Tal vez este comentario le ayude a comprender por qué las políticas económicas recientemente puestas en prácticas en el país, no son las mejores y los resultados serán en consonancia con aquellas: afectará fuertemente el crecimiento y bienestar económico.

LAS PREDICCIONES DE KRUGMAN ACERCA DE LA “AUSTERIDAD” NO ESTÁN ENVEJECIENDO BIEN

Por John Phelan

Fundación para la Educación Económica
Viernes 7 de junio del 2019


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra subrayada, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/paul-krugma...-t-aging-well/

A los argumentos de Paul Krugman no les va bien al enfrentar la evidencia en un nuevo libro escrito por los economistas Alberto Alesina, Carlo Favero y Francesco Giavazzi, titulado “Austeridad: Cuando Funciona y Cuando No.”

En agosto del 2008, el economista Olivier J. Blanchard publicó un artículo titulado “The State of Macro.” En él escribió que

“Por un rato después de la explosión de la macroeconomía en los años de 1970, el área parecía como un campo de batalla. Sin embargo, con el paso del tiempo, en mucho porque los hechos no desparecen, ha emergido una visión ampliamente compartida tanto acerca de fluctuaciones como de metodología.”

¿TERMINA EL GASTO GUBERNAMENTAL CON LAS RECESIONES?

Según el National Bureau of Economic Research (NBER), que publicó el artículo de Blanchard, la economía de los Estados Unidos, en esa época, tenía ya nueve meses de estar en una recesión, la que duraría otros nueve meses, hasta junio del 2009. Lo mismo sucedió en otras partes, como Gran Bretaña y mucho de la eurozona, que también cayeron en recesiones profundas y prolongadas. Al encogerse las economías, los déficits presupuestarios se dispararon y la deuda gubernamental se fue por las nubes. Y, al regresar la recuperación, fue la más lenta, según los registros.

El consenso de Blanchard se hizo pedazos a la luz de estos acontecimientos. Los economistas empezaron a gritarse entre sí, en términos amargos. Algunos abogaron por un mayor gasto gubernamental para impulsar la demanda agregada, diciendo que los déficits y la deuda eran problemas que quedaban para otro día. Otros afirmaron que esas explosiones de déficits presupuestarios eran una amenaza para la economía, no una cura.

Tal vez el proponente más vocal del primer punto de vista fue Paul Krugman. En su libro del 2012, End This Depression Now! [¡Acabad ya con esta Crisis!], aseveró que “no tenemos necesidad de estar sufriendo tanto y destruyendo tantas vidas. Es más, podríamos terminar esta depresión tanto más rápida como fácilmente, como nadie se lo imagina.” Todo lo que teníamos que hacer, afirmó Krugman, era elevar el gasto gubernamental. “Una explosion del gasto gubernamental fue lo que terminó la Gran Depresión,” escribió, “y hoy necesitamos desesperadamente algo similar.”

Krugman fue cáustico acerca de los “Austeriacos,” aquellos que alegaron que una deuda gubernamental rápidamente creciente significaba un peligro claro y actual para la economía. Acerca del gobierno británico, que legisló “austeridad” para lograr el control del déficit después de la toma del poder por los conservadores (the conservative takeover) en el 2010, él escribió:

“El resultado es una economía que permanece profundamente deprimida. Como lo señaló en un cálculo sorprendente, el National Institute for Economic and Social Research, un centro de pensamiento británico, hay un sentido real en el cual a Gran Bretaña le está yendo peor en este bache, que como le fue con la Gran Depresión: para el cuarto año después de que empezó la Depresión, el PIB de Gran Bretaña había recuperado su pico previo, pero, esta vez, todavía está muy por debajo de su nivel de principios del 2008.

Y, al momento de escribir esto, Gran Bretaña parecía estar entrando en una nueva recesión.

Difícilmente uno podría haberse imaginado una demostración más fuerte de que los Austeriacos estaban equivocados.”

Pero, economistas del otro lado del campo de batalla se mantuvieron trabajando. Un nuevo libro titulado Austerity: When It Works and When It Doesn’t, de los economistas Alberto Alesina, Carlo Favero y Francesco Giavazzi resume tanto la investigación posterior, así como también hace contribuciones propias. Al argumento de Krugman no le va bien con esta nueva evidencia.

EL HADA DE LA CONFIANZA

El argumento de Krugman, a favor de un mayor gasto gubernamental para expandir la demanda agregada, se basó en la teoría de que los multiplicadores fiscales son grandes. Si un multiplicador fiscal es mayor que 1, un aumento en el gasto gubernamental incrementa el gasto privado. Sin embargo, si el multiplicador es menor que 1, entonces, aumentos en el gasto gubernamental se ven acompañados de descensos en el gasto privado, de forma que el producto total se eleva menos que el aumento en el gasto gubernamental.

Krugman citó investigaciones acerca de los impactos del gasto militar, particularmente en tiempos de guerra, a fin de proponer grandes multiplicadores. Los autores de Austerity examinan un rango mucho más amplio de estimaciones y señalan que en “un resumen de estudios que estiman los multiplicadores de las compras gubernamentales… La mayoría de los valores oscilan entre 0.6 y 1.5.”

En otras palabras: el dólar deficitario no hay mucho impacto sobre el PIB del dólar.

El argumento de que la austeridad podría ser expansiva -que recortes del gasto gubernamental podrían ser seguidos de un crecimiento aumentado del PIB- fue ridiculizado por Krugman. “[U]na austeridad expansiva era, en general, altamente implausible y, en especial, dado el estado en que estaba el mundo en el 2010 y que permanece dos años más tarde,” escribió. La creencia de que recortes en los gastos darían una señal a los individuos y empresas, en cuanto a que tiempos fiscales mejores y más prudentes, vendrían a futuro, alegó Krugman, es como creer en el “hada de la confianza.”

¿ES LA AUSTERIDAD EXPANSIVA?

Pero, como lo muestran los autores de Austerity, en algunos casos la austeridad fue expansiva. Y, en gran parte, sucedió exactamente por la misma razón que Krugman denigró. Cuando la austeridad se basa en recortes al gasto, en vez de aumentos en los impuestos, “la inversión privada se eleva en el lapso de 2 años,” y, para el tercer año, está por encima del nivel previo. Al contrario de Krugman, Alesina, Favero y Giavazzi lo atribuyen a una confianza incrementada de las empresas.

Así que, si el gasto es menos eficaz y los déficits y endeudamientos más onerosos de lo que Krugman propuso y, si la austeridad puede, en algunas circunstancias, ser expansiva, ¿debería basarse ella en incrementos de los impuestos o en reducción de gastos?

En este punto, los autores de Austerity son precisos.

“Los planes basados en impuestos conducen a recesiones profundas y prolongadas, que duran varios años. Los planes basados en el gasto, en promedio, agotan su moderado efecto recesivo en dos años después de que el plan ha sido introducido…

La inversión privada es el componente de la demanda agregada que impulsa principalmente la heterogeneidad entre la austeridad basada en impuestos y la austeridad basada en gastos.”

En otras palabras, esa “hada de la confianza.” La inversión responde positivamente a los recortes en el gasto y se marchita ante el prospecto de aumentos en los impuestos.

LA PREDICCIÓN DE KRUGMAN ESTABA EQUIVOCADA

Gran Bretaña, la demostración de Krugman de que los Austeriacos estaban equivocados, de hecho, ha mostrado lo opuesto.

“El gobierno del partido conservador puso en marcha un programa de reducciones presupuestarias. Durante un período de 5 años, las medidas exógenas fijas equivalieron a casi un tres por ciento del PIB, dos tercios en recortes al gasto y un tercio en aumentos de los impuestos. Fue duramente criticado por el Fondo Monetario Internacional, el cual predijo una recesión importante. Esta última no se materializó y, posteriormente, el FMI dio disculpas públicas. El Reino Unido creció a tasas respetables.”

Austerity es menos amistoso con los lectores que End This Depression Now! y es poco posible que alguna vez tenga inscritas en su cubierta las palabras “New York Times Bestseller.” Eso es una lástima, pues es una pieza de un trabajo mucho más meticuloso. Es, sencillamente, el mejor y más profundo libro acerca de este tema.

Con el paso del tiempo, cambia de aquí a allá el principal tema de debate económico. A principios de los años 2000, la gente estaba preocupada por la globalización. Luego fue por la caída de la economía y la lenta recuperación. Ahora el foco se ha movido hacia la desigualdad del ingreso y la riqueza. Pero, los tópicos cubiertos en Austerity estarán de regreso. En efecto, en mucho fueron renovaciones de los debates entre Keynes y Hayek (Keynes and Hayek) en la década de los treintas y entre Malthus y Say un siglo antes. Y, cuando el tema regrese a la austeridad, estaremos en capacidad de agradecer a Alesina, Favero y Giavazzi por ese tratamiento tan completo.

John Phelan es un economista de the Center of the American Experiment y compañero de The Cobden Centre.