He aquí excelentes argumentos que presenta mi colega y amigo Art Carden, en contra de leyes que exigen tener una licencia o permiso, como sucede con nuestros colegios profesionales, por el daño que causan a consumidores y a gente que desea y necesita trabajar. Esto a propósito de la propuesta en nuestra Asamblea Legislativa para crear un colegio de estilistas, barberos, manicuristas, maquillistas y peluqueros. Ojalá que se entiendan bien las razones y no causen daño a quienes buscan laborar honradamente y a consumidores que tendríamos que pagar más por servicios de menor calidad.

LEYES QUE EXIGEN LICENCIA O PERMISO PARA TRABAJAR DAÑAN A (CASI) TODOS

Por Art Carden

Fundación para la Educación Económica
Miércoles 7 de junio del 2017


¿Tiene usted licencia o permiso para cortar su zacate?

La licencia o permiso para trabajar está paralizando al mercado laboral. Uno de los peores ejemplos que he visto viene de Gardendale, Alabama. La estación local de noticias ABC3340 reporta que, una empresa de servicios de corta del zacate, amenazó con denunciar a un joven ante las autoridades locales, porque un reglamento de la ciudad requiere que cualquiera que desee hacer negocios en Gardendale, tenga un permiso o licencia para poder hacerlo. Tal como está escrito el reglamento, esto, aparentemente, incluye a jóvenes que cortan el zacate.

Ahora bien, Gardendale es la ciudad natal de mi esposa, en donde viven mi abuelita y mis suegros, y en donde se me puede encontrar algunos sábados en el Cracker Barrel situado al lado de Fieldstown Road. Por ello, de inmediato esta historia llamó mi atención.

No obstante, historias como estas pueden mostrar a todos el serio problema que hay, en general, con las licencias o permisos para trabajar.

Primero, y más obvio, las licencias o permisos para trabajar constituyen una barrera para la entrada ̶ enriquece a algunas personas a expensas de otras.

La gente que goza de esas licencias o permisos puede aumentar los precios, producir menos y, por tanto, obtener mayores ganancias, debido a que los requisitos para los permisos o licencias les aísla de la competencia de gente que no los tienen. Así que, los clientes pagan más y obtienen menos.

Segundo, los permisos o licencia para poder trabajar vuelcan a uno en contra del otro y erosionan el tejido de la sociedad civil.

Podría pensar muchas cosas que podemos hacer para ser buenos vecinos. Llamar a los policías debido a que jovencitos están cortando zacate sin una licencia para hacerlo, no es una de ellas. Es fácil criticar a algún tipo que administra un servicio de limpieza de jardines, por amenazar con llamar a los policías por un muchacho que está cortando zacate sin un permiso o licencia, pero, considere las cosas desde esta perspectiva: Trabajar arreglando jardines y cortando zacate son su medio de vida y él ha tenido que pasar por todos las argollas legales y regulatorias, a fin de obtener permiso para trabajar.

Puedo entender por qué él estaría algo molesto cuando un jovencito, sin permiso o licencia, se mete en su negocio. Es injusto pensar que aquel sea un villano: está preguntando -con toda razón- por qué a un competidor no se le aplica el mismo estándar.

Los requisitos para tener una licencia o permiso para trabajar, facilitan que la gente sea siniestra. ¿Es usted una persona pequeña y amargada? ¿Está usted molesto con el muchacho que vive calle abajo? ¿No es esa su hija, María, la que está cortando el zacate sin tener permiso o licencia? Todo lo que usted tiene que hacer es llamar una o dos veces por teléfono y el día del muchacho empeora radicalmente.

Tercero, se desperdician recursos de la policía y, aún peor, se crea un pretexto para el hostigamiento.

Pienso que la mayoría de nosotros estaría de acuerdo en que los policías tienen mejores cosas que hacer, que pedirle papeles a jovencitos que cortan el zacate. El tiempo y la energía que los oficiales y funcionarios de Gardendale están poniendo en lograr la vigencia de esas leyes, es tiempo y energía que no están poniendo en alguna otra cosa que podría valer más la pena, como llenando huecos en las calles o resolviendo robos o casi que cualquier otra cosa.

De nuevo, consideremos otra consecuencia siniestra, pero, tal vez, no intencionada. Los últimos años han sido específicamente difíciles para las relaciones entre la policía y la gente. Los críticos de la policía aseveran que los abusos son sistemáticos y los defensores de la policía afirman que los encabezados sensacionalistas que leemos acerca de un comportamiento policíaco terrible, son generados por unas pocas manzanas podridas. A pesar de lo anterior, si la policía no tuviera que aplicar esas reglas triviales, tendríamos, en primer lugar, menos situaciones volátiles entre la policía y la gente común y corriente.

Así que, podemos reducir el abuso y la opresión sistemática deshaciéndonos de esas reglamentaciones. Y podemos reducir la influencia de los policías “malas manzanas,” si elimináramos algunas de las reglas que ellos invocan para hostigar a la gente.

Cuarto, las licencias o permisos para trabajar son un fraude proteccionista ̶ y el público, en general, no está entre los protegidos.

Para cada regulación, hay al menos una razón plausible (usualmente endeble) de “seguridad pública.” No estoy seguro de que hay una razón para una buena “seguridad pública,” al requerirse una licencia o permiso para cortar zacate y arreglar jardines. De hecho, sospecho que hay más accidentes y daños relacionados con cortadoras de zacate, debido a los requisitos de licencia y la regulación ̶ esto porque, al encarecer esos servicios, significa que más gente hará el trabajo por sí misma.

Quinto, la simple posibilidad de exigir permisos o licencias para trabajar estimula una “búsqueda de rentas” antieconómica.

Cuando la gente piensa que puede obtener un privilegio especial de parte del gobierno, usará tiempo valioso y otros recursos tratando de lograrlo. Es lo que los economistas llaman “búsqueda de rentas.” En la realidad, quienes buscan obtener tales rentas no están creando nada y vendiéndolo en el mercado abierto. Simplemente ellos están consumiendo recursos cuando luchan por el derecho a hacerlo.

Suponga que Larry, de la empresa Servicio de Corta de Zacate de Larry, pasa todo un día tratando de persuadir a los poderes correspondientes, de que a la gente se les debería exigir licencias o permisos para operar, para que se les permita cortar el zacate. Él podría haber cortado 10 zacates ese día, pero, en vez de ello, pasó su tiempo sentado en la recepción de la Municipalidad y en reuniones con funcionarios del gobierno. El mundo se empobrece al ritmo de esos diez zacates no recortados.

Reimpreso de Learn Liberty.

Art Carden es profesor asociado de Economía en la Escuela de Negocios Brock de la Universidad Samford. Además, es un compañero investigador sénior del Institute for Faith, Work and Economics, un compañero sénior del Beacon Center de Tennessee y un compañero investigador del Independent Institute.