LAS HORRENDAS TÁCTICAS DE LA REBELIÓN CONTRA LA EXTINCIÓN NO SALVARÁN AL AMBIENTE, LAS INNOVACIONES SI LO PUEDEN

Por Bill Wirtz

Fundación para la Educación Económica
Jueves 25 de abril del 2019

NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra subrayada, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/the-extinct...nnovation-can/

A quienes protestan en la Rebelión contra la Extinción: maduren y hagan algo con su vida.

Por una semana, hasta ahora, activistas radicales del cambio climático en el Reino Unido, han perturbado la capital de la nación. Sus tácticas preferidas: la destrucción de la propiedad y el molesto bloqueo de las principales vías de comunicación y a las opciones de transporte.

LA ÚLTIMA GENERACIÓN

La Rebelión contra la Extinción es un grupo medioambiental que promueve la desobediencia civil, a fin de elevar la consciencia acerca de los peligros inminentes del cambio climático. Afirman que esta será la última generación de humanos que viva en el planeta, antes que se presente la extinción masiva.

La siguiente es una lista (list) de las demandas de la Rebelión contra la Extinción:

“El gobierno debe decir la verdad acerca del clima y la emergencia ecológica más amplia, revertir las políticas inconsistentes y trabajar en conjunto con los medios para comunicarse con los ciudadanos.

El gobierno debe legalmente promulgar medidas obligatorias de políticas para reducir las emisiones de carbón, a un neto de cero para el 2025 (y para reducir los niveles de consumo). [Recientemente, esta sección en paréntesis fue removida de la lista].

Una asamblea nacional de Ciudadanos para supervisar los cambios, como parte de crear una democracia adaptada para ese fin.”

Los propios manifestantes siguen el patrón típico de las demostraciones acerca del medio ambiente que vienen desde la década de 1970: círculos de gente tocando tambores, amarrándose o encadenándose a calles y trenes, o haciendo que todas las escenas de esas reuniones se parezcan más a un festival de música desbordado, que a un movimiento político.

Hasta el viernes, las estimaciones de los costos a los negocios, incurridos como resultados de esas protestas, fueron de £12 millones ($15.6 millones). Sobre el edificio de la compañía petrolera Shell, los activistas pintaron grafitis en las paredes, bloquearon las entradas y quebraron las ventanas (smashed glass). Con posterioridad al incidente, más de 600 personas fueron arrestadas (more than 600 people were arrested ) por la Policía Metropolitana de Londres.

Pero, para esos manifestantes, hacer que la entera ciudad de Londres tuviera que ir a trabajar dos horas más tarde, pone en serio riesgo a los negocios pequeños y hace que la secretaria de una compañía petrolera haga el papeleo necesario ante el asegurador, se justifica en nombre del servicio a la causa. Después de todo, la extinción masiva es mucho más importante que el cumpleaños de su hijo o vender el periódico, ¿correcto?

UN ESFUERZO MAL DIRIGIDO

La estrategia de estos activistas es la misma de todos los movimientos, ya sea de la masa antiinmigración, de los teóricos del desastre nuclear, o del grupo de “los robots nos quitarán todos los empleos”: Tomen todos los escenarios posibles, júntenlos y declárenlo como el único resultado posible. Como resultado, obtenemos encabezados tras encabezados en los medios acerca de abejas, insectos y osos polares ahogándose, todos muriéndose. Aquello no es noticia ̶ lo hemos venido haciendo durante años.

En este caso, la Rebelión contra la Extinción no es nada nuevo. Como cualquier otro movimiento, requiere un deseo de urgencia para hacerla interesante. Si los inmigrantes no están entrando a través de la frontera en estos momentos, no hay mucha razón para construir un muro tan pronto como sea posible. Si el planeta va a seguir su curso durante mil años, entonces, no hay tanto peligro inminente que impulse a los activistas fanáticos o a la opinión popular.

Lo que nos dice mucho es acerca del nivel de hipocresía que este movimiento lleva a la mesa. Se da el ejemplo obvio de filmar su protesta medioambiental anticapitalista en su IPhone, pero, también, está el hecho alucinante de que la actriz británica y activista medioambiental Emma Thompson, se uniera a la protesta volando (flying) (¡!) desde Los Ángeles. Esto es particularmente fascinante, pues la Rebelión contra la Extinción también protestó (protested) contra el aeropuerto de Londres Heathrow, al cual Thompson llegó volando.

Quienes protestan se consideran tan legitimados y ensimismados, que la Policía Metropolitana de Londres eligió apagar el WiFi del área metropolitana (chose to turn off the WiFi in the metro area) como forma de impedir que los manifestantes bloquearan el tren. Así, usted no podía transmitir a la revolución en vivo en la red, ¿no es cierto?

HAGAN ALGO CON SU VIDA

Viendo a los manifestantes, uno recuerda lidiar con el mismo grupo que hace décadas protestó contra la energía nuclear. Ahora que la energía nuclear se ha ganado una aceptación mayor y que la ciencia establecida ha venido en apoyo a su seguridad, era necesario un nuevo objetivo. En estos días, los medioambientalistas han desviado su ira hacia los niveles de consumo de los consumidores. Les disgusta el hecho de que los consumidores promedio tienen acceso a cosas como carne, carros y viajes aéreos asequibles y que están dispuestos a hacer un esfuerzo adicional por obtener esas cosas cargadas de impuestos, que son restringidas o prohibidas.

La Rebelión contra la Extinción es aún otro arrebate temperamental de la clase media, instigada para hacer que alguna gente se sienta importante: estudiantes de arte financiados por mami y papi, quienes están buscando un momento de fama en Instagram, al ser arrestados por la fuerza policial, la cual estaría productivamente mejor empleada si enfocara sus recursos y atención ante la amenazadora epidemia de apuñalamientos (frightening epidemic of knife crime) en Londres.

Esos manifestantes podrían juntar todo ese tiempo y energía en llegar a ser ingenieros que desarrollen el siguiente avión supersónico, que vuele con un consumo bajo de queroseno o un reactor nuclear capaz de proveer de electricidad por siglos, sin emisiones de carbón. Podrían poner un ejemplo construyendo comunidades que se sostengan por sí mismas en lo ecológico. Pero no, escogen vivir en el centro de una sociedad moderna y próspera, beneficiándose de todas las ventajas brindadas por los mercados libres, sin tener que arruinar el día de una persona que ya va retardada hacia su empleo o a alguien que está tratando de venderle un croissant al viajero cotidiano.

A quienes protestan en la Rebelión contra la Extinción: maduren y hagan algo con su vida.

Bill Wirtz es un miembro de Young Voices. Su trabajo ha aparecido en varias publicaciones, incluyendo Newsweek, Rare, RealClear, CityAM, Le Monde y Le Figaro. También trabaja como Analista de Políticas en el Consumer Choice Center.