Entendiendo la enorme complejidad del orden económico, que produce miríadas de bienes y servicios provenientes de pedacitos de conocimientos de innumerables individuos que los incorporan en su producción: la gran humildad es que nadie tiene el conocimiento completo de cómo hacer un lápiz. Ahora imagínese la arrogante pretensión de que todo el conocimiento necesario para producir los bienes y servicios de una economía esté en manos de un planificador central (el estado).

MILTON FRIEDMAN REVELA EN UN PAR DE MINUTOS LA HUMILDE VERDAD DE “YO, EL LÁPIZ”

Por John Miltimore

Fundación para la Educación Económica
Lunes 31 de diciembre del 2018


NOTAS DEL TRADUCTOR: (1) Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra subrayada, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/milton-frie...t-two-minutes/

(2) De nuevo, le recomiendo a mis apreciados lectores la lectura del artículo de Leonard Read, “Yo, El Lápiz,” cuya traducción al español puede encontrarla en http://www.hacer.org/pdf/Lapiz.pdf De su lectura se puede aprender mucho y, además, es muy entretenida.


“Yo, El Lápiz” fue un llamado a favor de la humildad (intelectual y económica).

Hace alrededor de 15 años, cuando trabajaba en un pequeño centro de pensamiento de libre mercado en el Medioeste de los Estados Unidos, tuve una conversación con un compañero, inteligente y puntilloso. Cuando él trajo a colación el libro clásico, “Yo, El Lápiz,” yo debo haber puesto una mirada en blanco.

“¿Usted no lo ha leído?” me preguntó.

La embarazosa verdad era que nunca ni siquiera había oído del libro. Cuando compartí ese hecho con mi colega, su semblante se retorció ligeramente. No estoy seguro de si fue sorpresa, piedad o lástima lo que cruzó su rostro ̶ tal vez fueron las tres juntas. (¿Qué puedo decir? Las escuelas de esos tiempos.)

El episodio fue un poquito embarazoso, perno no tuvo un impacto emocional sobre mi persona. Me propuse leer el libro del señor Read ̶̶ lo cual hice, si bien algo apuradamente. Disfruté del libro, pero, después de eso, durante muchos años pensé poco acerca de “Yo, El Lápiz.”

UN NUEVO CAPÍTULO

Eso cambió cuando llegué a la Fundación para la Educación Económica (FEE) en el 2018. Por supuesto, “Yo, El Lápiz,” fue escrita por el cofundador del FEE, el gran Leonard Read. El libro es parte de la historia y legado de nuestra organización. (Cuando la gente me pregunta cómo es que me gano la vida, casi que invariablemente menciono este famoso trabajo.)

Tal como muchos lectores lo saben, diciembre marca el 60 aniversario de “Yo, El Lápiz.” Durante semanas he pensado que decir en honor de este importante trabajo. Pero, ello ha resultado ser más difícil de lo que pensé, por un par de razones.

Primeramente, porque muchos escritores del FEE ha contribuido con historias maravillosas acerca de “Yo, El Lápiz,” en semanas recientes (aquí (here), aquí (here), aquí (here) y aquí (here)). Esto coloca un nivel muy alto para el escritor que busca compartir ideas únicas y convincentes.

En segundo lugar, como puede inferirse de la narrativa previa, “Yo, El Lápiz” me llegó relativamente tarde en mi vida. Como tal, el mensaje del libro no fue una epifanía; por así decirlo, ya yo era un “convencido.” La tesis central del libro -que ningún ser humano podría por sí solo producir algo tan simple como un lápiz- simplemente afirmaba aquello en que yo ya creía: que los humanos, en nuestra arrogancia, tomamos como dados los milagros de nuestro mundo y que tenemos poco conocimiento o apreciación de lo que toma producir los frutos que disfrutamos todos los días.

Al volver a leer, años después, “Yo, El Lápiz,” lo que me impacta del libro es su adorable humildad. No olvidemos que “Yo, El Lápiz,” fue publicado en 1958, menos de un año después de que el Sputnik 1 fuera lanzado al espacio y en el mismo año en que los Estados Unidos respondieron con el Explorer 1. La Carrera Espacial (Space Race) que sobrevino fue uno de los períodos más excitantes de la historia de los Estados Unidos, pero uno que también alimentó la creencia de que el genio humano podía hacer cualquier cosa -incluso conquistar el espacio o construir una nueva Babel- si tan sólo disponíamos de suficientes expertos y recursos.

“YO, EL LÁPIZ” Y LA HUMILDAD

El mensaje de “Yo, El Lápiz,” iba en contra de eso. El libro fue un llamado a favor de la humildad (intelectual y económica). Read mostró, de una manera creativa, que, a pesar de todas nuestras hazañas y toda nuestra brillantez, somos incapaces de crear, por nosotros mismos, incluso la más sencilla de nuestras herramientas. El conocimiento está disperso y el mundo y sus materiales son infinitamente más complejos que lo que la gente se da cuenta ̶ incluyendo a los planificadores centrales. Read, a diferencia de tantos “expertos,” no tenía temor a estas tres palabras sencillas: Yo no sé.

Este mismo mensaje aparece en el homenaje de Milton Friedman al trabajo de Read. En un poderoso video de solo dos minutos en tributo de “Yo, El Lápiz,” Friedman reconoce que él tiene escasa idea de dónde vienen los materiales para crear el lápiz que tiene en sus manos.

El video mencionado puede ser bajado en https://fee.org/articles/milton-frie...t-two-minutes/

“Esta virola con un latón al final, no tengo ni la más mínima idea de donde se originó,” dice Friedman. Ni la pintura amarilla o la pintura que traza líneas negras o la goma que lo mantiene unido. Literalmente, miles de personas cooperaron para hacer este lápiz.”

Es la misma humildad que permea a “Yo, El Lápiz.” Este libro nos muestra nuestro verdadero lugar en el esquema de las cosas.

El gran trabajo de Read debería ser leído anualmente, para recordarnos que nosotros, solos, no creamos riqueza. Los gobiernos no crean riqueza. Las personas que trabajan en un concierto voluntario, a menudo invisibles entre sí, crean la panoplia de bienes que disfrutamos.

Es un hecho que nos hace humildes, pero uno de verdad.

Jonathan Miltimore es editor administrativo de la FEE.org. Habiendo servido previamente como director de medios digitales en Intellectual Takeout, Jon fue responsable del contenido editorial diario, la estrategia de redes y de operaciones de medios sociales. Antes de eso, era el editor sénior de The History Channel Magazine, editor administrativo en Scout.com, y reportero en asignación general para el Panama City News Herald. Jon también sirvió con interno en el departamento de elaboración de discursos bajo George W. Bush.