DESIGUALDAD DEL INGRESO: 3 MITOS COMUNES REFUTADOS

Por Being Classically Liberal

Fundación para la Educación Económica
Martes 5 de febrero del 2019


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra subrayada, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/income-ineq...yths-debunked/

Una mirada más profunda a un rango amplio de datos, muestra que muchas percepciones comunes acerca de la desigualdad del ingreso son incorrectas.

1. EL UNO POR CIENTO MÁS ALTO ESTÁ RECIBIENDO TODO EL CRECIMIENTO DEL INGRESO, MIENTRAS QUE LA CLASE MEDIA SE ESTANCA

Un artículo (paper) publicado en el 2003 por los economistas Thomas Piketty y Emmanuel Saez, reportó que, durante las últimas décadas, la parte del ingreso total que va a dar al 1 por ciento más alto se duplicó, mientras que los ingresos de la clase media declinaron en un 8 por ciento. Estos hallazgos han sido citados repetidamente como prueba de que el capitalismo al estilo estadounidense es un fracaso.

Sin embargo, medir los ingresos de la clase media, así como los ingresos del 1 por ciento más alto, es una tarea difícil. Hay oportunidades importantes de cometer errores de medición, desacuerdos acerca de lo que se debería considerar como ingreso, qué medidas usar para ajustar los ingresos por la inflación, etcétera.

Con el paso del tiempo, ha surgido más investigación que ha mejorado la metodología original de Piketty y Saez (2003) y brindado mejores estimaciones de la evolución de la desigualdad en los Estados Unidos. Estos estudios, como los de Auten and Splinter (2018), Larrimore et al. (2017), y Bricker et al. (2016), todos muestran que la desigualdad ha crecido mucho menos que la originalmente estimada por Piketty y Saez, usualmente, más o menos, tanto como la mitad.

El cuadro citado puede verse en https://fee.org/articles/income-ineq...yths-debunked/

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El Urban Institute, un centro de pensamiento de Washington, D.C., también ha demostrado (ver el cuadro citado) que, contrario a los métodos de Piketty y Saez (2003), el cual implicaría que todo el crecimiento económico desde 1979 habría ido al 10 por ciento más alto, estimaciones recientes muestran cálculos vastamente menores de crecimiento económico desigual.

Y, en contraste con la idea de una estancada clase media de los Estados Unidos, la Oficina Presupuestaria del Congreso (Congressional Budget Office) (CBO) encuentra que el 80 por ciento más bajo de la distribución del ingreso (esto es, las clases pobres y medias) vieron crecer sus ingresos en un 32 por ciento entre 1980 y el 2015. Después de tomar en cuenta la progresividad de los impuestos y los pagos de transferencias a las familias, como los pagos de seguridad social, los quintiles del ingreso medio (esto es, la clase media) y el quintil de ingresos más bajos (esto es, los pobres) vieron crecer sus ingresos en un 46 y un 79 por ciento respectivamente.

2. EL 1 POR CIENTO MÁS ALTO LO FORMAN CAPITALISTAS PEREZOSOS QUE VIVEN EN LUJO DEBIDO A SUS HERENCIAS E INVERSIONES PASADAS

Resulta que esto puede ser más un estereotipo que un tópico verdadero. Usando datos de millones de empresas y de sus dueños, economistas del Tesoro de los Estados Unidos y del National Bureau of Economic Research (NBER), recientemente exploraron la naturaleza de quienes tuvieron los ingresos más altos en los Estados Unidos entre el 2001 y el 2014.

Al contrario de la narrativa de los gatos gordos del populista ordinario, “los mayores ganadores son predominantemente ricos que trabajan, y la mayoría de los ingresos más altos va a dar a… asalariados y empresarios, no a poseedores ociosos de capital financiero y físico.” Según esta investigación (research), “empresarios que administran activamente sus firmas son claves para la desigualdad en los altos ingresos.”

Ahondando más en los datos, se revela que el negocio típico propiedad de alguien que está en el máximo 1 por ciento, un 0.1 por ciento de los que tienen esos ingresos es una empresa de un solo establecimiento (por ejemplo, abogados y consultores) o en servicios de salud (por ejemplo, médicos y dentistas). Por encima de esto, ellos encontraron que “al menos un 75%” de los que más ingresos reciben, incluyendo millonarios, es producto de su esfuerzo propio.

Si alguien tiene dudas del valor del trabajo realizado por estos individuos tan ricos, considere que los economistas encontraron que las utilidades de una empresa privada caen un asombroso 75 por ciento después de que el dueño se muere o se pensiona.

3. LA DESIGUALDAD CRECIENTE ES PRIMARIAMENTE IMPULSADA MÁS POR DIRECTORES DE EMPRESAS (CEO) PAGADOS MÁS Y POR TRABAJADORES PAGADOS MENOS

No hay duda que esto sucede en algún grado, pero no captura el panorama total de la desigualdad en los Estados Unidos. En un artículo fascinante titulado “Firming Up Inequality,” economistas de la Administración de la Seguridad Social y del NBER, iluminan el rol que las empresas juegan en la evolución de la desigualdad.

Usando una base de datos masiva, que cubre decenas de millones de empleados y patronos, los economistas demuestran que, dentro de las mismas empresas, la desigualdad del ingreso no crece tanto como lo hace entre firmas diferentes.

En otras palabras, la desigualdad del ingreso no es tanto una función del trabajador promedio de Wal-Mart, que se las pasa con salarios estancados mientras que el CEO se hace más y más rico. Más bien, es más un resultado de una empresa -por ejemplo, una firma de abogados- que paga salarios más altos y que tiene salarios más altos en promedio, en comparación con otra que paga comparativamente menores salarios con poco crecimiento salarial, digamos, como una cadena de comida rápida.

Los economistas encuentran que, entre 1981 y el 2013, dos terceras partes del aumento en la desigualdad de ingresos es atribuible a un alza en la desigualdad entre firmas, y que alrededor de un tercio es resultado del aumento en la desigualdad dentro de las empresas.

Según los datos, entre compañías de más de 10.000 trabajadores, los 50 empleados más altamente pagados (incluyendo al CEO y a otros ejecutivos sénior) han logrado un crecimiento de sus ingresos más rápido que los empleados promedio, posiblemente a causa de cómo la compensación de los ejecutivos está ligada crecientemente al mercado de valores.

A pesar de lo anterior, una compensación creciente a los altos ejecutivos de las empresas grandes explica un sencillo 3 por ciento del incremento en la desigualdad del ingreso dentro de las firmas a la que ellos pertenecen. ¿Por qué? Bueno, los autores hacen ver que “ellos forman una parte muy pequeña del empleo ̶ equivalen a sólo 35.000 de los 20 millones empleados en las empresas grandes… los ingresos crecientes de los altos ejecutivos explican poco del aumento en la varianza de los ingresos en general (esto es, de la desigualdad de ingresos).”

CONCLUSIÓN

En momentos que políticos están pidiendo tasas marginales de un 70 por ciento sobre los ricos, para reducir los niveles supuestamente catastróficos de desigualdad en el ingreso, vale la pena preguntar si son sólidas las premisas en las que se basa el argumento a favor de una imposición confiscatoria.

Si los ricos no están devorando todo el ingreso de la economía, el caso a favor de la confiscación tributaria pierde valor. Si los ricos son empresarios en vez de gatos gordos, la tributación confiscatoria puede desalentar la innovación, en vez de la antisocial búsqueda de rentas (rent-seeking). Y, si la desigualdad no es impulsada tanto por la paga a los altos ejecutivos y es predominantemente causada por algunas empresas (y por todos los empleados dentro de la empresa) a las cuales les va mejor que otras, entonces, tal vez, podría ser enfrentada de una manera más eficiente, que no involucre penalizar colectivamente a las personas por ser exitosas.

Being Classically Liberal (Siendo Liberal Clásico)

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