Vale la pena leer esto y meditar acerca de la importancia de la libertad y su relación con la democracia, como sistema político.

F.A. HARPER-LA MAYOR AMENAZA A LA LIBERTAD ES LA IDEA DE QUE LA DEMOCRACIA LA GARANTIZA

Por Gary M. Galles

Fundación para la Educación Económica
Sábado 10 de noviembre del 2018


Al apreciar cada vez más los estadounidenses a la democracia, es hora de recordarles el impedimento a la libertad que la democracia puede ocasionar.

Los estadounidenses han terminado sus citas en los centros de votación y las campañas de “saquen el voto” se han transformado en discusiones acerca de ¿cuál es el significado de los resultados? Pero, en esta transición, parece haberse prestado muy poca atención a las diferencias entre democracia -el proceso por el cual seleccionamos a los miembros del gobierno- y la libertad ̶ la clave para un buen gobierno.

Definir democráticamente quien será confiado con las riendas del gobierno, bien puede representar la mejor esperanza para poder cambiar los gobiernos sin un derramamiento de sangre. Pero, la democracia no es la característica definitoria de la idea que llegó a convertirse en los Estados Unidos ̶ lo es la de libertad.

La democracia es importante sólo en el tanto en que sirve y defiende a la libertad. Por ejemplo, cualquier cosa que la mayoría actual decidió “democráticamente” que fuera ley, nuestra Constitución y la Declaración de Derechos, que ponen algunas cosas más allá de la determinación de una mayoría, no podrían, de hecho, ser la ley superior de la nación.

Desafortunadamente, la democracia no se exige que sirva a la libertad. Es enteramente consistente con decisiones que destruyen la libertad, aun cuando los estadounidenses comúnmente las consideran como iguales. En consecuencia, es importante reenfocar la atención sobre la primacía de la libertad, al trasladarnos de elegir a gobernar. Y existe una guía excelente para tal reflexión en “Libertad y Democracia,” del libro de 1949 de F.A. Harper Liberty: A Path to its Recovery (Para Recuperar la Libertad):

“… un gobierno puede esclavizar a sus ciudadanos… Pero prevalece la creencia de que ‘Es imposible que se pierda la libertad bajo una forma democrática de gobierno. La democracia garantiza que prevalecerá la voluntad del pueblo y eso es libertad. Mientras se preserve la democracia, podemos estar seguros de que la libertad continuará siendo completa’”.

“Probablemente no haya ninguna creencia que sea tan amenazante para la libertad… que la de que la democracia, por sí misma, garantiza la libertad… es posible que la libertad se pierda incluso en una democracia.”

“Si un acto de gobierno en cualquier país viola la libertad del pueblo, es de poca importancia quién lo hizo o cómo llegó a tener el poder para hacerlo.”

“La libertad… especifica el derecho a hacer lo que desee, en lugar de la obligación de inclinarse ante la fuerza de otros para que haga lo que ellos quieren que hagan.”

“El ‘poder’… reemplaza a la libertad… Los medios por los que se adquiere el poder, ya sea por proceso “democrático” o conquista, no cambian este estatus como poder.”

“Esta ilusión de que el proceso democrático es lo mismo que la libertad, es un arma ideal para quienes puedan desear destruir esa misma libertad y reemplazarla con alguna forma de sociedad autoritaria… Es fácil quitar la libertad al ciudadano individual, pieza a pieza y siempre cada vez más, a medida que cada vez más personas quedan bajo el embrujo de la misma ilusión.”

“El derecho de voto… solo asegura la libertad de participar en ese proceso. No garantiza que todo lo hecho… deba automáticamente sea en el interés de la libertad.”

“Quien defienda su libertad debe cuidarse frente el argumento de que el acceso al voto “por el que el pueblo consigue lo que quiere”, es libertad. Sería igual de lógico afirmar que la libertad de elección de una esposa se garantiza a una persona si la pone a votación en la comunidad y acepta su decisión plural o que la libertad de religión se garantiza si el estado obliga a la participación en la religión que reciba más votos en la nación.”

“[Cuando] algunos cargos hayan adquirido el poder de negar esta libertad… ningún proceso de selección de los cargos que tomaron la decisión pudo impedirlo.”

“El poder revisar una decisión o solicitar su revisión, bajo un diseño democrático de gobierno, no asegura que se proteja la libertad. La restauración de la libertad perdida puede solicitarse y rechazarse una y otra vez. A un esclavo… no se le considera libre por el hecho de que se le permita pedir libertad.”

¡Tu libertad en el proceso es que disfrutas del derecho a ser obligado a inclinarte ante los dictados de otros, contra tu voluntad y conciencia! …el opuesto directo de la libertad.”

“El gobierno, que incluso sea el mejor diseño, debería usarse solo cuando, en los intereses de la libertad, se hace necesario arribar a un patrón único de conducta.”

“El máximo de libertad es el máximo de democracia, si por democracia se entiende el derecho de las personas a tener el control de sus propios asuntos. Cualquiera que sea el grado en que alguna persona gana control sobre los asuntos de otras, en tal sentido, esa otra persona, por consiguiente, pierde sus derechos democráticos. Esta es la razón por la cual la expansión de actividades gubernamentales más allá de aquellas que están en armonía con el liberalismo, destruye esos derechos democráticos… Por ende, todas las minorías están excluidas… debido a que sus deseos son anulados en el proceso. Las minorías se convierten en esclavos de los otros. La participación en estos pasos, que hacen posible que alguien gobierne a otros, no asegura la libertad.”

“La decisión mediante la prueba de la preferencia dominante (voto mayoritario, etcétera) es el mismo principio operativo de que… la fuerza da la razón. Si la fuerza da la razón, uno debe concluir que la libertad está totalmente equivocada.”

“La prueba de si el gobierno está defendiendo la libertad o no, se encuentra en lo que hace… si los funcionarios… así como el contenido de las leyes y regulaciones, están o no en armonía o en conflicto con los requerimientos de la libertad.”

F.A. (el cariñosamente llamado calvito) Harper, haciendo eco de los fundadores de los Estados Unidos, distinguió claramente entre democracia y libertad, reconociendo que la democracia puede destruir la libertad. A pesar de lo antes expuesto, los ciudadanos han olvidado en un alto grado que las formas democráticas que no están al servicio de la libertad, no representan el tipo de democracia que nuestros fundadores vislumbraron, ni tampoco aquello que consagraron nuestros documentos fundacionales.

Dado que el alcance creciente del gobierno hace de nuestro ejercicio democrático una amenaza creciente a la libertad, defender esa libertad requiere que nosotros entendamos los límites de la determinación democrática, o que el mecanismo diseñado para preservar la duramente ganada libertad original, amenaza con devorarla.

Gary M. Galles es profesor de economía en la Universidad Pepperdine. Sus libros recientes incluyen Faulty Premises, Faulty Policies (2014) y Apostle of Peace (2013). Es miembro de la facultad de la Fundación para la Educación Económica (FEE).