Una buena lección de economía derivada del artículo clásico de Leonard Read. (Pregúntese si usted sabe hacer un lápiz. Algo tan sencillo es tan complejo e involucra un extenso conocimiento diseminado en los mercados, que en su totalidad ni usted ni yo ni nadie lo conoce).

“YO, EL LÁPIZ” Y EL MENSAJE VITAL DEL “YO NO LO SÉ”

Por Gary M. Galles

Fundación para la Educación Económica
Jueves 20 de diciembre del 2018


Nota del traductor: Recomiendo la lectura del artículo de Leonard Read, “Yo, El Lápiz,” cuya traducción al español puede encontrarla en http://www.hacer.org/pdf/Lapiz.pdf

Los innumerables milagros del mercado en todo nuestro alrededor, nos brindan una prueba abrumadora del poder de la libertad.

Como el motor detrás de la Foundation for Economic Education (FEE) [Fundación para la Educación Económica], “la abuelita de los centros de pensamiento liberal clásico,” Leonard Read encaró décadas de desafíos acerca de “qué harían los mercados para resolver este problema,” cuando se apunta a alguna de las muchas deficiencias de la organización coercitiva de la sociedad por parte del gobierno. Dado que esos desafíos aún persiguen a los creyentes en la libertad, vale la pena considerar su respuesta, que va desde un no lo sabemos hasta un qué es lo que hacemos. Y su justificadamente famoso “I, Pencil,” [“Yo. El Lápiz”] está exactamente en el centro de las cosas.

El inicio de la respuesta de Read aparece en “Yo no lo Sé,” en su libro The Free Market and Its Enemy (1965), el cual trata de cómo promover exitosamente “el libre mercado y su milagroso desempeño” a la luz de tales desafíos:

“Los escépticos del libre mercado siempre se la pasan preguntando, ‘Bien, ¿cómo se ocuparía el libre mercado del servicio de correos? ¿De la educación? O, ¿de lo que sea?’

¡[Desafortunadamente] una persona no puede explicar cómo el mercado libre se encargaría de la entrega de correspondencia ¡tal como que su bisabuelo no podía haber explicado como la televisión emergería a partir de las fuerzas del mercado!

Responda honestamente: Yo no lo sé; nunca lo sabré; nadie podrá saberlo nunca.”

En otras palabras, Read reconoció que el intento de responder lo inherentemente incontestable era inútil. Pero, había una manera mejor, usando lo que, en efecto, es posible conocer. Y ahí es adonde entra “Yo, El Lápiz,” el cual revela el gran número de milagros del mercado que se presenta incluso en algo tan simple como un lápiz:

“Yo, el lápiz, soy una compleja combinación de milagros...

Si consiguen darse cuenta del milagro que vengo a simbolizar, podrán ayudar a salvar la libertad que desgraciadamente la humanidad poco a poco va perdiendo. Si alguien es consciente de que estos know-hows se armonizarán natural y automáticamente, dando forma a actividades creativas y productivas en respuesta a las necesidades y demandas de los individuos y, en ausencia de toda mente maestra gubernamental y coercitiva, esa persona poseerá un ingrediente absolutamente esencial para la libertad: una fe en la libertad individual. La libertad es imposible sin esa fe. ¿Por qué? Sin esa fe no queda nada en que creer, excepto en hombres controlados. Se trata de tener fe en los hombres libres y en la paz ̶ o en su ausencia y en la violencia.

La lección que tengo para transmitir es esta: Déjese a las energías creativas fluir libremente. Simplemente organícese a la sociedad para actuar en armonía con esta lección. Procúrese que la organización jurídica remueva todos los obstáculos lo más que pueda. Permítase que los conocimientos surjan libremente. Téngase fe en que los hombres y mujeres libres responderán a la Mano Invisible. No sólo esa fe será ampliamente confirmada, sino que es y ha sido confirmada todos los días, en una evidencia tan abundante, que rara vez tomamos nota de ello. Yo, el lápiz, aparentemente tan simple, ofrezco el milagro de mi creación como testimonio de que esa fe en los hombres libres resultará en una fe muy práctica.”

Read demostró que nadie en la tierra sabe cómo hacer un lápiz, pero ellos no sólo existen ̶ abundan. Es más, tales milagros del mercado han sido multiplicados por millones de otros milagros, que ni siquiera dedicamos un instante a pensar o preocuparnos por ello ̶ lo cual brinda una enorme justificación para confiar en lo que la gente puede hacer, si tan sólo el gobierno dejara de frustrar lo que es posible y permitiera a la gente tener la libertad necesaria.

Esto nos lleva de nuevo desde un “Yo no lo sé” a un qué es lo que sabemos:

“[Si] los liberales clásicos han observado y pueden reportar qué tan milagroso es el desempeño del libre mercado, cuando no es políticamente abortado, se reducirá el escepticismo respecto al libre mercado, aumentará la fe en que el hombre lo logrará cuando es libre para intentarlo.
¿Cómo el mercado liberado se ocuparía de la entrega del correo, si el servicio postal dejara de ser socializado? ¡Yo no lo sé!

[Pero] lo que emerge del mercado libre abraza los milagros de la Naturaleza más los milagros de la creatividad humana… La Naturaleza continuará produciendo esos milagros maravillosos, provisto que no sean abortadas las condiciones favorables para su crecimiento. Usted lo puede derivar de la experiencia, no un conocimiento de cómo hacerlo, sino por una fe bien fundamentada en la fiabilidad del orden biológico. Tal expectativa de confianza es tan próxima, en el tanto que todo hombre puede llegar a conocer cómo el libre mercado se ocuparía de una actividad, si dejara de ser socializada. Todo alrededor de él, en una profusión inimaginable, son milagros del mercado libre, tan comunes que pueden ser considerados más como sentados, que notárseles y apreciárseles… Estos, apropiadamente percibidos, constituyen su experiencia. Pero, tal experiencia no le da a él un conocimiento de cómo hacerlo; sirve tan sólo como la base para una fe justificada e inquebrantable, una fe en lo que el hombre libre puede lograr ̶ provisto que no sean abortadas las condiciones favorables para el libre intercambio.

Un libertario… entiende que él no sabe como dirigir la mente siquiera de un solo ser humano…. Aun cuando, a partir de su experiencia, él no sabe qué sucederá, consigue la fe de que sucederán milagros si se deja que fluyan libremente las energías creativas. El estudiante de la libertad exitoso adquiere una fe de que los hombres, cuando son libres para experimentar, llevarán a cabo milagros, una fe extrapolada de la experiencia. Pero, cuando se trata de predecir la forma de los milagros que surgirán de la creatividad, él toma su lugar entre los hombres, no con los semidioses clarividentes.”

Read aseveró enfáticamente que nadie puede saber de previo los resultados precisos de la energía, ideas e innovaciones que serían liberadas al reintroducir la libertad en lugar del estatismo. Por tanto, es una tontería tratar de hacerlo, lo cual pondría una carga de la prueba imposible sobre cualquiera que tratara de promover la libertad.

A pesar de lo anterior, los innumerables milagros del mercado en todo nuestro alrededor, ninguno de los cuales nosotros podríamos haber predicho por adelantado, nos brindan una prueba abrumadora del poder de la libertad. Los hombres y mujeres libres no pueden sólo hacer tan sólo cosas grandiosas, sino también cosas inimaginables, cuando son dueños de sí mismos y pueden llevar a cabo cualesquiera acuerdos pacíficos que voluntariamente escogen.

También hay un contraste útil entre la libertad, desafiada para que dé prueba de sus capacidades incluso antes de que muchos lo consideren, y el gobierno, incapaz de dar prueba en acción, a pesar del poder de obligarnos a seguir su guía. Ningún burócrata o representante gubernamental puede satisfacer la carga de la prueba que se le demanda a la libertad.

Y, a diferencia de los defensores de la soberanía individual y del comportamiento del mercado que surge de ello, el cual ha producido éxitos incontables sin que medie el robo, no existe una lista masiva de “historias de éxito” dramáticas creadas por el gobierno que mejoran la vida. Pero, eso no es sorprendente. Como lo expuso Read, “¿Cómo puede la frustración ser manipulada hacia la armonía y una producción aumentada? ¿Puede alguna interferencia con el intercambio voluntario y pacífico, independientemente de quién haga la interferencia, hacer otra cosa más que crear estragos?

Gary M. Galles es profesor de economía en la Universidad Pepperdine. Sus libros recientes incluyen Faulty Premises, Faulty Policies (2014) y Apostle of Peace (2013). Es miembro de la facultad de la Fundación para la Educación Económica (FEE).