En todo lado es lo mismo. En este caso el autor se refiere a los Estados Unidos, pero pregúntese si aquí no sucede lo mismo.

EL GOBIERNO PROSPERA MANTENIENDO A LA GENTE A OSCURAS DE SUS VERDADEROS COSTOS

Por Gary M. Galles

Fundación para la Educación Económica
Martes 11 de diciembre del 2018


Cuando usted vea que viene un político depredador, usando anteojeras para las verdades económicas básicas, corra por su vida, libertad y felicidad.

¿Se ha preguntado alguna vez por qué la gente les pone anteojeras a los caballos? Como animales de presa, los caballos tienen ojos a ambos lados de su cabeza, para aumentar la habilidad de detectar y escapar de depredadores (los cuales tienen ojos al frente para detectar a la presa). Pero, eso también indica que los caballos pueden ser fácilmente distraídos por cosas que ocurren en su visión periférica. En consecuencia, cuando la gente quiere que los caballos se enfoquen en una tarea específica, las anteojeras pueden reducir las distracciones y hacer más productivos a los caballos.

A pesar de lo anterior, no hay un paralelo positivo en los humanos. Ponerle anteojeras a la gente, algo tan buscado por quienes tratan de “vender” políticas públicas, no ayuda a que la gente logre exitosamente sus objetivos. Tales anteojeras hacen lo opuesto. Incrementan la posibilidad de que la gente sirva de presa. La razón de la diferencia es que las anteojeras son puestas a los caballos para hacerlos más productivos, cuando se ha controlado la amenaza de los depredadores, pero, cuando se trata de política, los individuos están rodeados de políticos depredadores.

A la luz de esfuerzos políticos omnipresentes para cegar selectivamente a las personas, a fin de venderles lo que no debían comprar, tiene sentido considerar mejores formas de proteger nuestra visión propia. Y conocer principios básicos de economía es una manera importante.

CADA ESCOGENCIA TIENE UN COSTO

La economía surge a partir de la escasez como un hecho universal de la vida, lo que significa que, tener más de una cosa que uno quiere, implica ceder en otras cosas que uno también quiere. Eso evidencia, como lo señala Thomas Sowell, que “No existen soluciones. Sólo hay compensaciones recíprocas.” Así que, alguien quien promete soluciones, al tiempo que deja de tomar en cuenta a las compensaciones, es un fraude.

Una de las implicaciones de la escasez es que “No hay tal cosa como un almuerzo gratuito.” Cada elección tiene un costo. Eso significa que todo almuerzo gratuito ofrecido por el gobierno es, en realidad, un almuerzo que le ha sido quitado a alguien más. Y, cada vez que tratan los recursos como algo gratis (por ejemplo, ignorando el costo de algo que el gobierno ya posee, debido a que no hay un costo agregado explícito, aun cuando existe la oportunidad a la que se renuncia al usarlo para otros fines o ser vendido a otros), en realidad están ocultando los costos. Pero, los charlatanes no quieren que usted note eso.

Dado que el gobierno no tiene recursos que sean propios, para que el gobierno gaste dinero debe también obtener esos recursos de aquellos a quienes supuestamente sirve. Así que uno no puede analizar las consecuencias del gasto gubernamental como si las otras cosas se mantendrán igual, puesto que no puede ser así. Uno también debe analizar cómo el gobierno obtuvo los recursos y las consecuencias de ello (incluyendo los costos para la sociedad creados por impuestos, además de sus costos directos).

Si el gasto va a ser financiado con un déficit, eso no reduce el costo. Tan sólo lo traslada a un futuro menos fácilmente conocido, pues pedir prestado es, en esencia, una obligación del gobierno de poner impuestos futuros para honrar sus promesas. Y, si el gobierno usa la inflación para hacerlo posible, sólo cambia la forma en que los ciudadanos serán gravados. Ignorar tales gravámenes en el futuro de los ciudadanos, ciega a la gente ante lo que debe reconocerse en un análisis correcto.

DISTORSIONANDO LAS REALIDADES POLÍTICAS

Las variaciones de políticas tampoco pueden cambiar una única “historia” de incentivos. Hay diversidad de márgenes de elección en los que los programas pueden cambiar los incentivos a las personas. Así que, cuando políticos charlatanes tratan a las políticas como un tema único, siempre están omitiendo partes importantes de la historia.

Aún hay más, sus respuestas ante incentivos que se cambian, igualmente variarán los incentivos y el comportamiento de otros, así que una política que se presenta como que es “todo por usted” siempre es incompleta. Y usted no puede mirar únicamente que es lo que sucede al principio, pues algunas respuestas toman más tiempo que otras en desarrollarse a plenitud.

Lo que Hayek denominó “palabras comadreja” también pueden ser usadas como anteojeras ante consideraciones políticas necesarias. “Nosotros” pagamos por la Seguridad Social y “nosotros” obtenemos los beneficios, pero ha transferido millones de millones de dólares de los jóvenes hacia los viejos. “Necesidad” se usa para implicar que alguien no debería tener que pagar por algo, dejando de lado cómo la supuesta necesidad de A justifica que se tomen recursos de B sin su consentimiento. “Justo” se aplica a un grupo, manteniendo a personas sin ver que, arreglar tal inequidad, requiere ser injustos con otros.

Ponerles anteojeras a los caballos puede lograr que ellos sean más exitosos en las tareas propuestas. Pero, ponerles anteojeras a las personas por razones políticas logra lo opuesto. Los hace menos exitosos en el logro de sus deseos, a la vez que hace más exitosos a los depredadores autorizados por el gobierno. Así es que, cuando usted vea que viene un político depredador, usando anteojeras para las verdades económicas básicas, corra por su vida, libertad y felicidad.

Gary M. Galles es profesor de economía en la Universidad Pepperdine. Sus libros recientes incluyen Faulty Premises, Faulty Policies (2014) y Apostle of Peace (2013). Es miembro de la facultad de la Fundación para la Educación Económica (FEE).