FIAT IUSTITIA…

Por Jorge Corrales Quesada


Tal vez usted notó qué tan poca mención se le dio al informe de la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), la expresidenta de Chile, Michelle Bachelet, acerca de la situación reciente de derechos humanos reciente en Venezuela.

Es entendible que la izquierda local amante del socialismo del siglo 21 haya decidido guardar silencio al respecto. Después de todo, siempre han alegado que en aquel país no hay una dictadura, que en él los derechos humanos se respetan y que es la agresión constante de la burguesía la causa de las muertes y desaparecidos en ese país. Pero, creo que ese silencio se debe a algo más profundo: que el relato viene rubricado por una expresidenta socialista de Chile, quien, supuestamente, debería cobijar todo bajo el manto mágico del “socialismo.” Sin duda que esa integridad moral de la señora Bachelet les ha dolido in extremis: “¿Una de las nuestras? ¡Qué osadía! ¿Cómo se atreve a criticar a aquel socialismo que, en palabras de su líder originario, Hugo Chávez, era ‘un nuevo tipo de socialismo, uno humanista, el cual pone a los humanos, y no a las máquinas o al estado, por delante de todo?’”

Desnudar de tal forma a “aquel mundo mejor que estaba siendo creado,” como dijo del socialismo del siglo 21 el intelectual de la izquierda Noam Chomsky al visitar Venezuela en el 2009, fue vergonzoso para algunos, excepto para recalcitrantes que ahora prefieren esconderse ante la ignominia diseminada por su compañera de luchas, Bachelet. Si se busca justificación contra lo que la expresidenta heroicamente denunció, tal vez les sirvan las palabras de un abanderado de la izquierda bolivariana, quien escribió en la Revista Jacobina [Jacobin Magazine] en el 2014 que “Si estamos contra la brutalidad innecesaria, no obstante, hay otra forma radicalmente democrática de brutalidad, de la que no podemos renegar del todo…. [es] la brutalidad igualitaria, la dictadura radicalmente democrática de los miserables de la tierra. Aquellos que hoy son calumniados… son de hecho la expresión más directa y orgánica de los miserables de la tierra venezolana.” Ahí está la justificación que la izquierda puede usar para descalificar el informe Pinochet: el fin justifica los medios… aunque sean medios inmorales. La justificación totalitaria para los serviles ideológicos.

Después de visitar Venezuela entre el 19 y el 21 de junio, Michelle Bachelet dio su informa este 4 de julio, basada en datos “suministrados por el propio gobierno venezolano,” como indicó la vocera de la ACNUDH, Ravina Shamdasani. Ese informe señala que “Las autoridades clasifican las muertes violentas resultantes de las operaciones de seguridad como ‘resistencia a la autoridad.’ El número de estas muertes es inusualmente alto. En 2018, el Gobierno registró 5.287 muertes violentas en esa categoría, en tanto que la ONG Observatorio Venezolano de la Violencia (OVV) notificó por lo menos 7.523 muertes violentas de esa categoría. Entre el 1 de enero y el 19 de mayo de 2019, el Gobierno notificó 1.569 muertes violentas por ‘resistencia a la autoridad.’ El OVV informó de al menos 2.124 de esas muertes entre enero y mayo de 2019. La información analizada por el ACNUDH indica que muchas de esas muertes violentas pueden constituir ejecuciones extrajudiciales.”
Ante esto, la señora Bachelet pide el “desarme y desmantele a los grupos armados civiles progubernamentales (los llamados ‘colectivos armados’) y garantice la investigación de sus delitos”, a los que señala como responsables de la mayor parte de esos 5.287 muertos. Y que se “detenga, condene públicamente, castigue y prevenga todos los actos de persecución y represión selectiva por motivos políticos, incluidas la retórica estigmatizadora y las campañas de desprestigio” pero, con cinismo obvio, el gobierno totalitario respondió que “en Venezuela no existen personas detenidas por tal condición.” ¡Típica invisibilidad de las víctimas que siempre hace el totalitarismo!

Como parte de sus conclusiones, el informe agrega que se “Adopte de inmediato medidas para cesar, subsanar y prevenir las violaciones de los derechos humanos, en particular las violaciones graves, como la tortura y las ejecuciones extrajudiciales y lleve a cabo investigaciones prontas, efectivas, exhaustivas, independientes, imparciales y transparentes de las violaciones de los derechos humanos, incluidas las muertes de indígenas, y lleve a los responsables ante la justicia.” Son las violaciones a aquellos derechos humanos que el socialismo del siglo 21 dijo que respetaría.

Además, se señala que “al ACNUDH le preocupa que las autoridades puedan estar utilizando a las FAES y a otras fuerzas de seguridad como instrumento para infundir miedo a la población y mantener el control social.” Esas FAES son copia de los comités de defensa de la revolución de los cubanos, que también vemos en Nicaragua en las manifestaciones contra el totalitarismo sandinista, donde se lanzan fuerzas gubernamentales paralelas motorizadas, para golpear y detener a ciudadanos que ejercen sus derechos.

Tengo entendido que el actual presidente de Chile, señor Sebastián Piñera, ha pedido que ese informe sea trasladado a la Corte Penal Internacional, pues tales matanzas no pueden dejarse de lado sin que se responsabilice de ellos al tirano de Venezuela y a sus verdugos. Ojalá que sea así y que, dado que en la propia Venezuela la justicia está bajo el control total del gobierno responsable de esos crímenes, la justicia sea hecha en una corte que sí goza del respeto universal del mundo civilizado.

Publicado en mis sitios de Facebook, Jorge Corrales Quesada y Jcorralesq Libertad, el 13 de julio del 2019.