Aunque ligeramente retrasado, algo agradable e importante de leer en ocasión del Día de Acción de Gracias. No se requiere que uno sea religioso para entender la importancia de la gratitud: debe estar en nuestro espíritu y acciones.

QUÉ NOS PUEDEN ENSEÑAR ACERCA DE LA GRATITUD LOS DIEZ LEPROSOS DEL LIBRO DE LUCAS

Por Jon Miltimore

Fundación para la Educación Económica
Jueves 22 de noviembre del 2018


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra en roja y subrayada, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/what-ten-le...out-gratitude/

La gratitud no sólo requiere del sentimiento de agradecimiento, sino actuar con base en ella. Viviéndola.

Todo padre tiene uno de esos días. El mío fue el sábado pasado.

Llevé a dos de mis hijos al cine a ver Los Increíbles 2. Compramos palomitas de maíz con mantequilla, bebimos Coca de cereza y comimos dulces. Estábamos pasando un gran rato hasta que mi hija de siete años de edad quiso jugar el juego de la garra (“the claw game.”)
Antes le había dicho que el juego es un atraco. Pero, ella tenía su dinero propio y nosotros creemos en dejar que nuestros hijos escojan (dentro de lo razonable). Ella jugó y perdió. Entonces, abrió su pequeño bolso de mano y agarró un segundo dólar. De nuevo, perdió. Siguieron las lágrimas, luego la cólera. Terminó cuando la saqué del cine, mientras que su pequeño hermano miraba con los ojos abiertos.
Nuestro día feliz quedó arruinado.

Niña malcriada, pensé. Qué malagradecida.

Estaba molesto con ella y con el hecho de que nuestro día precioso se había echado a perder. Pero, también había algo más.

En ese momento sentí que había fracasado como padre. Empieza con rabietas por el juego de la garra. Luego va a ser el sexo y las drogas, todos saben… Bueno, pero no exactamente. La verdad es que mi esposa y yo hacemos un gran esfuerzo por educar a nuestros hijos de que deben ser agradecidos por todo lo que tienen. En ese momento, dicho mensaje no le estaba llegando a mi hija.

PARA LOS HUMANOS LA GRATITUD NO ES ALGO FÁCIL

Sucedió que el día siguiente, recibí en la iglesia un sermón poderoso acerca de la gratitud. El pastor, Joel Johnson, un orador maravilloso y líder de la Iglesia de la Comunidad de Westwood, dijo que, si existía una cualidad única que él pudiera aumentar en nuestro mundo de hoy, sería la gratitud. Escuchando cuidadosamente, asentí con la cabeza durante todo el sermón.

Por supuesto que hay abundante literatura mostrando la utilidad de la gratitud. Nos hace más felices (happier). Hace que seamos más exitosos (more successful). Nos convierte en mejores líderes (better leaders).

En su libro del 2008, Thanks! How Practicing Gratitude Can Make You Happier [¡Gracias!: De Cómo la Nueva Ciencia de la Gratitud Puede Hacerte Feliz], Robert A. Emmons, quien pasó años estudiando la gratitud, escribió que

“…la gente agradecida experimenta niveles más altos de emociones positivas, tales como alegría, entusiasmo, amor, felicidad y optimismo, y la práctica de la gratitud como una disciplina, protege a una persona de los impulsos destructivos de envidia, resentimiento, codicia y amargura.”

Uno piensa que esto haría que la gratitud fuera algo fácil para nosotros. ¿Quién no quiere ser más feliz y más exitoso? Desafortunadamente, la evidencia sugiere que la gratitud, con todos sus méritos, no es algo que se abraza fácilmente.

Por supuesto, el ejemplo más obvio es la presencia de la “cultura de la victimización,” la cual ha convertido a la queja en una moda (grievance into a fad). En efecto, hay algo ciertamente extraño y problemático en una ideología que alimenta los rescoldos de nuestro resentimiento, particularmente en una época y lugar en el cual se disfruta de una riqueza y oportunidad sin precedentes.

Pero, veámoslo más cerca. ¿Qué tan a menudo usted se siente agradecido? Más importante, ¿qué tan a menudo usted expresa y muestra su gratitud hacia otros? Si somos honestos, la respuesta es probablemente la misma que la de la mayoría de nosotros.

No lo suficiente ̶ ni siquiera está cerca.

¿Por qué la gratitud nos cuesta tanto? ¿Por qué sentimientos de privilegio y envida invaden nuestros pensamientos?

JESÚS Y LOS DIEZ LEPROSOS

Probablemente unas diez veces en mi vida he leído o se me ha contado la historia de Jesús curando a diez leprosos. Pero, de alguna manera, el mensaje de gratitud -o, más bien, de ingratitud humana- se me había escapado hasta que, con él, el domingo el pastor Joel me impactó la mente.

La historia aparece en Lucas 17 (Luke 17). Jesús de Nazareth está viajando por la frontera entre Samaria y Galilea, cuando le llamaron los leprosos.

"Jesús, Maestro, ¡ten compasión de nosotros!"

"Id y presentaos a los sacerdotes," responde Jesús.

Los leprosos van donde los sacerdotes y son limpiados, nos cuenta Lucas. Pero, la historia no concluye aquí. Un solo leproso, un samaritano, regresa y se postra a los pies de Jesús. De los diez leprosos sanados, solo uno regresa.

"¿No quedaron limpios los diez? Los otros nueve, ¿dónde están?," pregunta Jesús. "¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios sino este extranjero?"

Lucas no nos dice qué respondió el samaritano. Pero, Jesús le dice algo antes de enviar al hombre de regreso a su camino. “Levántate y vete; tu fe te ha sanado."

Hay varios aportes provenientes de la historia. Ciertamente está presente la idea de que la gratitud es una parte de la “sanación.” Esto va de acuerdo con los hallazgos arriba mencionados.

Pero, el aporte más profundo para mí es la idea de que los humanos luchan incansablemente con la gratitud. Aparentemente, esto incluye a personas curadas de enfermedades infecciosas de la piel, así como a nosotros, quienes vivimos en medio de una paz y prosperidad sin precedentes.

PONERNOS SERIOS EN TORNO A SER AGRADECIDOS

El día siguiente de la crisis de mi hija en el cine, a ella y a su pequeño hermanito, a cada uno de ellos, se les dio un dólar de plata. Se les dijo que podían hacer lo que querían con él, pero, se estimuló que se lo dieran a unos muchachos quienes, afuera de la iglesia, estaban tocando unas campanas rojas.

Mi hija puso su moneda en el balde del Ejército de Salvación y le pidió a su hermano, un poco más reacio, que hiciera lo mismo. En el carro, de regreso a casa, ella le explicó a él por qué hicieron lo correcto.

“Hay niños que no tienen comida en sus estómagos, como nadie,” explicó ella. “Y ellos no tienen regalos o familias como nosotros.”

No me hago ilusiones, ni de mis niños ni de yo mismo, acerca de un final feliz para mi historia. La gratitud no se gana tan fácilmente. Es dura. Hay algo en la constitución humana que nos lleva hacia sus adversarios, la envidia y el privilegio. Es más, la gratitud no sólo requiere del sentimiento de agradecimiento, sino actuar con base en ella. Viviéndola.

El Día de Acción de Gracias es un momento maravilloso. Los juegos de futbol americano, las comidas y la alegría familiar son gran parte de él. Pero, estas cosas no se deben dejar que eclipsen su propósito verdadero. Tal vez es la primera ocasión en que creo en el poder de la gratitud, razón por la cual termino con un mensaje.

Como pueblo, los estadounidenses debemos tener claro esto. La filosofía es importante. Si los privilegios, la envidia y el resentimiento se sobreponen a nuestros mejores ángeles de gratitud, generosidad y buena voluntad, el costo será alto. No sólo seremos tan sólo miserables (miserable) ̶ algún día nos daremos cuenta de que dejamos que el mal (evil) entrara por la puerta del frente.

Jonathan Miltimore es editor administrativo de la FEE.org. Habiendo servido previamente como director de medios digitales en Intellectual Takeout, Jon fue responsable del contenido editorial diario, la estrategia de redes y de operaciones de medios sociales. Antes de eso, era el editor sénior de The History Channel Magazine, editor administrativo en Scout.com, y reportero en asignación general para el Panama City News Herald. Jon también sirvió con interno en el departamento de elaboración de discursos bajo George W. Bush.