Lo que sea que ponga en riesgo el gobierno del totalitario, será ocultado o falseado: ley de la supervivencia de la dictadura.

QUÉ ES LO QUE USTED VE CUANDO VISITA LA ZONA DE EXCLUSIÓN DE CHERNOBYL

Por Bill Wirtz

Fundación para la Educación Económica
Jueves 13 de junio del 2019


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra subrayada, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/what-you-se...xclusion-zone/

Chernobyl no fue un fracaso de la tecnología. Fue el fracaso del colectivismo y de su confianza ciega en la autoridad del estado.

Si bien mucha gente está viendo la nueva serie de HBO, Chernobyl -postulada para convertirse en el nuevo Juego de Tronos, con base en calificaciones y análisis- fui a Ucrania a ver la verdadera Zona de Exclusión.

UN FRACASO DEL COMUNISMO

Ubicada en el perímetro de 30 kilómetros (18 millas), hay una estación de control fronterizo, en donde funcionarios inspeccionan su pasaporte y registro de viajes. En el mismo retén, al salir, los visitantes son revisados por la radiación. A los que ingresan se les requiere usar pantalones largos y camisas de manga larga, y es prohibido comer y beber en los exteriores. A usted no se le permite tocar nada, mucho menos llevársela.

Al llegar al perímetro de 10 kilómetros (seis millas), el contador Geiger muestra niveles más altos de radiación, pero sólo en ciertos puntos calientes, a los que los guías del viaje apuntan ansiosamente para que los veamos. La gente en Chernobyl de nuevo vive y trabaja normalmente, sujeta a ciertas restricciones y, después de la instalación en el 2016 del Confinamiento Nuevo y Seguro (New Safe Confinement), incluso los niveles alrededor del reactor que explotó son menores que aquellos producidos en un vuelo a una altitud de seis millas. Durante la visita de ocho horas, la dosis de radiación que recibí fue 25 veces menor que la recibida en un examen de rayos X de los pulmones. Probablemente hoy las visitas sean seguras, pero no siempre fue así.

Chernobyl de HBO muestra con mucha exactitud cómo la población de Pripyat, pueblo en donde vivían los trabajadores de la planta nuclear, fue mantenida en la oscuridad e incluso fue obligada a participar en actividades en los exteriores, a pesar de los niveles peligrosamente altos de radiación. A la dosis que recibieron los habitantes, la radiación altera la composición de la sangre, que fácilmente puede conducir a formas fatales y dolorosas de cáncer. Los empleados públicos del Partido de la Unión Soviética [apparatchik, en ruso coloquial], no quisieron admitir haber hecho mal alguno o haber fracasado en su comportamiento. Moscú le había dicho a su población que la energía nuclear era segura y que el estado no podía cometer errores. Fue sólo cuando la lluvia radioactiva golpeó a Europa Occidental y Norte, que la maquinaria soviética ya no pudo usar más su Cortina de Hierro para esconder la verdad ante los ojos del mundo.

Las razones del accidente provienen de dos factores: Tanto la carencia de recursos financieros de la Unión Soviética (y, a causa de ella, los ahorros en infraestructura) como la incompetencia y arrogancia de las principales autoridades del reactor que provocó el desastre. Anatoly Dyatlov era el segundo ingeniero principal de la Planta de Energía Nuclear de Chernobyl y supervisaba la prueba de seguridad del poder del reactor nuclear RBMK, durante la noche del accidente, el 26 de abril de 1986.

La prueba tenía como objetivo eliminar un problema potencial de seguridad: Durante un corte eléctrico, el generador de emergencia requería 60 segundos para bombear agua de regreso a través del corazón de la planta. Dyatlov falló en seguir el procedimiento de la prueba, provocando una incontenida reacción nuclear en cadena. Fallos importantes en la construcción de la planta, ocultados por la maquinaria soviética de secretismo, condujeron a la explosión del corazón de la planta.

EL ESTADO DEL ENGAÑO

Según los guías del viaje a Chernobyl, la serie de HBO dramatiza al acontecimiento en exceso y agrega elementos que en los hechos no son ciertos. No hay evidencia de que altos niveles de radiación puedan conducir al sabor metálico en su boca. Si bien la radiación puede influir en sus funciones neurológicas y hacer que usted imagine cosas, es poco posible que simultáneamente todos los bomberos experimenten el mismo fenómeno. También, que la explosión del reactor no produciría una luz brillante que se dispara hacia el espacio, como lo presenta la miniserie.

A pesar de lo anterior, el comportamiento de la maquinaria propagandística soviética sí se describe con exactitud. La confianza fanática en el estado y el encubrimiento gubernamental condujeron a la muerte y enfermedades fatales de mucha gente y podría haber resultado en el incidente creado por el hombre más mortal de la historia humana (la serie explica como el escenario del peor de los casos fue evitado con un gran costo humano).

Exactamente cuánta gente murió debido al desastre de Chernobyl permanece siento tema de debate, el cual es político. La Unión Soviética reconoció 31 muertes, que incluyen a personal de la planta nuclear y a los bomberos de primera respuesta, quienes murieron envenenados por la radiación. Esto es inexactamente presentado en la serie de HBO, la da cual la impresión de que todos los que respondieron de primero murieron, cuando en realidad sólo un 20 por ciento (only 20 percent) de quienes llegaron primero, terminó muriendo por la radiación.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) (According to the World Health Organization (WHO)), el número verdadero de personas que murió debido a Chernobyl es de 4.000. Uno de los principales hallazgos de la investigación internacional, la que se realizó por 20 años después del incidente, fue este:

“Aproximadamente 1.000 del equipo en el sitio del reactor y de trabajadores de emergencia, estuvieron fuertemente expuestos a un nivel alto de radiación el primer día del accidente; de entre los más de 200.000 trabajadores de la operación de emergencia y recuperación que estuvieron expuestos durante el período de 1986-1987, puede esperarse en sus vidas, que una estimación de 2.200 muertes sea causada por la radiación.”

EL ENCUBRIMIENTO COMUNISTA

La Unión Soviética encubrió las consecuencias del desastre, y la Federación Rusa no quiere asumir responsabilidad alguna (que sería financiera) por Chernobyl. En realidad, las labores de ingeniería y financiamiento provienen de la comunidad internacional, y la ahora independiente Ucrania carga con las consecuencias para la región.

Por otra parte, las consecuencias se sobredimensionan para fines del activismo contra la energía nuclear. Michael Shellenberger cuestiona en la revista Forbes (in Forbes) la validez de las estimaciones de las Naciones Unidas y deja las cosas claras en torno a muchos de los falsos alegatos que hace la miniserie de HBO. En efecto, Chernobyl es usado como parte de un esfuerzo por hacer a la energía nuclear menos creíble y confiable. En la realidad, el incidente de la URSS no tiene nada que ver con las plantas modernas de energía nuclear. Pero, Shellenberger es también demasiado sombrío cuando se trata de los efectos de la serie. Chernobyl de HBO retrata tan bien la incompetencia de un superestado colectivizado al igual que como exagera y dramatiza las consecuencias de la radiación.

Quienquiera que hoy visite el sitio, ve que el desastre humano causado por la Unión Soviética fue muy real y palpable. La naturaleza rápida de la evacuación todavía hoy puede sentirse en el pueblo fantasma de Pripyat, en medio de supermercados, hospitales y juguetes de niños, que quedaron abandonados. El desastre nuclear de Chernobyl fue uno de los peores fiascos del comunismo. La naturaleza inherente al sistema se proyectó hacia los rangos más bajos, lo que promovió la negación de cualquier error cometido en el procedimiento. Si los apparatchiks comunistas no hubieran estado tan ansiosos de cuidar la reputación, se podría haber evitado mucho del sufrimiento humano.

Chernobyl no es el fracaso de la tecnología (que también ha sido objeto de vastas mejoras desde 1986 y nunca estuvo en una situación similar en Occidente en la década de 1980), sino el fracaso del colectivismo y de una confianza ciega en la autoridad del estado. Debería servir como lección de que todas las cosas buenas y eficientes pueden ser destruidas por la ira del comunismo.

Bill Wirtz es un miembro de Young Voices. Su trabajo ha aparecido en varias publicaciones, incluyendo Newsweek, Rare, RealClear, CityAM, Le Monde y Le Figaro. También trabaja como Analista de Políticas en el Consumer Choice Center.