Que no se eche al olvido este episodio totalitario del comunismo chino.

LA GENERACIÓN DE LOS MILENIALES NECESITA CONOCER LA VERDAD SOBRE LOS GOBERNANTES TOTALITARIOS DE CHINA

Por K. Lloyd Billingsley

Fundación para la Educación Económica
Jueves 6 de junio del 2019


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra subrayada, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/millennials...tarian-rulers/

La realidad opresiva del pasado comunista de China pasa ignorada, pero es importante que la recordemos por lo que es.

La generación de los mileniales conoce a China como un país que hace un montón de productos electrónicos geniales y que ocasionalmente se enreda con los Estados Unidos en torno al comercio. Sin embargo, los mileniales pueden no saber que, hace 30 años, el régimen totalitario unipartidario de China estuvo aplastando una revuelta estudiantil que llegó a conocerse como la Plaza de Tienanmén (Tiananmen Square).

Ese tipo de acción represiva se hizo inevitable en los años cuarenta, cuando los revolucionarios chinos adoptaron una ideología europea del siglo XIX. El marxismo-leninismo proclamó que la historia se estaba moviendo hacia una sociedad comunista, en la que presuntamente una vanguardia sabia es la que toma las decisiones.

EL PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO

El problema es, como lo explicó F.A. Hayek en Camino de Servidumbre (The Road To Serfdom), que ningún grupo de líderes, sin importar qué tan ilustrado sea, puede tener la posibilidad de disponer del conocimiento para planificar una sociedad entera en beneficio de todos. Fiel a su estilo, bajo el “Gran Salto hacia Adelante” del líder comunista chino Mao Zedong, aproximadamente 20 millones de personas murió de hambre (20 million people died of starvation) entre 1959 y 1962. Aun así, Mao y la elite del Partido Comunista se mantuvo en el poder.

El marxismo-leninismo no da espacio para la disidencia y considera como formalismos burgueses a la libre expresión y el derecho a la asociación. Aquellos que cuestionen a la vanguardia del Partido Comunista, deben ser eliminados o reeducados. Para tal fin, en 1966 lanzó a los fanáticos “Guardas Rojos” a que purgaran a los elementos “impuros” de la sociedad. Esta violenta “Revolución Cultural” continuó hasta la muerte de Mao en 1976 y las víctimas oscilan entre 1.5 y 20 millones (1.5 million to 20 million).

La salido de Mao abrió el camino a nuevos jefes del Partido Comunista, pero no cambió nada del régimen totalitario unipartidario de China. Después de décadas de represión, el pueblo chino todavía añoraba a la libertad y a fines de la década de 1980, estaba tomando las calles. En un estilo totalitario típico, el régimen desplegó sus tanques y tropas, para aplastar a los manifestantes. Llámelo la violencia inherente al sistema.

Recientemente, el anterior vicepresidente de los Estados Unidos, Joe Biden, proclamó que los líderes chinos no eran “mala gente” (not bad folks), pero, dado su récord de represión, serían más exacto llamarlos hombres honestos [Nota del traductor: la expresión en inglés “square shooters” se traduce como “hombres honestos,” pero, irónicamente, en un juego de palabras, también se puede traducir como tiradores en una plaza, irónicamente trayendo a la memoria la matanza en la Plaza de Tienanmén]. Aquí la lección es que, como lo explicara Milan Kundera (Milan Kundera explained), “la lucha de la humanidad contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido.”

Este artículo se reimprime del Independent Institute.

K. Lloyd Billingsley es compañero de políticas en el Independent Institute.