SORESCO, LO QUE MAL EMPIEZA, MAL ACABA

Por Jorge Corrales Quesada


El anuncio reciente de la fiscal general, señora Emilia Navas, de denunciar una posible administración fraudulenta y sustracción de fondos de la empresa chino-costarricenses SORESCO, propiedad de RECOPE y de la Corporación Nacional Petrolera de China (CNPC), ha terminado en la detención de cinco de sus funcionarios y otros cuatro que aún no aparecen. Los primeros cinco ya fueron liberados con restricciones.

Esta aventura tiene ya su rato, pues empezó en el 2009 durante la administración Arias, en que ambos entes compartieron a medias el aporte de capital por $100 millones, cuyo uso no se cumplió, según la fiscal general, pues, si bien SORESCO se contrató para “arreglar las instalaciones de RECOPE en Moín para ponerlas a funcionar, los dineros puestos por el Estado fueron substraídos por estas personas y nunca se llevó a cabo el objetivo.” Ello lo indica La Nación en su artículo del 21 de noviembre, titulado “Los dineros puestos por el Estado fueron sustraídos”.

Después de que se reveló que una empresa Honeywell revisó el estudio de factibilidad del proyecto hecho por la firma Huanqiu Contracting and Enginnering Corporation, que era una subsidiaria de la empresa china inversionista, y halló que no era viable la rentabilidad estimada por Huanqiu de un 16%, la Contraloría General de la República a principios del 2013 advirtió de esos problemas, por lo cual se detuvo el proyecto. Poco después, el Ministerio Público allanó las instalaciones de SORESCO por irregularidades en torno a $1.5 millones gastados en el estudio de factibilidad y en viajes reuniones, comidas, etcétera.

La refinadora que no refina se metió en un negocio que salió mal y que incluso en la actualidad tiene impacto en los estrados de la fiscalía general de la República.

Parece que la lección de meterse negocios por parte de RECOPE sigue sin aprenderse y ahora el gobierno está impulsando que el monopolio se dedique a un nuevo proyecto: la venta de gasolina súper con alcohol proveniente de caña de azúcar e incluso promete que se venderá a precios menores que la actual.

Va siendo hora de que en el país se frenen las aventuras energéticas de la mano del monopolio de RECOPE y que, más bien, se permita la participación de la competencia, en igualdad de condiciones, en ese mercado cautivo. No vaya a ser que, al igual que como los ciudadanos costarricenses perdimos al menos $35 millones en la fallida inversión de SORESCO, tengamos que apechugar con las aventuras de una empresa que ni siquiera en su existencia suplió las necesidades del mercado, en cuanto a refinación. Parece que la lección de SORESCO no se aprende, pues, una vez más, el estado pretende darle vida al fracasado monopolio.

Publicado en mis sitios de Facebook, Jorge Corrales Quesada y Jcorralesq Libertad, el 9 de diciembre del 2018.