Aprovecho mi traducción de este comentario para hacer un homenaje a las víctimas inocentes asesinadas en manifestaciones en la plaza de Tiananmén en 1988, hace treinta años, en busca de libertad política para su país. No debe ser olvidado…

EL CONSEJO DE JARDINERÍA DE OCASIO-CORTEZ HACE ECO DE LA ARROGANCIA DEL GRAN SALTO ADELANTE DE MAO

Por Barry Brownstein

Fundación para la Educación Económica
Miércoles 29 de mayo del 2019


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra subrayada, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/ocasio-cort...-leap-forward/

Alexandria Ocasio-Cortez quiere expandir la política de la identidad a los vegetales.

Alexandria Ocasio-Cortez (diputada demócrata por el estado de Nueva York) quiere expandir la política de identidad a los vegetales. Para Ocasio-Cortez, algunos vegetales son demasiado “coloniales” como para sembrarlos.

Los jardines de las comunidades son un componente (are a component) del Nuevo Trato Verde y tener proyectos que “tengan sentido en un contexto cultural” es importante, dice Ocasio-Cortez.

LA COLIFLOR Y LA YUCA

Si las “comunidades de color” se “resisten ante ciertos movimientos ambientalistas,” ¿será tal vez porque está más preocupadas por los impuestos y los empleos? La razón que Ocasio-Cortez da es muy diferente:

“Cuando alguien dice que es demasiado difícil hacer un espacio verde que hace crecer la yuca en vez de… coliflores o algo así, lo que usted está haciendo es tomar un enfoque colonial hacia el ambientalismo.”

La yuca crece mejor en regiones calientes y secas. En muchas áreas de los Estados Unidos, incluyendo su distrito electoral en la Ciudad de Nueva York, sería un desafío enorme plantar yuca. Me pueden gustar los pomelos (“greifrut”), pero yo no plantaría un árbol de pomelos con el clima frío en donde vivo.

La coliflor se usa en (is used in) muchas cocinas caribeñas. Sólo Ocasio-Cortez sabe por qué algunos vegetales son “coloniales.”

La yuca es una raíz harinosa, con más del doble de los carbohidratos” que se encuentran en una papa. Si a Ocasio-Cortéz le importaran los problemas de obesidad y diabetes que hay en su distrito, ella podría querer repensar su consejo de jardinería.

A QUÉ CONDUCE LA ARROGANCIA

Ocasio-Cortez no es el primer miembro del Congreso que ofrece un consejo estúpido. Sin embargo, ella se convierte en presa fácil pues quiere usar la fuerza coercitiva del gobierno para rehacer al país, a imagen de sus programas socialistas democráticos y del Nuevo Trato Verde.

Podemos reírnos ante la ilimitada arrogancia de Ocasio-Cortez, pero, aprendamos de la historia. Mao es tal vez el déspota más famoso de la historia, quien estaba deseoso de ofrecer consejo agrícola (junto con muchos otros), ¿El resultado? Durante su Gran Salto hacia Adelante (1958-1962), al menos 45 millones perdieron sus vidas con la hambruna, la negligencia y la violencia.

Mao era un déspota que tenía por detrás el poder de los militares chinos, para implantar sus edictos; Ocasio-Cortéz no lo tiene.

A la fecha, algunos ven a Ocasio-Cortez como una nueva voz brillante (brilliant new voice) en la política. Con suficiente apoyo, ella y sus compañeros socialistas democráticos pueden tener el poder que anhelan para ordenar las decisiones individuales de las personas. Ocasio-Cortez nunca tendrá el poder absoluto, pero puede obtener apoyo suficiente como para causar un daño verdadero.

En su libro La Arrogancia Fatal (The Fatal Conceit), F.A. Hayek advirtió acerca de la “mente ingenua que sólo puede concebir al orden como el producto de un arreglo deliberado.” Para tal mente, escribió Hayek,

“puede parecer absurdo que en un orden de condiciones complejas y de adaptación a lo desconocido, pueda ser más efectivamente logrado bajo decisiones descentralizadas.”

Todos somos ingenuos acerca de muchas cosas; una dosis de humildad y respeto por las cosas de otros nos mantiene alejados de problemas.

EL CONSEJO DE MAO ACERCA DE LA “JARDINERÍA”

En su libro, Mao's Great Famine [La Gran Hambruna en la China de Mao: Historia de la catástrofe más devastadora de China (1958.1962)), el historiador Frank Dikötter explica los horrores del Gran Salto hacia Adelante. Mao tenía la intención de incrementar dramáticamente tanto la producción industrial como la agrícola, y el Gran Timonel estaba seguro de que él sabía cuál era el camino hacia adelante. He aquí algunas de las “reformas” agrícolas ordenadas por Mao. Mao ordenó plantar más de una cosecha de arroz al año, aún cuando el clima no lo permitía:

“Mao preguntó, en una visita a la capital provincial Changsha. ‘¿Por qué los campesinos Hunan todavía siembran una sola cosecha de arroz al año? Después de que Zhou le explicó que el clima sólo permitía tener una única cosecha anual, Mao le señaló que Zhejiang estaba en la misma latitud que Hunan y plantaba dos cosechas de arroz. ‘Ustedes ni siquiera están estudiando otras experiencias. Ese es el problema,’ continuó Mao.”

Mao ordenó que araran más profundamente el suelo y en el proceso destruyó la capa vegetal:

“Arar con mayor profundidad fue otra receta revolucionaria orientada a liberar a los agricultores del suelo caprichoso. Entre más profunda la siembra, más fuertes las raíces y más alto será el tallo, así transcurría la lógica detrás del experimento. ‘Usen olas humanas y denle vuelta a cada terreno,’ ordenó Mao.

Impulsados por dirigentes… los campesinos cada cierto tiempo cavaron a través de la tierra hasta llegar al substrato, destruyendo la capa vegetal.”

Luego, Mao ordenó una concentración mayor de semillas:

“El presidente Mao explicó: Con compañía crecen más fácilmente, cuando crecen juntas estarán más cómodas’… Por supuesto, los campesinos conocían más: ellos habían labrado la tierra durante generaciones, y sabían cómo cuidar un recurso valioso del que dependían sus medios de vida. Muchos quedaron incrédulos, algunos trataron de razonar con los dirigentes: ‘Si usted planta las semillas muy cerca la una de la otra, no hay suficiente espacio entre ellas para respirar, y, entonces, tendrá que agregar toneladas de fertilizantes en cada sembradío. Eso las sofocará hasta la muerte.’ Pero, el consejo fue ignorado: ‘Es una técnica nueva, ¡usted no entiende!’”

Mao creía que él conquistaría a la naturaleza, pero la naturaleza tenía la última palabra. La matanza de gorriones condujo a plagas de insectos, empeorando la hambruna:

“Los gorriones fueron blanco porque se comían las semillas de los granos, privando a la gente de los frutos de su trabajo. En lo que es uno de los episodios más extraños y ecológicamente dañinos del Gran Salto hacia Adelante, el país fue movilizado a una guerra total contra los pájaros. Golpeando tambores, chocando ollas o batiendo gongs, se armó un estruendo gigantesco para mantener volando a los gorriones, hasta que quedaran tan exhaustos que simplemente se caían del cielo. Los huevos fueron quebrados y los nidos destruidos; también los pájaros fueron baleados en el aire. El tiempo era esencial, en momentos en que todo el país fue obligado a marchar al mismo paso en la batalla contra el enemigo, asegurándose que los gorriones no tuvieran lugar alguno al cual escapar.”

A los agricultores se les organizó en grandes comunas, con dirigentes políticos ignorantes emitiendo órdenes caprichosas basados en un “poco conocimiento de la agricultura.”

“En 1959, en la comuna de Luokang, un líder local decidió reemplazar la cosecha existente con camotes en la mitad del terreno disponible, sólo para después cambiar de mentalidad y cambiar a los camotes por maníes. Luego estos fueron extraídos para abrir campo para el arroz. El año previo, la comuna había tratado de arar profundamente, usando vastas concentraciones de poder humano en pequeños espacios de tierra, para hacer surcos hondos, mucho de ello a mano. Se aplicaron cantidades enormes de fertilizante, en algunos casos hasta 30 toneladas por hectárea. Todo eso a nada condujo. En el condado de Kaiping, Guangdong, miles de campesinos fueron obligados repetidamente a plantar una cosecha en la primavera de 1959, a pesar de un clima sumamente frío: las semillas se congelaron en tres ocasiones.”

La agricultura fue militarizada:

“El movimiento miliciano y pequeños cuerpos de guerreros entrenados llevaron la organización militar a cada comuna. En toda China, los agricultores eran despertados al amanecer con el sonido de una trompeta y hacían fila en los comedores para comer un tazón rápido de un aguado atol de arroz. Se usaban silbatos para reunir la fuerza de trabajo, la que era trasladada en una marcha militar hacia los campos, llevando banderas y banderines al sonido de música marcial. En ocasiones, altoparlantes lanzaban exhortaciones para que trabajaran más intensamente u ocasionalmente tocaban música revolucionaria. Los activistas del Partido, los dirigentes locales y la milicia imponían la disciplina, algunas veces penalizando con golpes a quienes tenían un rendimiento bajo.”

“Todo tipo de nutriente concebible” fue usado como fertilizante:

“Mediante filas interminables de gente, se llevó excremento humano y de animales a los campos, algunas veces hasta altas horas de la noche… El desperdicio humano se extendió hasta el cabello, y, en algunas villas de Guangdong, las mujeres fueron obligadas a afeitarse sus cabezas para contribuir con fertilizantes y, si se rehusaban, enfrentaban el que no se les diera permiso para entrar a los comedores.”

LUEGO ELLOS VINIERON POR LAS CASAS Y LAS HERRAMIENTAS

La demanda de cosechas más grandes significó que las casas fueron arrasadas por su valor como fertilizante:

“Pero, la mayor parte del tiempo, los edificios hechos de barro y paja fueron derribados para brindar nutrientes al suelo. Las paredes de los edificios en que habían vivido animales y, en especial, en donde habrían orinado, como establos, podían proveer un fertilizante útil. Al principio, las paredes viejas y chozas abandonadas fueron sistemáticamente arrasadas, las paredes de ladrillos de barro fueron destrozadas y esparcidas por los campos.”

Posteriormente, las casas fueron deliberadamente destruidas, a fin de dar campo para nuevos edificios que nunca fueron construidos:

“La mayoría permanecía quieta, algunas veces con lágrimas en los ojos, cuando el líder local pasaba sin decir palabra alguna, simplemente levantando su dedo para marcar una casa para su destrucción. En el condado de Dianjiang, Sichuan, un equipo de siete personas circulaba quemando cientos de chozas de paja. El eslogan principal era, “Destruye las Chozas de Barro en una Noche, Levante Áreas Residenciales en Tres Días, Construye el Comunismo en Cien Días.” Algunas villas fueron vaciadas del todo, aunque, de alguna manera, nadie logró ir más allá de la fase de destrucción del plan.”

Las ollas y los sartenes y los implementos agrícolas fueron confiscados y derretidos para ser usados en la producción industrial:

“Muchas de las herramientas agrícolas habían sido destruidas en la campaña por el hierro y el acero, aún así la mano de obra se trasladó a la construcción de presas y los graneros comunales en las comunas de la gente eran pobremente administrados. En Liantan, la comuna modelo, en la que un eslogan alabando el Gran Salto hacia Adelante había sido tallado en las montañas para darle la bienvenida a un equipo de inspección, varios miles de agricultores fueron reclutados para que, durante la siembra del otoño, araran profundamente en siete hectáreas; dado que nadie estaba disponible para recoger la cosecha, alrededor de 500 toneladas de granos quedaron abandonados en los campos.”

Al expandirse la hambruna, se promocionaron alimentos falsos, como el alga chlorella y la pulpa de la madera:

“En China [chlorella, una forma de alga], durante la hambruna, la baba aguada fue elevada al estatus de alimento milagroso. Podía ser cultivada y desnatada de lagunas pantanosos, pero, no pocas veces, fue cultivada en barricas de orina humana, siendo sacada la cosa verde, lavada y cocinada con arroz.

Los prisioneros se usaron como conejillos de Indias. Además del plancton verde, que enfermaba a los prisioneros, también se les alimentó con aserrín y pulpa de madera. Bao Ruowang -también conocido como Jean Pasqualini, el autor de una autobiografía acerca de la vida en un campo chino de trabajo forzado- recuerda cómo hojas verdes de esa cosa se molían en un papel de pulpa y se mezclaban con harina. Eso era seguido de una constipación masiva, matando a los prisioneros más débiles. Pero, incluso en las ciudades, la expansión de comidas sustitutas dio lugar a la obstrucción de los intestinos y a la ruptura del esfínter.”

Los campesinos “buscaban comida entre la carroña, hurgaban en la basura, raspaban la corteza de los árboles y, al final, se volcaron hacia el barro para llenar sus estómagos”:

“Era una visión infernal, cuando filas apretadas de campesinos fantasmales hacían fila frente a fosas profundas, con sus cuerpos arrugados soltando el sudor bajo el brillo del sol, esperando su turno para bajar al hoyo y escarbar unos pocos puñados de barro color porcelana blanco… Una vez comido, el suelo actuaba como cemento, secando al estómago y absorbiendo toda la humedad que había dentro del tracto intestinal.”

UNA ADVERTENCIA FINAL

Cuando el país moría de hambre, Mao inauguró una reunión del partido en el verano de 1959. Los líderes del partido no tenían hambre. Ellos “se refirieron a la cita como una ‘reunión de inmortales.’ Los inmortales vivían mucho más que los simples humanos, sentados en las nubes del cielo, deslizándose alegremente entre la neblina, libres de los pesos de las restricciones terrenales.”

La propaganda insistía que

“el país había sido testigo de una rica cosecha sin precedentes en 1960, que absolutamente no había hambruna y que los rumores en contrario eran calumniosos.”

Las ofertas humanitarias de ayuda de alimentos fueron rechazadas. El desdén que los líderes tenían por sus propios compatriotas era tan ilimitado como su arrogancia.

Barry Brownstein es profesor emérito de economía y liderazgo en la Universidad de Baltimore. Es autor de The Inner-Work of Leadership [The Inner-Work of Leadership]. Para recibir los ensayos de Barry, suscríbase en Mindset Shifts.