Apenas para quienes dicen que “son las mismas empresas monopolistas de siempre,” y que en una economía pujante de mercado no es cierto que hay empresas que surgen nuevas y otras salen por obsoletas.

COMPARANDO LAS EMPRESAS EN LA LISTA DE 1955 DE LAS 500 DE FORTUNE CON LAS 500 DE ESA LISTA EN EL 2019

Por Mark J. Perry

Fundación para la Educación Económica
Viernes 24 de mayo del 2019


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra subrayada, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/comparing-1...s-fortune-500/

Ha habido mucha disrupción, rotación y destrucción creativa schumpeteriana durante las últimas seis décadas.

El cuadro con la lista de las únicas 52 compañías que han estado en la lista de las 500 de Fortune desde 1955, puede verse en https://fee.org/articles/comparing-1...s-fortune-500/

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¿Qué es lo que esas compañías estadounidenses, agrupadas en tres grupos, tienen en común?

Grupo A: American Motors, Brown Shoe, Studebaker, Collins Radio, Detroit Steel, Zenith Electronics, and National Sugar Refining.

Grupo B: Boeing, Campbell Soup Company, Colgate-Palmolive, Deere & Company, General Motors, IBM, Kellogg Company, Procter and Gamble Company y Whirlpool Corporation.

Grupo C: Amazon, Facebook, eBay, Home Depot, Microsoft, Google, Netflix, Office Depot y Target.

Que todas las empresas del Grupo A estaban en la lista de las 500 de Fortune en 1955, pero no en la del 2019.

Que todas las empresas del Grupo B estaban en la lista de las 500 de Fortune en 1955, así como en la del 2019 (y han permanecido cada año en la lista, desde que ella empezó en 1955 (have remained on the list every year since it started in 1955)).

Que todas las empresas del Grupo C estaban en la lista de las 500 de Fortune en 1955, pero no en la del 1955.

¿DEMASIADO GRANDES COMO PARA QUE FRACASEN?

La lista de 1955 de la 500 empresas de Fortune se puede ver aquí (here) y la del 2019 se publicó apenas la semana pasada y está disponible aquí (here) (basada en las ventas durante el año fiscal que concluyó el 31 de enero del 2019).

Al comparar la lista de 1955 de las 500 de Fortune con las 500 de Fortune del 2019, hay sólo 52 empresas que aparecen en ambas listas y que han permanecido en la lista desde que empezó (ver cuadro arriba). En otras palabras, sólo un 10.4 por ciento de las 500 empresas de Fortune que aparecía en la lista de 1955, han permanecido en ella durante 64 años hasta el 2019, y más de un 89 por ciento de las compañías que estaba en la lista de 1955 o bien han quebrado, o fusionado con (o adquirida por) otra firma, o todavía existen, pero han salido de la lista de Fortune de las 500 firmas principales (clasificadas por sus ingresos totales) durante un año o más.

Por ejemplo, Avon Products estuvo en la lista de las 500 de Fortune del año pasado, pero cayó al lugar 501 en este año ̶ el corte para estar este año entre las 500 de Fortune fue de $5.575 miles de millones en ventas, y las ventas de Avon fueron de $5.571 miles de millones. Muchas de las compañías en la lista de 1955 son hoy empresas irreconocibles y olvidadas (por ejemplo, Armstrong Rubber, Cone Mills, Hines Lumber, Pacific Vegetable Oil y Riegel Textile).

LECCIONES DE ECONOMÍA

El hecho de que casi 9 de cada 10 de las 500 compañías de Fortune ya no existen, se fusionaron, se reorganizaron o se contrajeron, demuestra que, durante las últimas seis décadas, ha existido gran cantidad de disrupción en el mercado, rotación y destrucción creativa schumpeteriana.

Es razonable asumir que, cuando la lista de las 500 de Fortune se publique dentro de 60 años, casi todas las empresas de las 500 de Fortune de la actualidad ya no existirán tal como actualmente están configuradas, habiendo sido reemplazadas por nuevas compañías en industrias nuevas, emergentes, y deberíamos estar profundamente agradecidos de ello.

La rotación constante en la lista de las 500 de Fortune es un signo positivo del dinamismo y la innovación que caracteriza una economía de mercado vibrante, orientada al consumidor, y de que esa rotación dinámica se esta acelerando en la economía global hiper-competitiva actual.

Según un reporte del 2016 de Innosight (“Corporate Longevity: Turbulence Ahead for Large Organizations“), las empresas que formaron parte del Índice S&P en 1965 [Nota de traductor: el Índice Standard and Poors (S&P) está hecho de las 500 empresas más capitalizadas que se transan en la Bolsa de Valores de los Estados Unidos], estuvieron en el índice un promedio de 33 años. Para 1990, la estadía promedio en las 500 del S&P se había reducido a 20 años y se estima que, para el 2026, disminuya a 14 años. A la tasa actual de rotación, alrededor de la mitad de las 500 firmas del S&P será reemplazada durante los próximo 10 años al “entrar nosotros en un período de volatilidad incrementada de las principales empresas en un rango de industrias, con los próximos diez años configurándose para ser potencialmente los más turbulentos en la historia moderna,” según Innosight.

Otra lección económica por aprender a partir de la destrucción creativa, que resulta en la rotación constante con el paso del tiempo de las 500 compañías de Fortune (y de las 500 del S&P), es que la disrupción del proceso de mercado está siendo impulsada por la prosecución interminable de ventas y utilidades, que surge de servir a los clientes con precios bajos, productos y servicios de alta calidad, y un gran servicio al cliente.

Si pensamos que los ingresos anuales por ventas de la empresa es el número de “votos en dólares,” que obtiene cada año al brindar bienes y servicios a los consumidores, podemos apreciar el hecho de que las 500 empresas de Fortune representan a 500 compañías que han generado el mayor número de votos de confianza de parte de nosotros como consumidores ̶ como Walmart (No. 1 de nuevo en el 2019, séptimo año consecutivo con más de $500 miles de millones de “votos en dólares” ̶ la segunda vez en que las ventas de cualquiera de las compañías entre las 500 empresas de Fortune ha excedido la marca de $500 miles de millones), Exxon Mobile (la No. 2 con $290 miles de millones), Apple (No. 3 con $266 miles de millones), Amazon (la No 5 con $233 miles de millones) y CVS Health (No 8 con $195 miles de millones).

Como consumidores, deberíamos apreciar que nosotros somos los beneficiarios finales de la destrucción creativa schumpeteriana, que impulsa el dinamismo de la economía de mercado y que resulta en una rotación constante de firmas que, en última instancia, están luchando por atraer tantos votos nuestros en dólares como sean posibles. Los 500 mayores ganadores de esa batalla competitiva en un año determinado, son las empresas que se encuentran entre las 500 de Fortune, calificadas no por sus utilidades, activos o número de empleados, sino por lo que, en última instancia, es lo más importante en una economía de mercado: los votos en dólares (ingresos por ventas) hechos por los consumidores ̶ los “reyes y reinas” que gobiernan supremos en el mercado.

Este artículo se reproduce con el permiso del American Enterprise Institute.

Mark J. Perry es un académico del American Enterprise Institute y es profesor de economía y finanzas de la Universidad de Michigan, en el campus de Flint.