ARDID DE GOBERNANTES COMPLACIENTES

Por Jorge Corrales Quesada


El pasado 5 de febrero, el presidente de la República y su ministro de Educación (MEP), firmaron una ley por que varía transitorios de la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, recién aprobada por la Asamblea Legislativa. Esos dos transitorios se refieren a la dedicación exclusiva y al incentivo por recarga de labores, que, con la decisión citada arriba, se excluye de su aplicación a los docentes de aquel ministerio.

Se tildó de “errores” el que esos transitorios se aplicaran a los maestros. En el recargo de funciones, que previamente era de un 50%, el transitorio de la Ley de Fortalecimiento arriba mencionada, la definió en un 25% y, ahora, con la nueva ley aprobada el 5 de febrero, se regresa a ese 50%, en el caso de los educadores.

En cuanto a la dedicación exclusiva, según la ley de Fortalecimiento, cuando un funcionario tuviera un ascenso en propiedad se conservarían los porcentajes previos en el caso del grado de licenciatura. El sobresueldo sería de sólo un 25%, mientras que antes de esa ley era del 55%. La más reciente aprobación del presidente y ministro de Educación, la devuelve al viejo porcentaje del 55%.

No se ha señalado en cuánto se estima la disminución de egresos que se habría logrado con esas dos reformas de la Ley de Fortalecimiento, que ahora volverán como antes. Debe tenerse presente que el personal de educadores del MEP es parte muy alta del total del presupuesto del gobierno, por lo que su monto podría ser significativo.

A pesar del argumento del MEP de que, con esos pluses reducidos, se vería obligado a contratar 9.000 maestros adicionales, lo cierto es que esa argumentación puede usarse para cualquier cosa que signifique una reducción de cualquier privilegio o plus: siempre es posible argüir que será necesario contratar a nuevo personal, porque aquellas restricciones provocarían, supuestamente, una disminución del personal necesario.

Pero, hay algo más grave, pues echar para atrás parte de lo que en verdad ha sido una reducción relativamente pequeña del gasto gubernamental, abre un serio portillo. No sé si es por temor a otra nueva huelga sindical, principalmente de maestros, que se ha venido rumorando, que el gobierno decide tomar esas medidas restauradoras de privilegios, pero es posible que otros gremios, si bien relativamente menos poderosos, insistan en que rebajas de pluses específicos de la ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, dan lugar a salidas de personal y por eso se deben restablecer.

Los ciudadanos contribuyentes, que se verán apaleados con el montón de nuevos y mayores impuestos que incorpora aquella Ley (que pronto entrará en vigencia), se sentirán burlados por la falsa justificación en cierto momento lanzaron autoridades gubernamentales, para que se aprobaran esos impuestos a cambio de una reducción indispensable del gasto público. Muchos no fuimos tan tontos como para tragarnos ese argumento, pues la reducción de gastos en esa Ley de Fortalecimiento es muy baja. Insistimos en que era indispensable no contener, sino reducir, el excesivo gasto público para impedir la crisis (ahora alimentada por los mayores y nuevos impuestos de la Ley de Fortalecimiento). Con reducciones, como las dos en mención, el gobierno recula en reducir su gasto excesivo: una burla engañosa a la ciudadanía en proceso.

Publicado en mis sitios de Facebook, Jorge Corrales Quesada y Jcorralesq Libertad, el 8 de febrero del 2019.