UNA CARTA ABIERTA A LOS SOCIALISTAS DEMOCRÁTICOS QUE ESTÁN VISITANDO ATLANTA

Por Zilvinas Silenas

Fundación para la Educación Económica
Miércoles 7 de agosto del 2019


Adherir la palabra “democrático” no cambia las cosas. El socialismo nunca ha sido democrático.

Apreciados socialistas democráticos que visitan la ciudad,

Los Socialistas Democráticos de los Estados Unidos están realizando su conferencia anual en Atlanta, Georgia, a principios de agosto. Como un recién forjado ciudadano de Atlanta (por la vía de Lituania), yo les doy la bienvenida. Pero, también quiero pedirles un favor.

DEFINIENDO TÉRMINOS

Si ustedes quieren argumentar a favor de que exista un cuido de la salud de un pagador único, impuestos, elevados o cualesquiera otras grandes políticas gubernamentales ̶ está bien, háganlo. Pero, por favor no lo llamen “socialismo democrático.”

Para aquellos de ustedes que no han experimentado el socialismo, la expresión “socialismo democrático” puede parecer inocente y, tal vez, hasta idealista. Como alguien quien ha vivido bajo él, para mí, el socialismo es opresión, ocupación, asesinato en masa, severa privación material y carencia completa de libertad.

A pesar de lo anterior, en un espíritu de libertad, de todo corazón defiendo su derecho a usar la expresión “socialismo democrático.” Simplemente les pido que no lo hagan. Usar esa expresión no es simplemente adoptar la marca política de última moda, “despertar”. Es rehabilitar una ideología responsable de algunas de las atrocidades más grandes de la historia (así como de muchas de la actualidad).

Y, adherir la palabra “democrático” a socialismo, no cambia las cosas. El socialismo nunca ha sido democrático. Las democracias protegen a la minoría del abuso de la mayoría. Una sociedad en donde no están protegidos los derechos inalienables a la vida, libertad, propiedad y búsqueda de la felicidad, no es una democracia, sino algo mucho más cercano al gobierno de la turba.

EJEMPLOS E IDEALES ENGAÑOSOS

Y, sin embargo, los países socialistas incluso nunca lograron un verdadero gobierno de la mayoría. Los socialistas llegaron al poder y mantuvieron el control por medio de la opresión física, literal, del pueblo. En la Unión Soviética, la gente que no estuvo de acuerdo con la doctrina socialista fue fusilada o bien dejada a que muriera de hambre. Posteriormente, a las personas que no estuvieron de acuerdo con el socialismo se les puso en hospitales psiquiátricos y, en muchos casos, fueron obligadas a tomar drogas que destruyeron sus mentes.

Por favor, también dejen de señalar a los países escandinavos como ejemplos exitosos de “socialismo democrático.” No lo son. Usted puede, por ejemplo, afirmar que sus gobiernos desempeñan un mayor papel en el cuido de la salud o que ciertas tasas de impuestos son más altas que en los Estados Unidos. Pero, eso requiere un examen cuidadoso, caso por caso, lo cual le brindará resultados inesperados. Por ejemplo, Suecia y Noruega tienen más multimillonarios per cápita que los Estados Unidos. En los países escandinavos están extendidas la libre elección de las escuelas y los bonos a los estudiantes. Y Dinamarca, Noruega y Suecia son consistentemente calificados en los lugares más altos del Índice de Facilidad para Hacer Negocios del Banco Mundial (los Estados Unidos están de octavos).

Los propios escandinavos insisten en que ellos no son “socialistas democráticos.” Escuchen al Primer Ministro de Dinamarca decir: “Yo se que alguna gente en los Estados Unidos asocia al modelo nórdico con algún tipo de socialismo. Por tanto, me gustaría aclarar una cosa. Dinamarca está muy lejos de ser una economía planificada. Dinamarca es una economía de mercado.”

Finalmente, si ustedes consideran que la desigualdad es demasiado alta bajo el capitalismo, échenle una ojeada a la desigualdad en los países socialistas. La Unión Soviética tenía tiendas de alimentos especiales para los miembros del partido, a las cuales a la gente común y corriente no se le permitía entrar. ¿Piensan ustedes que los mercados dañan al medio ambiente? Tan sólo miren la devastación medioambiental provocada por la Unión Soviética, por ejemplo, Chernobyl y el Mar Aral. ¿Y los derechos humanos? No hagan que comience…

Al final del día, ¿quieren aumentar los impuestos? ¿Tener mayor intervención en las vidas personales de la gente? Está bien (aunque todavía pienso que es una mala idea y lucharé contra ella). Pero no usen la expresión “socialismo democrático.” El socialismo ha causado demasiado sufrimiento como para que hoy se le otorgue alguna credencial.

Este artículo se reimprime con el permiso del periódico Atlanta-Constitution.

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Zilvinas Silenas llegó a ser presidente de la Fundación para la Educación Económica (FEE) en mayo del 2019. Entre el 2011 y el 2019 sirvió como presidente del Instituto Lituano de Libre Mercado (LFMI), llevando la organización y su mensaje de reforma de política económica de libre mercado, al frente del discurso público de Lituania. De hecho, en ese papel, él y el LFMI ganaron dos prestigiosos Premios a la Libertad Templeton (2014 y 2016) por el Índice de Ejecución Municipal y el libro de texto Economía en 36 Horas, actualmente usado por el 80% de los estudiantes de colegio de Lituania. Silenas se graduó de economista en la Universidad Wesleyan y en la Universidad ISM de Administración y Economía, y ha servido en numerosos roles en enseñanza y asesoría. Él y su esposa Rosita viven en Atlanta, en donde disfrutan de explorar la campiña, asistir a actividades sociales y la ocasional invitación a juegos de basquetbol.