EL MITO DEL GLORIOSO SISTEMA CUBANO DE CUIDO DE LA SALUD

Por Daniel J. Mitchell
Fundación para la Educación Económica
Miércoles 23 de enero del 2019


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra subrayada, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/the-myth-of...h-care-system/

Debería repugnarnos que haya gente que está dispuesta a ser engañada por el totalitarismo.

Existe una larga y sórdidas historia de gente en naciones occidentales que actúan como ingenuos y apologistas (as dupes and apologists) del comunismo.

Este es especialmente el caso con el puesto de avanzada, totalitario y terriblemente empobrecido, 90 millas al sur de Florida:


Basado en lo que él escribió (he wrote) en las páginas de opinión en el New York Times, Nicholas Kristof pertenece a esa lista de “tontos útiles”:

“Cuba… en el cuido de la salud… hace un trabajo impresionante del cual los Estados Unidos podrían aprender. …un infante estadounidense, según las estadísticas oficiales, es posible, casi en un 50 por ciento más, que muera en comparación con un infante cubano. Según mis cálculos, eso significa que 7.500 niños estadounidenses mueren cada año porque nosotros no tenemos una tasa de mortalidad infantil tan buena como lo reporta Cuba. …una importante fortaleza del sistema cubano es que asegura el acceso universal. Cuba tiene el Cuidado Médico para Todos [Medicare for All] que sueñan muchos estadounidenses. …Es también notable que Cuba obtiene excelentes resultados en salud [a pesar del] embargo financiero y comercial de los Estados Unidos. …Cuba rebosa de médicos ̶ tiene 3 veces lo que los Estados Unidos tiene per cápita. …La mayoría de los extranjeros dicen admirar al sistema de salud cubano. La Organización Mundial de la Salud lo ha alabado y Ban Ki-Moon, el anterior secretario general de las Naciones Unidas, lo describió como ‘un modelo para muchas naciones.’”

Kristof admite en su pieza que hay críticos quienes no creen los datos del régimen, pero, es claro que él no toma sus inquietudes con seriedad.

Y él definitivamente no comparte los datos de aquellos. Así que, echémosle una mirada más cercana a los hechos que no aparecen en la columna de Kristof.

Mi primera recomendación es ver el video de Johan Norberg (Johan Norberg’s video) acerca de la verdad real de la mortalidad infantil en Cuba.

Pero, hay mucho más.

Jay Nordliger fue el autor (authored), años atrás, en el 2007, del derribo del decrépito sistema cubano. He aquí algunos de sus aspectos más notables:

“La Izquierda siempre ha tenido una profunda necesidad psicológica de creer en el mito del cuido de la salud en Cuba. En esa isla, al igual en cualquier otro lado, el comunismo ha dado lugar a un desastre: económico, físico y moral. No sólo la persecución, la tortura y el asesinato han sido la rutina, sino que no tiene nada material que mostrar. La racionalización leninista fue, ‘Usted tiene que romper unos huevos para hacer una torta de huevo.’ Memorablemente, Orwell respondió, ‘¿Dónde está la omelet?’ Nunca aparece la torta de huevo. …existe un excelente cuido de la salud en Cuba ̶ no sólo para los cubanos ordinarios. …no hay sólo un sistema o incluso dos: Hay tres. El primero es para los extranjeros que específicamente llegan a Cuba para recibir cuido médico. A esto se le conoce como ‘turismo médico.’ Los turistas pagan con moneda fuerte… El segundo sistema de cuido de la salud es para las élites cubanas ̶ el partido, los militares, los artistas y escritores oficiales, etcétera. En la Unión Soviética a esta gente se les llamó la ‘nomenklatura.’ Y su sistema, como aquel para los turistas médicos, es de alto nivel. Luego está el verdadero sistema cubano, el que debe usar la gente común y corriente ̶ y es miserable. Los testimonios y la documentación sobre el tema son vastos. Los hospitales y las clínicas están en mal estado. Las condiciones son tan insalubres, que los pacientes pueden estar mejor en sus hogares, cualquier cosa que sea un hogar. Si tienen que ir a un hospital, deben llevar sus propias sábanas, jabón, toallas, alimentos, bombillos de luz ̶ incluyendo el papel higiénico. Y las medicinas básicas escasean. …El equipo con el que los doctores tienen que trabajar es anticuado o bien inexistente. Se ha sabido que los médicos tienen que volver a usar los guantes de látex ̶ no hay otra alternativa. …Tan deplorable es el estado del cuido de la salud en Cuba, que enfermedades anticuadas han regresado y con venganza. Estas incluyen la tuberculosis, la lepra y la fiebre tifoidea. Y el dengue, otra fiebre, es una amenaza concreta.”

Vaya, me imagino que las escaseces van más allá de papel higiénico (toilet paper).

Luego, obtenemos datos muy preocupantes de un artículo del 2004 (a 2004 article ) del National Post de Canadá:

“…una pequeña botella de tetraciclina cuesta $5 y un tubo de crema de cortisona lo echará para atrás con un precio de $25. Pero, ninguno se encuentra disponible en la farmacia local, la cual está muy limpia y sin manchones, pero que casi no tienen nada. Inclusive los productos farmacéuticos más comunes, como aspirina o alcohol para fricciones, están conspicuamente ausentes. …Los antibióticos, uno de los bienes más valiosos en esa isla comunista con problemas de dinero, son sumamente escasos y sólo se pueden encontrar en el mercado negro. La aspirina se puede comprar únicamente en las tiendas gubernamentales que sólo funcionan con dólares, las que tiene medicinas comunes con un enorme sobreprecio en dólares estadounidenses. Esto las coloca lejos de la mayoría de los cubanos, a quienes se les paga poco y en pesos. Su salario promedio es de 300 pesos al mes, alrededor de $12… los hospitales para turistas están bien suplidos con equipos de punta y medicinas importadas, dijo un pediatra cubano, quien no quiso ser identificado. …Los turistas tienen todo lo que necesitan… Pero, para los cubanos, es diferente. A menos que usted trabaje con turistas o tiene un pariente en Miami que le envía dinero, si usted se enferma en Cuba no podrá obtener lo que necesita. Como médico, lo encuentro repugnante.”

Y, he aquí alguna investigación académica (some scholarly research) de Katherine Hirschfeld de la Universidad de Oklahoma (gracias a la fuente Scott Johnson):

“…el gobierno cubano continúa respondiendo a la crítica internacional acerca de su historial de derechos humanos, citando… las alabanzas por sus logros en salud y medicina… las descripciones inequívocamente positivas del sistema de cuido de la salud en Cuba que aparecen en la literatura de ciencias sociales, son algo engañosas. A fines de la década de 1990, conduje más de nueve meses de etnografía cualitativa y de investigación en archivos en Cuba. Durante ese tiempo, estuve a la par de los médicos en las clínicas de salud familiar, conduje entrevistas formales e informales con cantidad de profesionales de la salud, viví en comunidades locales y busqué participar, tanto como fuera posible, en la vida cotidiana. En el transcurso de esa investigación, encontré una cantidad de discrepancias entre la forma en que el sistema cubano de salud había sido descrito en la literatura académica y la forma en que aparece descrito y experimentado por los propios cubanos. …Después de sólo unos pocos meses de investigación… se hizo crecientemente obvio que no parecía que muchos cubanos tuvieran una visión muy positiva del sistema de cuido de salud. Una cantidad de gente se quejó informalmente ante mi persona de que sus doctores no eran eficaces, que las mejores clínicas y hospitales sólo servían a las élites políticas y que los escasos suministros médicos a menudo se los robaban de los hospitales y se vendían en el mercado negro. Se formularon críticas adicionales acerca del nivel de la politización del cuidado médico… La crítica pública del gobierno es un crimen en Cuba y las penas son severas. Formular formalmente narrativas críticas acerca del cuido de la salud sería visto como un acto criminal, tanto para mi como investigadora, como para la gente que habló abiertamente conmigo. …Uno de los problemas con el sistema de cuido de la salud en Cuba que más rápidamente se hace evidente, es la escasez severa de medicinas, equipo y otros suministros. …Muchos cubanos (incluyendo una cantidad de profesionales de la salud), también tenían serias quejas acerca de la intrusión de la política en el tratamiento médico y en la toma de decisiones acerca de la salud.”

Asimismo, tres académicos de la Universidad Texas Tech encontraron datos muy problemáticos (found very troubling data) cuando investigaban el sistema de salud de la nación (gracias a la fuente David Henderson):

“Con un 11.1% del PIB dedicado a la salud y con un 0.8% de la población laborando como médicos, una cantidad sustancial de recursos está dirigido hacia la reducción de la mortalidad infantil y al aumento de la longevidad. Una economía con una planificación económica centralizada, como la de Cuba, puede movilizar más recursos a una industria de lo que su población puede desear para lograr los resultados deseados en esa industria, a expensas de otros bienes y servicios que la población puede desear con mayor intensidad. …A los médicos se les dan metas de resultados en salud que deben llenar o bien encarar penalizaciones. Esto provoca incentivos para manipular los datos. Por ejemplo, tome la muy alabada tasa de mortalidad infantil. En la mayoría de los países, el cociente de los números de muertes neonatales y de las muertes a finales del período fetal, se encuentra dentro de cierto rango entre los países, debido a que tienen muchas causas y determinantes en común. …Cuba, con un cociente de 6, era un claro caso atípico. Este cociente sesgado es evidencia de que los médicos muy posiblemente recalifican las muertes neonatales tempranas, como muertes al final del período fetal, desinflando las estadísticas de mortalidad infantil y apuntalando las de esperanza de vida. Los médicos cubanos estaban volviendo a clasificar las muertes neonatales como muertes a finales del período fetal, para que los doctores satisficieran los objetivos gubernamentales de mortalidad infantil. …A menudo los médicos llevan a cabo abortos sin un claro consentimiento de la madre, planteando serios temas de ética médica, cuando los ultrasonidos revelan anormalidades fetales, debido a que, ‘de otra forma puede elevar la tasa de mortalidad infantil.’ El papel de la opresión económica y política de obligar que haya ‘buenos’ resultados en salud, amerita un estudio ulterior.”

En resumen, Cuba es un infierno, y no se puede confiar en las estadísticas de un gobierno represivo.

Aunque el mensaje verdadero de esta columna es que debería repugnarnos gente que está dispuesta a ser engañada (willing to be dupes) por el totalitarismo.

Y puedo entender por qué hay gente dispuesta a degradarse de una manera tan susceptible a la crítica (so sensitive to criticism).

Post Scriptum. El New York Times tiene una historia patética de cubrir los crímenes del comunismo, siendo notable Walter Duranty, a quien se le otorgó el Premio Pulitzer en 1932, si bien mintió vilmente en sus reportajes para promover el horrendo régimen de Stalin. Incluso tapó el holocausto de Stalin al pueblo ucraniano. Aun cuando las malvadas acciones de Duranty son ahora del conocimiento público (now public knowledge), el Consejo del Premio Pulitzer nunca ha revocado la distinción. Para crédito del New York Times, por lo menos ha reconocido (has acknowledged) que Duranty mintió para promover la brutal dictadura de Stalin. Uno se pregunta si eventualmente el periódico dará excusas por Kristof.

Post Post Scriptum. Tampoco me siento impresionado porque el anterior Secretario General de las Naciones Unidas endosó el sistema de cuido de la salud de Cuba. Después de todo, fue un oficial de la ONU quien alabó la ausencia de obesidad (praised the lack of obesity) entre la población hambrienta de Corea del Norte.

Este artículo se reproduce con el permiso de International Liberty.

Daniel J. Mitchell es un economista basado en Washington, quien se especializa en política fiscal, particularmente en reforma tributaria, competencia internacional en impuestos y en el peso económico del gasto del gobierno. También sirve en el directorio editorial de Cayman Financial Review.