MEJORANDO LA ENSEÑANZA DEL INGLÉS

Por Jorge Corrales Quesada


Tal vez este comentario ya no tenga vigencia al dejar de ser el señor Mora ministro de Educación, pero, como ya llegó una nueva, y ni no ha dicho todas las cosas que va a mantener o cambiar, me parece que, en general, la medida propuesta de elevar ciertas calificaciones para enseñar el idioma inglés en las escuelas y colegios, logra el efecto pretendido.

En esencia, se aumentarán los requisitos de conocimiento del idioma inglés de los maestros y profesores de esa materia. Según la noticia de La Nación del 9 de junio, titulada “MEP sube nivel de exigencia para escoger docentes,” el Servicio Civil aumentará los requerimientos en el concurso que realizará a fines de este año, para poder obtener una plaza en el MEP.

Se exigirá la certificación de calidad de las carreras de inglés certificadas o acreditadas por el Sistema Nacional de Acreditación de la Educación Superior (asumo que los estándares para dicha acreditación se elevarán) a los educadores graduados en dicha materia. Ello les dará un puntaje mayor sobre aquellos que provengan de una entidad no acreditada. No sé qué pensar, si se puede escoger entre un buen conocedor del idioma inglés por haber vivido en un país de esa habla por mucho tiempo y dominarlo perfectamente, comparado con alguien que pasó nada más por una escuela acreditada en el país, pero que no sabe enseñar. Algo parecido habría pensado si, por ejemplo, un don Constantino Láscaris o un don Teodoro Olarte, hubieran sido rechazados como maestros por no ser estar calificados para dar clases de filosofía, pues no venían de una entidad acreditada por algún órgano superior de control (¡claro que venían de universidades acreditadas!). Piense, también, sobre ese torpe requerimiento, en algunos casos notorio y que se sigue enfatizando, de ser miembro de un colegio profesional establecido por ley, para poder ser educador: eso no agrega nada a sus capacidades y habilidades de maestro.

En todo caso, tengamos fe en que esos “estándares internacionales” de cumplimiento que ahora se van a aplicar, se traducirán en mejores maestros y profesores, en este caso del idioma inglés, indispensable en gran parte del ámbito laboral del país.

Otra medida que se aplicará es la de elevar el nivel del conocimiento del inglés (de un B2 en el idioma burocrático a un C1), lo que permitirá que los postulantes a ese trabajo obtengan un mayor puntaje al cumplir los nuevos requisitos.

Hasta aquí las cosas parecen ir bien. Pero, ya la ANDE pide que, si ahora se va a requerir que el docente del inglés tenga más allá de un conocimiento básico como es hoy y que cumpla con los ahora propuestos, se le pague… pueden imaginarse qué… ¡un plus o recargo o incentivo! Si hubiera un proceso en donde las escuelas contrataran directamente a los maestros en un mercado competitivo y que los sueldos se pagaran según resultados, los nuevos contratados, presuntamente mejores que los anteriores, de hecho, ganarían un sueldo mayor, pero no porque la burocracia sindical logra imponer una nueva obligación sobre la ciudadanía, sino porque así los valoran los mercados. Por eso aplaudo la reacción de la funcionaria de recursos humanos del MEP, Yaxinia Díaz, quien, según el medio, dijo ante esa pretensión que no sólo el MEP ya no aceptaría educadores con un nivel básico de inglés, sino, también y muy claramente, que “de ninguna manera se les va a pagar un recargo.”

Ojalá todo termine bien. Pero, los ciudadanos haremos bien estando atentos a este desarrollo que aparenta ser muy positivo y que, de ser así, no se pierda en la vorágine del ingreso del nuevo ministro de Educación. Seguirá siendo importante, llegue quien llegue, detener el abuso con una serie de pluses de privilegio.

Publicado en mis sitios de Facebook, Jorge Corrales Quesada y Jcorralesq Libertad, el 19 de julio del 2019.