EL MANTENIMIENTO NO ES IMPORTANTE

Por Jorge Corrales Q.


Hace cierto tiempo, un puente del cual se habían señalado problemas serios de mantenimiento, terminó derrumbándose y ocasionando la muerte a varios ciudadanos, además de otros heridos. Creo que aún no se han sentado las responsabilidades del caso, pues, como vi recientemente en la televisión, víctimas y otros familiares de ellas indicaron que el gobierno nunca les compensó por el daño sufrido. Aparte de esto, esa tragedia fue una señal de la importancia que tiene el mantenimiento de obras en especial tratándose de puentes.
Lamentablemente, a hoy la lección de aquella tragedia sigue sin ser aprendida en el gobierno y, particularmente, en el ministerio responsable de ello.

En La Nación del 17 de junio, aparece un artículo que advierte, una vez más, la falta de mantenimiento de un puente importante. El artículo se titula “Daños en puente La Amistad llevan 5 años sin atender.”

Sucede que, hace un quinquenio, en mayo del 2014, en el infausto gobierno de Luis Guillermo Solís, se aprobó un plan de intervención de puentes y alcantarillas que incluía el caso del puente La Amistad, el cual fue donado por el gobierno de China Taiwán tiempo antes. Según informa el medio, “el paso solo ha sido sometido a labores menores de limpieza y mantenimiento,” pero en la actualidad, el Consejo Nacional de Vialidad (CONAVI) está definiendo si el puente se remozará por completo o sólo lo más urgente, “como es el cambio de la junta de expansión y reforzamiento de los apoyos.” De hecho, en esos 5 años lo más que se le hizo al puente fue soldar una junta de expansión que se había desprendido. Por lo demás, sólo maquillaje, por así decirlo.

En el 2014, el LANAMME expuso una serie de obras que deberían realizarse en dicho puente: (1) “iniciar y mantener un programa de mantenimiento periódico” que nunca se había puesto en práctica; (2) dar mantenimiento “al sistema de pintura y sustituir la junta de expansión;” (3) inspeccionar detalladamente los apoyos del puente y el estado de la “superstructura y subestructura” de una sección afectada por el terremoto del 2012; conocido como el de Sámara; (4) restringir a 60 kilómetros por hora la velocidad máxima en el puente; (5) revisar el daño por corrosión en los anclajes de los cables del puente; (6) reparar los daños en el concreto y los bordes de las juntas y en la pista de rodamiento. De hecho, en el 2017 se inspeccionaron los apoyos y se encontró una pieza totalmente dañada. Según señaló hace poco el LANNAME, el asunto más urgente de arreglar es la junta de expansión de la platina, pieza que hace tiempo terminó su vida útil y debió haberse cambiado hace más de cinco años.

En Alemania, parte crucial de su política de infraestructura vial y de puentes es darles el mantenimiento requerido, por eso se mantienen en un excelente estado. Ojalá que esa lección de un país desarrollado y muestra de una infraestructura ejemplar, sea seguida en el caso del Puente de La Amistad, que tuvo un costo estimado de ¢10.140 millones donados por el gobierno de China-Taiwán, aunque, según las autoridades del gobierno, no tiene daño alguno que “pueda representar un riesgo para los usuarios.” Deben escucharse los razonamientos del LANAMME de darle el mantenimiento debido para evitar gastos mayores luego por la falta de mantenimiento y menos una desgracia.

Publicado en mis sitios de Facebook, Jorge Corrales Quesada y Jcorralesq Libertad, el 26 de julio del 2019.