¿ERAN LOS NAZIS REALMENTE SOCIALISTAS? DEPENDE DE CÓMO DEFINE USTED AL SOCIALISMO

Por Michael Rieger

Fundación para la Educación Económica
Viernes 19 de abril del 2019


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra subrayada, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/were-the-na...ine-socialism/

Al establecer el nacionalsocialismo, los nazis buscaron, una vez más, redefinir al socialismo.

No son todos los días en que un miembro activo del Congreso de los Estados Unidos cita en plenario a Mein Kampf, pero eso es lo que el representante Mo Brooks (Rep. Mo Brooks) de Alabama, decidió hacer el 25 de marzo, posterior al informe del ministro de Justicia, William Barr, acera del Reporte Mueller. En su discurso, en ese momento, Brooks se refirió a Adolfo Hitler como un “socialista,” haciendo una conexión entre el Führer y los socialistas democráticos. Rápidamente los demócratas denunciaron los alegatos de Brooks; los nazis eran fascistas de la extrema derecha y, por tanto, distaban mucho del socialismo ̶ en especial del socialismo democrático. ¿Verdad?

Es complicado. Los nazis no llamaron a su ideología “nacionalsocialismo” porque pensaron que así sonaba bien. Ellos se oponían fervientemente al capitalismo. Incluso el principal propagandista del partido nazi, Joseph Goebbels, en una ocasión enfatizó que antes preferiría vivir bajo el bolchevismo que del capitalismo. Los nazis erigieron grandes proyectos de obra pública, como la Autobahn [autopistas], prometieron pleno empleo e incrementaron dramáticamente el gasto gubernamental.

Por otra parte, los nazis eran virulentamente anticomunistas. Ese sentimiento, junto con el nacionalismo alemán y el antisemitismo, fue uno de los principales pilares del nazismo, esquematizado por Hitler en Mein Kampf [Mi Lucha]. Una vez en el poder, los nazis apoyaron y fueron apoyados por grandes empresas e incluso privatizaron algunos pocos servicios operados por el gobierno ̶ todas cosas que harían que Marx diera vueltas en su tumba.

DEFINICIONES CAMBIANTES

Entonces, ¿por qué los nazis se llamarían a sí mismos “socialistas”? En parte es porque el término “socialismo” ha estado cambiando constantemente y variando desde su creación. Algunas variaciones de socialismo no tienen el menor parecido con los trabajos de Karl Marx. De acuerdo con The Counter-Revolution of Science [La Contrarrevolución de la Ciencia], de Friedrich Hayek, el término “socialismo” fue acuñado en los años 1800, por el filósofo francés Henri de Saint-Simon, quien creía que la industrialización y la Revolución Científica demandaban un reordenamiento completo del gobierno y la sociedad.

Escribiendo en la secuela de la Revolución Francesa, Saint-Simon se imaginó una sociedad totalitaria, manejada por una élite tecnocrática compuesta por industriales, académicos, empresarios y científicos. A los socialistas tempranos primordialmente les interesó mejorar la sociedad por medio de la organización central y el descubrimiento científico, y no fue sino hasta Marx cuando el socialismo llegó a asociarse con la lucha de clases.

Marx se burló de estos socialistas tempranos al llamarlos “socialistas utópicos” (utopian socialists), y, junto con Friedrich Engels, él desarrolló su propio “socialismo científico.” Marx vio a las clases envueltas en una lucha perpetua por los recursos materiales y creyó que el capitalismo inevitablemente conduciría a una revolución global de trabajadores contra la burguesía. Luego, el proletariado victorioso establecería una sociedad comunista, en donde no habría clases y existiría la propiedad común de los medios de producción. Los marxistas-leninistas llegaron a definir más estrictamente el “socialismo,” para dar a entender el período intermedio entre el capitalismo y el comunismo, en donde el estado poseía los medios de producción y administraba centralizadamente a la economía.

Al establecer el nacionalsocialismo, los nazis buscaron, una vez más, redefinir al socialismo. El nacionalsocialismo empezó como una fusión de las ideas socialistas de una economía administrada tecnocráticamente, con el nacionalismo Völkisch [Nota del traductor: palabra difícil de traducir, pues “volk” significa “pueblo” o “gente”, por lo que Völkisch podría entenderse como “folclórico” o “populista”], una forma de nacionalismo alemán profundamente antisemita. En su creciente ideología, los nazis vieron tanto al capitalismo como al comunismo, como un materialismo enfermizo y basado en el egoísmo, en vez de la unidad nacional, rasgos que ellos asociaron negativamente con el judaísmo. Oswald Spengler, una de las principales influencias intelectuales del nazismo, fue tan lejos como llamar al marxismo “el capitalismo de la clase trabajadora.” La redefinición del socialismo por los nazis fue llevada a cabo por medio de la Völksgemeinschaft [comunidad popular], la que servía como medio para conectar al individuo con el estado.

LOS NAZIS NO ERAN ESTRICTAMENTE SOCIALISTAS

Si bien los nazis despreciaban al capitalismo, ese desprecio no se extendió a los propios capitalistas. El conflicto de clases figuró poco en la concepción nazi del socialismo, excepto en la facción strasserista del partido, la que fue purgada durante la Noche de los Cuchillos Largos (Night of the Long Knives). En vez de ello, consideraban como necesarios tanto a capitalistas como a trabajadores, ocupando papeles importantes dentro de la Völksgemeinschaft. Los nazis también se distinguieron de los marxistas al apoyar la propiedad privada, aunque eso se dio con algunas salvedades.

El gobierno nazi no fue propietario de los medios de producción en Alemania, pero ciertamente los controlaba. Se establecieron oficinas de control, carteles y monopolios patrocinados por el estado y Konzerns [Nota del traductor: agrupaciones o corporaciones empresariales], los que luego el gobierno planificó [planned) y reguló minuciosamente. Difícilmente los líderes industriales objetaron. Al rendir el control de sus empresas al estado, ellos se aislaron de las fuerzas del mercado, asegurándose su permanencia en la parte más alta de las industrias correspondientes.

Tal como lo muestran los socialistas tempranos, Marx y los nazis, el socialismo se refina constantemente, y sus diversas encarnaciones pueden ser radicalmente diferentes las unas de las otras. Esta tendencia continúa hoy, con el resurgimiento del socialismo democrático y de políticos como Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez (AOC). Sanders y AOC apuntan a su versión de socialismo, como brindando a los individuos “derechos económicos” (economic rights), con el gobierno supliendo el cuido de la salud, las colegiaturas en las universidades y otros servicios diversos.

A diferencia de los marxistas, los socialistas democráticos no creen en la plena propiedad gubernamental de los medios de producción, no desean administrar tecnocráticamente a la economía, tal como lo hicieron los nazis. En vez de ello, según los Socialistas Democráticos de los Estados Unidos (Democratic Socialists of America), “creen que los trabajadores y consumidores que son afectados por instituciones económicas, deberían poseerlas y controlarlas.”

SOLUCIONES DE ARRIBA HACIA ABAJO VERSUS DE ABAJO HACIA ARRIBA


La amplia varianza entre el socialismo utópico, el comunismo, el nacionalsocialismo y el socialismo democrático facilita notoriamente a los miembros de cada una de esas ideologías, que muevan negativamente sus dedos hacia otros y les digan, “Ese no era el verdadero socialismo.” No obstante, hay un hilo en común entre cada una de esas definiciones de socialismo. Desde Saint-Simon a AOC, todos los autodescritos como socialistas han compartido la creencia en que, respuestas desde arriba hacia abajo para los problemas sociales, son superiores a las respuestas de abajo hacia arriba, creadas por el mercado libre.

Marx odiaba al mercado libre por obscurecer el valor del trabajo de los obreros, mientras que Hitler odiaba al libre mercado porque había unido a culturas y dificultaban el belicismo. AOC cree que el mercado libre es incapaz de responder al cambio climático y, como sus antepasados, ella planea usar al estado como un vehículo para un reajuste económico y social dramático.

Entonces, ¿eran socialistas los nazis? Sólo de acuerdo con ellos mismos. Pero, de nuevo, otra vez, en el grado en que un sentido limitado sean socialismo, prácticamente siempre ese ha sido el caso.

Michael Rieger obtuvo su bachillerato (2016) en historia en la Universidad de Michigan, especializándose en historia de Asia Oriental. Su tesis, “Echar Marcha Atrás: La Batalla Secreta por la Economía Japonesa,” se enfocó en las disputas ideológicas involucradas en la reconstrucción de la economía japonesa, después de la Segunda Guerra Mundial, y obtuvo el Premio William P. Malm como Estudiante Destacado que Escribiera sobre Asuntos Japoneses, y el Premio Arthur Fondler por la Mejor Tesis de Grado. Él trabajo interinamente en el Instituto Cato y en Libertarianism.org en el otoño del 2016.