANDO “DERECHOS” CON PRODUCTOS

Sin embargo, los argumentos de Sanders corrompen por completo el mismo concepto de “derechos” e ignorantemente mezcla derechos con bienes y servicios escasos.

Bienes y servicios, como cuido médico, educación y vivienda, simplemente no existen en un estado natural. Ellos son producidos usando trabajo humano combinado con bienes de capital. Lo que, en realidad, están diciendo Sanders y otros, al declararlos “derechos económicos,” es que alguna gente tenga el derecho al trabajo de otros.

No obstante, en términos más prácticos, lo que Sanders y otros imaginan es que un sistema de hospitales, suplidores médicos, educadores y trabajadores de guarderías, quienes brindan esos servicios, se financie por el gobierno. En vez de declarar como un derecho de alguno al trabajo de los mismos proveedores del servicio, este sistema declara un derecho sobre una porción de los frutos del trabajo de la mano de obra de todos (o de la mayoría) de los trabajadores productivos, en forma de impuestos para pagar por esos servicios.

LOS DERECHOS SON UNIVERSALES Y NO COMPETITIVOS

[Nota del traductor: en economía “no competitivos” (non-rivalrous, en inglés) significa que un bien adquirido por alguien, también, puede ser adquirido por alguien más].

Incluso más, los derechos económicos de Sanders violan un principio básico de los derechos, sobre lo cual Murray Rothbard escribió en 1982 en su libro The Ethics of Liberty (La Ética de la Libertad). Específicamente, arguyó que las leyes morales o éticas deben ser universales y verdaderas para todos los individuos “independientes de tiempo y lugar.”

Él puso el ejemplo de un supuesto derecho a tres comidas al día, expresando que

“si alguien afirma que todo hombre tiene ‘derecho natural’ a tres excelentes comidas al día, se vería con deslumbrante claridad que está cometiendo una falacia, pues en numerosos tiempos y lugares es físicamente imposible proporcionar estas comidas a todos o ni siquiera a una mayoría de la población.”

Por supuesto, esto es aplicable con igual validez a la provisión de cuido médico o de educación. El acto estatal de gravar al trabajo para financiar bienes y servicios para otros significa que “el agresor impone su voluntad sobre la propiedad natural de un tercero ̶ priva a otra persona de su libertad de acción o del ejercicio pleno de su natural auto posesión.”

Más específicamente, para que sea “universal,” un derecho debe ser no competitivo. Algo es no competitivo cuando su uso por un individuo no limita la cantidad disponible para el uso por otros.

Claramente, bienes como cuidado médico y educación no satisfacen el criterio de ser no competitivos. Los doctores y los maestros sólo pueden operar o enseñar al mismo tiempo a cierta cantidad de gente. Su provisión de servicios a algunos necesariamente excluye esa provisión para otros.

Por contraste, los verdaderos derechos pueden ser ejercitados universalmente por todos y, en efecto, son no competitivos. Cada individuo puede disfrutar de su derecho a la propiedad de sí mismo y de su libertad de acción, al tiempo que no limita el ejercicio de los derechos a otros. Todo mundo puede simultáneamente disfrutar de ser libres de la agresión y compulsión por parte de otros, simplemente a través del ejercicio de una interacción social voluntaria y consensuada.

LOS DERECHOS PUEDEN DERIVARSE DE LA NATURALEZA HUMANA

Brindar más luz sobre este tema requiere de una discusión que defina exactamente qué son derechos y una cadena de deducción lógica que nos permita llegar a ello. Con capacidad, Rothbard completó esta tarea en La Ética de la Libertad, usando la teoría de la ley natural. “La ética de la ley natural establece que, para todos los seres vivientes, es ‘bueno’ lo que significa satisfacción de lo que es mejor para ese tipo concreto de criatura,” escribió Rothbard.

Para determinar que es lo “bueno” para los humanos, afirmó Rothbard, podemos examinar la naturaleza del hombre al igual que como a cualquier otra criatura viviente. “Si todas las cosas tienen su naturaleza, entonces, es seguro que la naturaleza humana está abierta a la inspección,” declaró él.

“La ley natural aclara, pues, qué es mejor para el hombre ̶ qué fines se deben perseguir por ser los más acordes con su naturaleza y los que mejor tienden a realizarla,” concluyó él.

Rothbard, tan efectivamente como lo hace en economía, utiliza el ejemplo de un “Robinson Crusoe” que vive en aislamiento, para construir un marco para la ley natural. Al principio, escribe Rothbard, Crusoe

“Tiene que aprender todos sus conocimientos. Aprende así que tiene numerosos fines, diversos proyectos que desea realizar y muchos de los cuales tiene que llevar a cabo para sustentar su vida: alimentos, refugio, vestidos, etc.”

También, Crusoe debe aprender cómo lograr esos objetivos, según Rothbard.

“Para lograr sus fines debe tomar los recursos que le ofrece la naturaleza y transformarlos, de la manera más hábil y productiva que le sea posible, en objetos útiles, en formas y lugares que él pueda usar — y sólo de esta manera puede conseguir la satisfacción de sus necesidades.”

Partiendo de esto, podemos concluir que “Crusoe debe producir antes de poder consumir y de forma que así él pueda consumir.”

En resumen, el hombre debe usar su razón para adquirir conocimiento acerca de cómo transformar la naturaleza alrededor suyo, para poder sobrevivir y satisfacer sus fines. “La razón es el instrumento del conocimiento del hombre y de su auténtica supervivencia,” escribió Rothbard.

AUTO POSESIÓN Y COMPORTAMIENTO DESTRUCTIVO

Pero, si él se involucra en un comportamiento dañino, lo cual Rothbard describió como “un acto directamente dirigido contra su vida y su salud,” tal como, con conocimiento, comer hongos venenosos, esta “decisión habría sido objetivamente inmoral.”

Por tanto, concluyó Rothbard,

“[la] ley natural proporciona un cuerpo objetivo de normas éticas en virtud del cual se pueden juzgar las acciones humanas en todo tiempo y lugar.”

La auto posesión es el componente crítico, razonó Rothbard, pues el hombre debe ser libre de usar su razón para sobrevivir y ejercitar su “propiedad natural de sí mismo.”

Pero, el hombre no vive en un aislamiento. Los humanos viven e interactúan en un contexto social. Por tanto, podemos transitar hacia un entendimiento de los “derechos” al aplicar la ley natural a las interacciones del hombre con otros.

Debido a que los humanos deben actuar para poder sobrevivir y satisfacer sus fines, como lo explicó Rothbard, los “derechos” son la libertad de perseguir los medios elegidos para satisfacer los deseos y necesidades de uno, sin la agresión o coerción de otros.

DERECHOS DE PROPIEDAD SOBRE EL PROPIO CUERPO DE UNO

En este terreno, Rothbard afirmó que el derecho a la propiedad de uno mismo necesariamente implica que “el concepto de ‘derechos’ sólo tiene sentido como derechos de propiedad.”

Como lo explicó él, “el derecho de la persona sobre su propio cuerpo, su libertad personal, es tanto un derecho de propiedad sobre su persona como un ‘derecho humano.’”

Dado que las personas son dueñas de sí mismas, naturalmente poseen no sólo su trabajo, sino también los frutos de su él. Por tanto, agredir para causar daño físico a alguien o para tomar su propiedad, son los medios por los que se violan los derechos.

No existen derechos “a” bienes o servicios económicos, pues los derechos involucran la libertad de acción, ausente una indeseada interferencia de otros.

EL USO EXCESIVO DEL TÉRMINO “DERECHOS”

El concepto de “derechos económicos” es una falacia. Ítems como el cuido de la salud y la educación no son derechos. Son bienes y servicios escasos creadas con el trabajo humano. Nadie tiene un derecho sobre el trabajo de otros, debido a que hacer cumplir esos “derechos” viola nuestro derecho natural a la propiedad de uno mismo.

También, ponerles impuestos a algunos para pagar por esos bienes económicos viola el derecho a la propiedad de uno mismo, pues, por la fuerza, le quita la recompensa por una actividad productiva y empodera al agresor con la habilidad de disponer de ella, según le plazca al agresor.

El debate actual acerca del “derecho” al cuido de la salud, a la educación y a otros bienes económicos es simplemente un intento de los estatistas por redefinir el concepto de derechos, para imponer un mayor poder político sobre espacios mayores de nuestras vidas y libertad.

Hay muchas cosas en juego como para dejar que ellos se salgan con la suya.

Bradley Thomas es el creador del sitio en la red Erasethestate.com y es un activista libertario y un escritor, con 15 años de experiencia en investigación y de escribir acerca de filosofía política y de economía.