Es conveniente tenerlos presentes y ver qué tanto calzan en los socialismos actuales.

5 HECHOS ACERCA DEL FASCISMO

Por Joe Carter

Fundación para la Educación Económica
Lunes 20 de mayo del 2019


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra subrayada, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/5-facts-about-fascism/

Este año marca el centésimo aniversario de la formación del movimiento fascista en Milán, Italia.

Este año marca el centésimo aniversario de la formación del movimiento fascista en Milán, Italia. He aquí cinco hechos que usted debería conocer acerca del fascismo:

1. EL FASCISMO ES UN SISTEMA DE CREENCIAS

Benito Mussolini acuñó el término “fascismo” (fascism) en 1919, para describir su movimiento político, los miembros de las camisas negras del Fasci di combattimento (“grupos de combate”), quienes tomaron el poder en Italia en 1922. El partido de Mussolini adoptó a los fasces, un puño de varas con un hacha en medio, como símbolo del pueblo italiano unido y obediente baja la única autoridad del estado. Aunque en inglés la palabra fascista fue inicialmente usada para referirse a los miembros del movimiento de Mussolini, desde ese entonces el término se ha empleado para referirse a un conjunto más amplio de creencias similares.

2. LA PALABRA TIENE CONNOTACIONES NEGATIVAS

Por mucho tiempo, los académicos han notado la dificultad de definir qué es lo que constituye el fascismo. Como lo lamentó George Orwell en su ensayo ¿Qué es el Fascismo? (What is Fascism?) (1944), “casi cada persona de Inglaterra aceptaría ‘matonismo’ como sinónimo de ‘fascista.’ Eso es todo lo cercano que ha llegado a ser una definición de esta muy abusada palabra.” También la revista BBB señaló (BBC Magazine also noted) en el 2009 que, “Hablando en términos muy generales, es una ‘palabra de abucheo,’ un término empleado más para fines de condena que de una categorización precisa.” “Al momento,” agrega Lachlan Montague (adds Lachlan Montague), un investigador del fascismo asentado en Australia, “el término ‘fascista’ ha sido usado tanto como insulto [que] su significado se ha diluido y, en particular, la naturaleza malvada que conlleva la palabra.”

3. UN TÉRMINO MAL ENTENDIDO

A pesar del mal uso del término, hay atributos claros asociados con el fascismo. Robert O. Paxton, un profesor emérito de historia de la Universidad de Columbia, quien a menudo es considerado el padre de los estudios acerca del fascismo, lo define tanto como un movimiento político, como una práctica política. Como una forma de práctica política, el fascismo eleva el entusiasmo popular, mediante técnicas sofisticadas de propaganda en pro de una agenda nacionalista, expansionista, violentamente excluyente, antisocialista, antiliberal. Como un movimiento nacionalista de masas, el fascismo intenta restaurar a un país que ha sido dañado, o va en declive, mediante la expansión, con violentos ataques a los enemigos, ya sean internos como externos, y con medidas de autoridad, el reemplazo de la democracia por una dictadura autoritaria.

4. MOTIVADO POR LA PASIÓN

El fascismo se basa más en el sentimiento que en ideas filosóficas, señala Paxton. En su ensayo “The Five Stages of Fascism” [Las Cinco Etapas del Fascismo], publicado en 1998 en el Journal of Modern History, él definió siete sentimientos que actúan como “pasiones movilizadoras” en los regímenes fascistas. Como lo indica Paxton, las siguientes pasiones movilizadoras están presentes en el fascismo, aunque, algunas veces, pueden ser articuladas tan sólo implícitamente:

  • La primacía del grupo, hacia el cual uno tiene deberes superiores a todo derecho, ya sea universal o individual.
  • La creencia de que el grupo de uno es una víctima, un sentimiento que justifica cualquier acción contra los enemigos del grupo, ya sean internos o externos.
  • Miedo a la decadencia del grupo por el efecto corrosivo del liberalismo individualista y cosmopolita.
  • Una integración más estrecha con la comunidad dentro de una hermandad (fascia), cuya unidad y pureza son forjadas mediante la convicción en común, si eso es posible, o por una violencia excluyente si fuera necesario.
  • Un sentido ampliado de dignidad y pertenencia, en donde la grandiosidad del grupo refuerza la autoestima individual.
  • La autoridad de líderes naturales (siempre hombres) en toda la sociedad, culminando en un caudillo nacional, quien por sí solo es capaz de encarnar el destino del grupo.
  • La belleza de la violencia y de la voluntad, cuando son dedicadas al éxito del grupo en una lucha darwiniana.

5. SOCIALISMO DISFRAZADO

Un objetivo primordial establecido por los gobiernos fascistas es la autarquía o autosuficiencia nacional. Pero, como un sistema económico, dice Sheldon Richman (says Sheldon Richman), el fascismo es socialismo con un recubrimiento capitalista:

“Mientras que el socialismo buscó el control totalitario del proceso económico de la sociedad, por medio de la operación directa por el estado de los medios de producción, el fascismo buscó dicho control indirectamente, por medio de la dominación de los nominalmente dueños privados. Mientras el socialismo nacionalizó la propiedad explícitamente, el fascismo lo hizo implícitamente, requiriendo que los dueños usaran su propiedad en el “interés nacional” –esto es, tal como lo concebía la autoridad autocrática. (No obstante, unas pocas industrias fueron operadas por el estado). En tanto que el socialismo abolió completamente todas las relaciones de mercado, el fascismo permitió la apariencia de relaciones de mercado, a la vez que planificaba todas las actividades económicas. Mientras el socialismo abolió el dinero y los precios, el fascismo controló el sistema monetario y fijó políticamente todos los precios y salarios.”

Este artículo se reproduce con el permiso del Acton Institute.

Joe Carter es editor senior del Acton Institute, También es editor de The Gospel Coalition, un especialista en comunicaciones para la Comisión de Ética y Libertad Religiosa de la Convención Bautista del Sur y es profesor adjunto de periodismo en la Universidad Patrick Henry. Es editor de NIV Lifehacks Bible y co-autor de How to Argue like Jesus: Learning Persuasion from History's Greatest Communicator (Crossway).