Que lo tengan claro los socialistas que dicen, tal vez creyéndonos tontos, que el socialismo (democrático) que ellos apoyan es el de Dinamarca y no el de Venezuela. Pero lean lo que señalan esos economistas daneses.

DE ECONOMISTAS EN DINAMARCA A LOS ESTADOS UNIDOS: SÍ, NOSOTROS NO SOMOS SOCIALISTAS

Por Ben Johnson

Fundación para la Educación Económica
Viernes 18 de enero del 2019


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra subrayada, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/economists-...not-socialist/

Después de alcanzar un punto de inflexión económica durante la década de 1970, gobiernos sucesivos introdujeron una mezcla de reformas -incluyendo menores subsidios de bienestar social, privatización parcial de las pensiones y una menor regulación- que han restaurado sus venturas económicas.

Los socialistas democráticos han presentado a Dinamarca como una nación esquiva, en la que el socialismo ha tenido éxito y es así un modelo de las políticas que ellos implantarían en los Estados Unidos. Bernie Sanders con regularidad invocó a Dinamarca en la campaña presidencial del 2016 y Alexandra Ocasio-Cortez (AOC) reaseguró a quienes la vieron en el programa de televisión 60 Minutes, que su versión de socialismo se inclinaría más (viewers that her version of democratic socialism would veer more toward) hacia Dinamarca que a Venezuela.
Hace pocas semanas, un centro de pensamiento de libre mercado en Dinamarca, el Center for Political Studies (CEPOS), emitió un reporte de 20 páginas en el que les dice a los estadounidenses que (1) Dinamarca no es un país socialistas y que (2) aun así, las políticas estatistas han ocasionado un daño económico significativo.

DINAMARCA NO ES SOCIALISTA

El reporte de 20 páginas (20-page report) indica que, con base en algunas mediciones, Dinamarca y los países nórdicos “socialistas” tienen mayor libertad económica que los Estados Unidos:

“El índice de Libertad Económica del Instituto Fraser califica a Dinamarca en el lugar número 16 (entre 162 países). De acuerdo con el Índice de Libertad Económica de la Heritage Foundation, Dinamarca (calificada en el lugar 12 entre 180 países) obtiene un lugar superior a los Estados Unidos (el número 18). Dinamarca generalmente califica más alto en regulación, protección de la propiedad privada, lucha contra la corrupción, flexibilidad del mercado laboral y del comercio, pero se cataloga baja en impuestos y gasto público, los cuales son muy altos en Dinamarca, comparados con otros países.”

“El alto nivel de libertad económica es una explicación del nivel relativamente alto del ingreso en Dinamarca, a pesar de los niveles elevados de impuestos y de un estado de bienestar grande,” afirma el reporte.

Los autores del informe -Mads Lundby Hansen, Carl-Christian Heiberg y Thomas Due Bostrup- muestran a Dinamarca siguiendo el esquema familiar de sus países nórdicos hermanos: Llegó a ser un país rico antes de introducir un estado de bienestar siempre creciente en la era de la posguerra. Pero, después de alcanzar un punto de inflexión económica durante la década de 1970, gobiernos sucesivos introdujeron una mezcla de reformas -incluyendo menores subsidios de bienestar social, privatización parcial de las pensiones y una menor regulación- que han restaurado sus venturas económicas.

Pero, si Sanders y AOC exageran la extensión del intervencionismo económico en Dinamarca, agrega CEPOS, entonces, la Casa Blanca subestima el daño económico.

ESTRUJANDO A LAS CLASES BAJAS Y MEDIAS

El Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca exploró “Los Costos de Oportunidad del Socialismo” (The Opportunity Costs of Socialism) el pasado octubre. “Al leer el reporte, uno puede fácilmente obtener la impresión de que los impuestos en Dinamarca son sólo ligeramente superiores a aquellos de los Estados Unidos,” afirman los autores de CEPOS.

En efecto, los impuestos son mucho más altos en Dinamarca ̶ especialmente sobre las clases pobres y medias. El gobierno confisca más de la mitad de virtualmente todos los ingresos. Los daneses de bajos ingresos pagan una tasa marginal efectiva del 56 por ciento; la clase media paga un 57 por ciento.

Los daneses extremadamente pobres tienen más dinero que los estadounidenses pobres ̶ pero, la diferencia no puede ser financiada exclusivamente por los ricos. “El estadounidense promedio tiene un ingreso mayor en un 27 por ciento que el danés promedio,” reporta CEPOS, “mostrando en Dinamarca tanto un PIB per cápita menor como impuestos más elevados.”

La mayor diferencia son los altos impuestos al consumo en Dinamarca. Su impuesto al valor agregado (IVA) impone un gravamen del 25 por ciento en la venta de cualquier cosa ̶ y existen impuestos adicionales sobre el café, la cerveza y el chocolate.

La sección acerca del impuesto gravado a los dueños de vehículos es una lectura fascinante. ¿Cuántos estadounidenses saben que “en Dinamarca usted paga un impuesto anual de propiedad del vehículo de tipo pick up $1.200 al año”? (Jim Gilmore, actualmente el presidente de American Opportunity Foundation, logró ser electo gobernador del estado de Virginia, haciendo campaña contra el impuesto estatal a los carros, que era de aproximadamente la mitad de aquella cantidad.)

Estos impuestos dañan particularmente al pobre, quien lucha para pagar por sus necesidades. “Altos impuestos al consumo significan que usted puede comprar menos bienes por cada hora extra que trabaje. Por tanto, los impuestos al consumo distorsionan la decisión acerca de trabajar” ̶ esto es, desincentivan el trabajo, la inversión y el progreso.

LOS ESTADOUNIDENSES ESTARÍAN PEOR SI ADOPTAN EL MODELO DANÉS

El reporte de la Casa Blanca concluye que, adoptar el estado de bienestar nórdico de su cúspide en la década de 1970, reduciría el PIB de los Estados Unidos en un 19 por ciento. Afirma CEPOS, “Eso parece ser plausible, aunque pensamos que la declinación del ingreso en los Estados Unidos sería de más del 19 por ciento.”

La historia de Dinamarca está inextricablemente ligada al comercio, al intercambio y a la fe. Copenhague significa “bahía del comerciante,” y su historia le debe mucho al Obispo Absalón, quien murió en 1201. El reporte -que bien vale la pena leerlo en su totalidad (well worth reading in its entirety)- señala cómo el país se movió hacia la ruina fiscal, al alejarse de la libertad económica y de depender de instituciones intermedias.

El mensaje desde Dinamarca es claro: adoptar incluso una versión suave de socialismo democrático, como la propuesta por Sanders y AOC, haría que los estadounidenses fueran más pobres e inhibiría su florecimiento.

Aquel que tenga oídos para escuchar, hagamos que escuche.

Este artículo se reimprimió con el permiso del Acton Institute.

El Reverendo Ben Johnson es editor sénior del Instituto Acton. Su trabajo se enfoca en los principios necesarios para crear una sociedad libre y virtuosa en la esfera transatlántica (los Estados Unidos, Canadá y Europa).