Aquí también aparecen los escépticos ante la globalización. Este artículo presenta datos y razones que bien podrían -si bien tengo mis dudas- cambiar de opinión, como es la evidencia ante los argumentos.

LA GLOBALIZACIÓN: UN CRÍTICA LIBRE DE PARANOIA

Por Evangelos Andreou

Fundación para la Educación Económica
Miércoles 24 de abril del 2019


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra subrayada, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/globalizati...free-critique/

Todavía hay algunos escépticos acerca de los beneficios de la globalización. Creen que sólo los muy ricos se benefician con la globalización.

Debo admitir que algunas veces es agradable ver espectáculos y documentales en Netflix. A pesar de ello, el problema surge cuando esas teorías se convierten en doctrina y afectan la vida política.

Eso es lo que ha sucedido con la globalización y todo el mito tras ella. El rechazo a la globalización es ahora común, tanto en políticos del ala derecha, como en políticos del ala izquierda, por razones diferentes, que van desde el presidente Trump, quien aparentemente ha sugerido que encarcelemos (lock up) a “globalistas” como George Soros, hasta Bernie Sanders, quien cree (believes) que “necesitamos fundamentalmente rechazar nuestras políticas de ‘libre comercio.’”

EL MITO ACERCA DE LA GLOBALIZACIÓN

Por un lado, están aquellos que se enfocan más en el aspecto social de la globalización y piensan de ella como si fuera una ideología. Para ellos, es un plan malévolo, impulsado por gente nebulosa y poderosa, que conduciría a la ausencia de una identidad nacional, inmigración masiva y alguna forma de gobierno mundial. Es por ello que, en vez de globalización, usan el término globalismo. Como lo mencionó el presidente Trump en su discurso (speech) ante las Naciones Unidas, “Rechazamos la idea de globalismo y aceptamos la doctrina de patriotismo.”

La narrativa también es popular en Europa, con el primer ministro de Hungría, Viktor Urban, llamando a George Soros enemigo de su país, culpándolo por patrocinar la acogida de miles de refugiados a Europa. Incluso ha pasado leyes antiinmigración llamadas “Paren a Soros” (“Stop Soros”). Los refugiados que entran al país no son sólo considerados una amenaza a la identidad nacional, sino que, también, son culpados de “robarles” los empleos a los autóctonos.

La izquierda, sin importar qué tanto puedan defender a los inmigrantes objetivo de los anti globalistas, de ninguna forma están necesariamente a favor de la globalización. En contraste, se oponen a la globalización económica, llamándola una política “neoliberal” (neoliberal), promovida por capitalistas ambiciosos. Para ellos, la globalización es beneficioso sólo para las elites nacionales y las corporaciones privadas; conduce a la desigualdad y, como toda política capitalista, a la explotación de los trabajadores.

Ambos enfoques, a pesar de sus lógicas diferentes, del todo dejan de lado el sentido de la globalización.

LA GLOBALIZACIÓN ES UN RESULTADO DE LA LIBERTAD

Wikipedia define a la globalización como “el proceso de interacción e integración entre gente, empresas y gobiernos de todo el mundo.” En otras palabras, la globalización es lo que sucede cuando usted deja a las personas en libertad de interactuar entre sí, en una escala global. Es el resultado de la libertad, no de la fuerza política. Esa es la razón de por qué es un error considerarla una ideología, en vez de un simple proceso.

Las teorías de conspiración de George Soros o del Nuevo Orden Mundial son, francamente, ni siquiera algo que merece ser comentado. Pero, ¿qué acerca de esas críticas a la globalización, que tienen un mayor fundamento en la realidad?

La crítica a la globalización económica a menudo se traduce en una crítica al libre movimiento de bienes, servicios, tecnologías y capital. A partir de 1990, gracias al resurgimiento de la globalización y la supremacía del capitalismo, “más de mil millones de personas se han levantado de la pobreza extrema y la tasa global de pobres es ahora más pequeña de lo que ha sido en toda la historia registrada,” según el Banco Mundial (World Bank).

Más específicamente (specifically), en el 2015, 736 millones de personas vivía con menos de $1.90 al día, cantidad menor a los 1.850 millones en 1990. Por supuesto, todavía hay problemas por resolver en el mundo, y esa es la razón por la cual el Banco Mundial ha fijado la meta del 2030, para terminar con la pobreza global.

Pero, incluso después de esta declinación de la pobreza que ha roto los récords, todavía hay algunos escépticos de los beneficios de la globalización, porque, mientras que millones de personas pueden escapar de la pobreza, algunos son de la opinión de que sólo los ricos se benefician y de que no todos cosechan los frutos de la globalización.

Un artículo (paper) de Branko Milanovic acerca de la desigualdad global, ofrece una excelente explicación acerca de los ganadores y perdedores con la globalización entre 1988 y el 2008.

“Como lo muestra el gráfico, en efecto, es en la parte más elevada de la distribución del ingreso global y entre “la emergente clase media global,” la que incluye más de un tercio de la población mundial, en donde encontramos los aumentos más significativos del ingreso per cápita. (…) Son estos dos grupos -el 1% más elevado del mundo y las clases medias de las economías de mercado emergentes- en donde, quienes, de hecho, son los principales ganadores de la globalización.

La única excepción es el 5% más pobre de la población, cuyos ingresos reales han permanecido constantes. Es este incremento del ingreso en la parte baja de la pirámide global, lo que ha permitido que la población que el Banco Mundial llama los pobres absolutos (gente cuyo ingreso per cápita es menor de 1.25 dólares diarios, en términos de su poder de compra), disminuir desde un 44% a un 23%, en aproximadamente los mismos 20 años.

Pero, los mayores perdedores (además del 5% más pobre) o, al menos, los “no-ganadores” con la globalización, fueron aquellos que están entre los percentiles 75 y 90 de la distribución de ingreso global, cuyas ganancias de ingreso real fueron esencialmente nulas.”

El gráfico 4: Cambio en el ingreso real entre 1988 y el 2008 en diversos percentiles de la distribución de ingreso global (calculado en términos de dólares internacionales del 2005), puede verse en https://fee.org/articles/globalizati...free-critique/

Los ganadores de la globalización son el 1 por ciento con ingresos más altos del mundo y las clases medias de las economías emergentes, que constituyen más de 2.000 millones de personas. Aunque el cinco por ciento más pobre de la población ha visto cómo sus ingresos permanecen constantes, el mayor perdedor es la clase media alta global.

Para alguien que sólo percibe a capitalistas ladrones y ricos opresores e ignora a la gente más productiva de la sociedad, estas cifras pueden parecerles irrelevantes. Pero, usted no puede ignorar la tasa de pobreza global más baja que jamás se haya registrado, sólo porque los ricos también se están enriqueciendo.

Los humanos han vivido la mayor parte de su existencia en pobreza. La pregunta que debemos hacernos no es qué hace que las personas sean pobres, sino qué es lo que hace que sean ricas. Sólo ahora, después de miles de años de horribles condiciones de vida y de un crecimiento que avanza con lentitud inamovible, podemos ver a millones escapándose de la pobreza bajo una economía globalizada. No es un mundo de ángeles y de santos, pero, por el momento, es lo mejor que hemos tenido.

Evangelos Andreou es un estudiante de Ciencias Políticas en la Universidad Panteion y de Economía en la Universidad Americana en Grecia. Es también el coordinador local de Estudiantes Europeos por la Libertad.