Cierro este año traduciendo un artículo publicado hace 60 años y que sigue teniendo enorme vigencia. Leer “Yo, El Lápiz,” del pensador Leonard Read será el mejor regalo que le puedo dar para este fin de año. La lección que de él deriva el economista Gary M. Galles, no es la única, como podrá darse cuenta usted al leer la obra de Read.

LA PRINCIPAL LECCIÓN DE “YO, EL LÁPIZ”

Por Gary M. Galles

Fundación para la Educación Económica
Sábado 29 de diciembre del 2018


Nota del traductor: Recomiendo la lectura del artículo de Leonard Read, “Yo, El Lápiz,” cuya traducción al español puede encontrarla en http://www.hacer.org/pdf/Lapiz.pdf

La libertad aprovecha esta mayor riqueza de todos los recursos del mundo.”

“Yo, El Lápiz,” de Leonard Read es justificablemente famoso por usar un ejemplo sencillo -un lápiz- para demostrar cómo es en la realidad una compleja coordinación social. Si un individuo ni siquiera conoce cómo hacer un lápiz, ningún individuo o grupo puede saber lo suficiente como para dictar a otros como deberían hacerse cosas que son mucho más complejas. Pienso de ello como un cruce entre la “mano invisible” de Adam Smith y “El Uso del Conocimiento en la Sociedad” de Friedrich Hayek.

La mano invisible ofrece una metáfora acerca de la coordinación social y los beneficios brindados a otros como un producto no intencionado en la búsqueda de los individuos de su interés propio, bajo las reglas apropiada del juego ̶ derechos de propiedad privada. Y Hayek se enfoca en los detalles de tiempo, lugar y circunstancia que sólo ciertos individuos conocen, así como en la importancia de esa información para la creación de riqueza, lo que implica que la planificación central eficiente es lógicamente imposible, puesto que desperdicia demasiada información valiosa que forma la base de la creación de riqueza.

A pesar de lo anterior, Leonard Read también extendió a toda la civilización el mejor uso de la información que hacen los acuerdos voluntarios, en su artículo “A Role for Rationality, de su libro de 1969, Let Freedom Reign. Al celebrar el 60 aniversario de “Yo, El Lápiz,” y al aproximarse el 50 aniversario de Let Freedom Reign, sus palabras valen la pena que sean repensadas.

“El surgimiento de las sociedades civilizadas es el resultado de la libertad… en ninguna circunstancia de un diseño racional, premeditado.”

“El profesor F.A. Hayek… observa que: ‘El hombre moderno se enorgullece de que él ha construido su civilización, como si al hacerlo hubiera llevado a cabo un plan que previamente había formado en su mente. Por supuesto, el hecho es que, si en algún momento del pasado el hombre había trazado su futuro con base en el conocimiento existente de aquel entonces y, a partir de él, proseguir este plan, no estaríamos en donde hoy estamos.’”

“Toda sociedad digna de encomio… no ha florecido a partir de un esquema racionalmente diseñado… sino, por el contrario, ha florecido a partir de un estado de libertad al que se ha llegado involuntariamente, sin darse cuenta, accidentalmente.”

“La explosión creadora más grande de la historia tuvo su lugar en los Estados Unidos, en donde hubo un acercamiento mayor a la libertad -propiedad privada, libertad para hacer transacciones, intercambio voluntario, un gobierno limitado a conservar la paz- que en cualquier otro lado o en cualquier otro momento.”

“¿Fue premeditado el milagro de los Estados Unidos, una estructuración de la sociedad racionalmente diseñada? ¡Lejos de ello! La gente que arribó a esta tierra estaba huyendo de la tiranía del viejo mundo… [ellos] observaron que, entre más el gobierno controlaba las acciones de los hombres, mas empeoraban. Su conclusión: que el mejor gobierno es el que gobierna menos.”

“Los pobladores… limitaron al gobierno más severamente que como habían sido limitados hasta ese entonces… hombres más libres que antes… aquellos antecesores nuestros no tenían la más mínima idea de lo que les esperaba, excepto que cada cual podía ser dueño de sí mismo. Escogieron la libertad por la libertad en sí… libres de actuar creativamente como les pareciera.”

“Por vez primera en la historia, cada individuo, independientemente de su posición o estatus, era su propio hombre. Cada cual podía emplearse a sí mismo como le pareciera apropiado, cada cual retener los frutos de su propio trabajo, cada cual elegir su forma de culto; en una palabra, la libertad de escoger en todos los aspectos de la vida estaba abierta para unos y para otros.”

“Es tan sólo en una sociedad esencialmente libre que ciertas tendencias tienen la posibilidad de prevalecer: responsabilidad propia, costumbres perfeccionadas, una lucha apasionada por la excelencia intelectual, una voluntad para superar obstáculos, un entusiasmo enérgico volteado hacia la mejora personal, un espíritu empresarial abundante, competencia y precios libres.”

“La razón por la cual la creatividad y la felicidad social pueden florecer tan sólo en una sociedad esencialmente libre, es una enorme sabiduría o conocimiento que de otra manera no puede ser aprovechada… no sólo es el más importante, sino, también, el punto que es más pasado por alto en la economía política.”

“Lo opuesto a la libertad, una sociedad esencialmente autoritaria, en donde el dictador o un comité… planifican y dictan… ¿Con base en qué conocimiento funciona tal sociedad?... en operación no hay más conocimiento que el que él y su burocracia poseen.”

“Todo conocimiento en sociedad emana de una libertad que trata de funcionar y, sólo cuando este hecho es pasado por alto, es que la gente llega a creer que una sociedad autoritaria tiene posibilidades que valen la pena explorar.”

“Ahora, reflexionemos acerca del conocimiento que emana de una sociedad esencialmente libre. Es una luminosidad tan brillante que, por lo general, nos ciega no sólo en su génesis sino incluso en parte de nuestras vidas.”

“El enorme conocimiento que emana de una sociedad esencialmente libre se desarrolla en razón del hecho de que, en tal sociedad, ninguna persona impone su voluntad a la fuerza sobre alguna otra persona… Cuando nadie puede restringir a algún otro en sus acciones creativas, entonces, el conocimiento, las ideas, las intuiciones, son libres de emerger desde muchos millones de fuentes potenciales. La creatividad, en tal caso, ¡no tiene una inhibición externa!”

“La libertad aprovecha esta mayor riqueza de todos los recursos del mundo.”

“El conocimiento que la libertad hace posible para todos nosotros, es inimaginablemente más grande que el que conocimiento que pueden promulgar de aquellos que gobernarían a otros.”

“Más que nunca para tanta gente, es sólo una cuestión de quién debería gobernar… Se deja de lado al hecho de que su conocimiento o el mío es infinitesimal, que no existe suficiente conocimiento en un individuo específico como para gobernar a una sola persona, mucho menos a la sociedad. También dejada de lado… se encuentra la alternativa casi desconocida, notablemente impresionante, una vez que es comprendida. Esa alternativa es al agregado de todo el conocimiento emitido en, literalmente, millones de millones de pequeñas cantidades, provenientes de todos los que vivimos.”

Leonard Read reconoció que la libertad no sólo era la fuente responsable de la producción eficiente de lápices, multiplicado por miles de millones de veces. Era, y es, el fundamento de la civilización ̶ “la sociedad digna de encomio.” La sociedad civilizada, que es tan compleja como para desafiar nuestra habilidad de planificar ya sea su creación o desarrollo, es tan sólo el resultado de la libertad y así la civilización se levanta y cae junto con la libertad.

Dado cómo la libertad ha sido erosionada por los “servidores públicos,” quienes continuamente sustituyen al conocimiento necesariamente infinitesimal de la “Sabiduría Creativa” de una sociedad libre coordinada por acuerdos voluntarios, tal cosa está lejos de ser un prospecto esperanzador de nuestro futuro.

Pero hay una forma de cambiar eso. Amplíe más las implicaciones de “Yo, El Lápiz,” reconozca el papel irremplazable de la libertad y restáurelo, liberando la “luminosidad” que nunca ha sido más estrechamente atenazada por la reducción de la libertad. Concluyó Read:

“La racionalidad no requiere que yo comprenda precisamente como millones de millones de pequeñas cantidades de conocimiento forman la Sabiduría Creativa, para poder afirmar mi certeza de que este es un fenómeno esencial para la vida… La Sabiduría Creativa funciona tan sólo en libertad… no debemos saber tan sólo que la libertad es esencial, sino que debemos tratar de saber por qué es esencial.”

Esto nos lleva de regreso a “Yo, El Lápiz” y a su llamado a la fe en la gente libre como “un ingrediente absolutamente esencial para la libertad: una fe en los hombres libres”:

“Sin esta fe, no hay nada en que creer, excepto en hombres controlados. Se trata de una fe en los hombres libres y en la paz ̶- o en su ausencia y la violencia.

La lección que debo enseñar es esta: Dejan desinhibidas a todas las energías creativas y así haga posible que la gente se organice a si misma en armonía con esta lección. Permita que el sistema legal de la sociedad remueva todos los obstáculos tan bien como sea posible; esto es, déjelo mantener la paz. Simplemente permita que estos know-hows creativos fluyan libremente. Tenga fe en lo que los hombres libres pueden lograr. No sólo esta fe será confirmada, sino que, también, ya lo ha sido y nos es confirmada diariamente, en una evidencia tan abundante que rara vez nos damos cuenta de ello. Yo, El Lápiz, aparentemente tan simple como lo soy, ofrece el milagro de mi creación como testimonio de que la fe en el hombre libre es una fe práctica.”

Gary M. Galles es profesor de economía en la Universidad Pepperdine. Sus libros recientes incluyen Faulty Premises, Faulty Policies (2014) y Apostle of Peace (2013). Es miembro de la facultad de la Fundación para la Educación Económica (FEE).