La vigencia de las ideas de Adam Smith, considerado el padre de la economía moderno, que sin duda son útiles, pero no sólo para los políticos, sino también para las personas interesadas en la cosa pública.

CINCO LECCIONES PARA LOS POLÍTICOS EN EL ANIVERSARIO DEL FALLECIMIENTO DE ADAM SMITH

Por Caroline Breashears

Fundación para la Educación Económica
Jueves 16 de julio del 2019


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra subrayada, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/five-lesson...-smiths-death/

Es buen momento para que los políticos reflexionen acerca de las lecciones de Smith en “La Teoría de los Sentimientos Morales” y en “Una Investigación de la Naturaleza y Causa de la Riqueza de las Naciones.”

Ayer lancé monedas en la tumba de Adam Smith. No fui la primera en hacerlo, ni seré la última, en especial al aproximarnos al aniversario de su muerte: el 17 de julio de 1790. Las monedas en la tumba de Smith son un tributo que pago por su sabiduría acerca de la moral, la economía y el papel del gobierno.

Hoy es urgente entender el papel del gobierno, cuando hay guerras en Twitter suplantando liderazgos y tensiones escalando adentro y entre nuestros partidos políticos. Es buen momento para que los políticos reflexionen acerca de las lecciones de Smith en “La Teoría de los Sentimientos Morales” (The Theory of Moral Sentiments) (TSM) y en “Una Investigación de la Naturaleza y Causa de la Riqueza de las Naciones” (An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations) (RN).

1. MANTENGA SU JUICIO IMPARCIAL

Para permanecer calmado y ético, Smith nos urge a todos, incluyendo a políticos, consultar a su “espectador imparcial.” Para invocar a este juez ideal, nos ubicamos fuera de nosotros mismos y observamos nuestro comportamiento desde la distancia. Este proceso, explica Smith en La Teoría de los Sentimientos Morales, es especialmente crítico en una “nación distraída por las facciones” en donde sólo unos pocos “preservan su juicio incólume ante el contagio general.” (TSM III.3.43)

El “comportamiento hiper partidario” de hoy es blanco del representante Justin Amash en su reciente declaración (statement ) ante su salida del partido republicano. Él dice que luchas crecientes con los demócratas han sustituido el trabajo real de gobernar: “Los partidos valoran ganar por ganar y a cualquier costo.”

Sin embargo, el precio de esa independencia es alto. Smith advierte que puede inspirar la ira de “los fanáticos furiosos de ambos partidos.”

“Un verdadero hombre de partido odia y desprecia la franqueza; y, en realidad, no hay vicio que tan efectivamente le descalifica para ser hombre de partido, como esa sencilla virtud. El espectador imparcial, verdadero y reverenciado, por tanto, está, como en ninguna ocasión, más alejado que en medio de la violencia y la furia de partidos contendientes.” (TSM III.3.43)

De hecho, cuando los políticos dejan de consultar a sus espectadores imparciales y ceden ante la facción, pierden su compás moral: “Por tanto, entre todos los corruptores de los sentimientos morales, la facción y el fanatismo siempre han sido los mayores.” (TSM III.3.43)

2. ENFÓQUESE EN LOS ELECTORES, NO EN LA BELLEZA DE SUS NUEVOS SISTEMAS

También los políticos pierden la perspectiva cuando diseñan sistemas para arreglar los problemas de la sociedad. La pobreza, desigualdad, cuido de la salud, deuda de estudiantes: nuestros políticos tienen soluciones amplias para todos esos problemas, como se hizo evidente en el primero y segundo debates en las primarias del partido demócrata en el 2019.

Como advierte Smith, en épocas de facciones, los líderes proponen “soluciones” inmediatas que harían del sistema existente un “nuevo modelo”:

“Una gran parte del partido comúnmente está intoxicado por la belleza imaginaria del sistema ideal, del cual no se tiene experiencia, pero que se les ha representado, en todos los colores más deslumbrantes con que la elocuencia de sus líderes lo pueden pintar” (TSM VI.ii.2.15).

A pesar de ello, la belleza de una idea no es prueba de su utilidad e incluso de su conveniencia. El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, promete que, si él fuera presidente, firmaría un decreto (sign an executive order) que garantizara una paga igual para los atletas femeninos y masculinos. ¿Acaso queremos que el presidente, en vez del mercado, tome tales decisiones? Alexander Yang [político demócrata precandidato a la presidencia en las elecciones del 2020] declara que, como presidente, promovería un Ingreso Universal Básico (Universal Basic Income.)¿Para financiar eso estamos dispuestos a pagar un IVA (Impuesto al Valor Agregado) e incrementar los impuestos a “los que más ganan” y a “la contaminación”?

Smith advierte que el “hombre doctrinario” [“man of system”] llega a ignorar la realidad de las vidas individuales, imaginando que las puede manipular como piezas de un ajedrez. La gente tiene sus ideas propias ya sea que abandona un plan o que lo rechaza del todo. El extremismo político no ayuda a nadie y “la violencia partidaria… al requerir demasiado, con mucha frecuencia no logra cosa alguna.” (TSM VI.ii.2.15)

3. ACUDA A LA MANO INVISIBLE

En vez de enfocarse en dádivas, los políticos deberían acudir a la “mano invisible.” Smith usa este término para el proceso por el cual los individuos al actuar en su interés propio, sin darse cuenta, están contribuyendo a un sistema más amplio que beneficia a todos.

En La Teoría de los Sentimientos Morales, Smith afirma que los ricos se complacen en lujos, pero su búsqueda de riqueza conduce a productos que también los pobres disfrutan. Sin proponérselo, el rico avanza los intereses de la sociedad. (TSM IV.1.10)

Él expandió esta idea en La Riqueza de las Naciones, reafirmándola en su obra:

“[Un hombre] sólo piensa en su ganancia propia; pero en este y en otros muchos casos es conducido, como por una mano invisible, a promover un fin que nunca tuvo parte en su intención… porque siguiendo… la mira de su interés propio promueve el de común con más eficacia, a veces, que cuando de intento piensa fomentarlo directamente.” (RN IV.ii)

La Riqueza de las Naciones documenta cómo la mano invisible permite que la riqueza crezca y economistas posteriores han confirmado lo que Smith sabía: que el capitalismo nos hace más prósperos.

En The Bourgeois Virtues [Las Virtudes Burguesas], Deirdre McCloskey señala que, a partir de 1800, la población del mundo ha aumentado “en un factor de seis.” Aún más, que “la cantidad de bienes y servicios producidos por la persona promedio del planeta, se ha elevado desde 1800 por un factor de ocho veces y media.”

Vale la pena hoy tuitear acerca de eso.

4. RESISTE LA PRESIÓN DE LOS INTERESES ESPECIALES

Abrazar el libre mercado significa evitar el capitalismo de los amigotes [crony capitalism]. Como lo hace ver Smith en La Riqueza de las Naciones, uno de los obstáculos más grandes para los mercados libres es la alianza entre líderes políticos y empresarios específicos. Él condena leyes “que el clamor de nuestros comerciantes y fabricantes han arrancado a los legisladores en defensa de sus propios monopolios absurdos y opresivos.” (RN IV, viii.17)

El punto de Smith vale para todos los intereses especiales, no simplemente a los manufactureros. Favorecer una actividad de negocios o a un grupo por encima de otros, daña a los contribuyentes, para los que trabajan los políticos.

Correcto. Los acuerdos endulzados con la industria del azúcar (sugar industry) dejan un sabor amargo en las bocas de los consumidores.

5. RECUERDE EL VERDADERO PAPEL DEL GOBIERNO

Finalmente, recuerde que nuestro gobierno existe para que haga lo que los ciudadanos no pueden hacer bien por sí mismos. Por ejemplo, Smith afirma que un papel clave del gobierno es defender a los ciudadanos ante amenazas del exterior. Eso es necesario en una era de armas avanzadas.

También, el gobierno es responsable de un sistema judicial que defienda nuestros derechos y propiedad. La lápida en la tumba de Adam Smith nos recuerda este punto, con una cita de La Riqueza de las Naciones: “La propiedad que el hombre tiene en su propio trabajo es la base fundamental de todas las demás propiedades, y por lo mismo debe ser el derecho más sagrado e inviolable de la sociedad.” (RN, I.X)

Pero, el gobierno no existe para resolver todos nuestros problemas. Como asevera Samuel Fleischacker (Samuel Fleischacker argues), Adam Smith pensó que las personas poseían sentido común y la habilidad de determinar lo que necesitaban. Ellas no necesitan la guía acerca de qué pensar o beber. Todavía no la sentimos.

PAGUEN UN TRIBUTO Y GUÍEN

Así que hoy, en el aniversario de la muerte de Adam Smith, los políticos deberían hacer una pausa y pensar cómo es que ellos pueden guiar. Necesitamos políticos que tomen en serio a los ciudadanos, en vez de involucrarse en luchas partidarias, avanzar sus carreras o planificar nuestras vidas. Necesitamos que los políticos paguen el tributo supremo a Smith: escuchen su consejo.



Caroline Breashears, profesora en la Universidad St. Lawrence University, quien recibió su doctorado de la Universidad de Virginia, se especializa en literatura británica del siglo XVIII. Sus publicaciones recientes incluyen Eighteenth-Century Women's Writing and the "Scandalous Memoir" (Palgrave Macmillan, 2017) y artículos en Aphra Behn Online y en el International Journal of Pluralistic and Economics Education. Recientemente fue Académica Adam Smith en el Liberty Fund, y su investigación actual se enfoca en Adam Smith y en la literatura. Enseña cursos acerca de cuentos de hadas, Literatura Británicas del siglo XVIII y Jane Austen.