POR QUÉ AUMENTÓ TANTO EL COSTO DEL PROYECTO HIDROELÉCTRICO REVENTAZÓN

Por Jorge Corrales Quesada

Ya estamos viendo aumentos en las tarifas al consumidor por la producción de energía de proyectos que aumentaron enormemente su costo inicial (además de que el nuevo paquete tributario incorpora otro impuesto al consumo eléctrico). Uno de esos proyectos es el hidroeléctrico Reventazón, que pasó de un costo inicial de $757 millones a $1.567 millones: el costo final fue de casi el doble de lo considerado al inicio.

Además de que hubo “una fuerte filtración” de agua en la roca en la que se construyó, lo que provocó que en el primer año de operaciones de esa planta, apenas se produjera un tercio de lo planificado, debido a la necesidad de hacerle reparaciones, según la Contraloría General de la República, citado en La Nación del 28 de setiembre, bajo el titular “Omisiones explicarían sobrecosto de Reventazón,” hubo otra serie de factores que señalados a continuación, que “explicarían el crecimiento en el costo final de la obra.”

Así, la Contraloría expresa como una “debilidad” del ICE, que el cálculo de costo beneficio -elemento básico para valorar la rentabilidad de la inversión y, por ende, de su conveniencia de llevarla a cabo- no incluyera entre sus costos a través del tiempo de los intereses por la inversión, así como tampoco en el flujo de caja se incluyeron “los costos financieros de los recursos aportados como capital”. Los primeros son los costos de intereses de los recursos emprestados para la obra y, los segundos, el costo que debería estimarse por el aporte de capital al proyecto y que ya no está disponible para obras alternativas (costo de oportunidad).

De acuerdo con el informe de la Contraloría DFOE-AE-IF-00009-2018, del mes pasado, si se hubieran tomado en cuenta en el costo total de la inversión a aquellos intereses, la rentabilidad esperada del proyecto habría sido menor. Esto es crucial, cuando hay la posibilidad de que así el rendimiento medido sin esos intereses sea mayor del debido, e incluso aparentar ser rentable ante proyectos alternativos de generación eléctrica. Digo posiblemente, porque no se tiene información acerca de otros proyectos alternativos.

Asimismo, la Contraloría señaló que otro error en la planificación del proyecto es que el ICE consideró en términos nominales (esto es, incluyendo la inflación estimada) los ingresos en el análisis de costo-beneficio, pero no lo hizo para los costos, que los midió en términos reales (esto es, eliminando el efecto de la inflación). Eso puede conducir a una de dos: a subestimar los costos o sobreestimar los ingresos, pues el análisis de los costos y de los ingresos, para ambos, costos e ingresos, debe hacerse en términos nominales o bien reales. Si se hubiera hecho la medición correcta para efectos del análisis de costo-beneficio, “también se hubiera reducido la rentabilidad” del proyecto y, por ende, al igual que con lo indicado en el párrafo previo, existe la posibilidad de que la rentabilidad sea negativa o bien menor a la de otros proyectos alternativos.

Según la Contraloría, el ICE no “elaboró un análisis de riesgos de la factibilidad financiera ni de la rentabilidad del ICE como inversionista,” incluso en variables claves como lo son “el tipo de cambio y la tasa de crecimiento de la tarifa de generación eléctrica.” La Contraloría señaló, de acuerdo con el medio, que, si se devalúa el colón con respecto al dólar en un 10% durante todo el período de evaluación del proyecto, hace que el valor actual (o valor presente) del proyecto (traído a este momento; o sea descontado en el tiempo, que es un elemento primordial para decidir si se hace o no una inversión) se habría reducido “en más de $100 millones”. De nuevo, esos escenarios podrían haber expuesto menores rentabilidades supuestas de ese proyecto.

Además, la Contraloría indica que faltaron “planes de contingencia para gestión de riesgos” que podrían afectar la rentabilidad del proyecto (me imagino que, por ejemplo, faltaron planes de una eventual “fuerte filtración” de agua, tal como sucedió).

Asimismo, la Contraloría señaló “inconsistencias en la información relativa a costos,” al igual que “en secciones de un mismo documento de solicitud de reprogramación” e “incongruencias en plazos y fechas del proceso constructivo.”

En síntesis, se cuestiona la verdadera rentabilidad del proyecto hidroeléctrico Reventazón, que debe verse siempre a la luz de otras alternativas que podrían ser más rentables, sin dejar de lado que incluso esa rentabilidad, ajustada según lo señala la Contraloría, es posible que sea negativa (o muy baja).

En todo caso, como es de esperar en estas cosas del estado, serán los consumidores quienes pagarán esos errores mediante las tarifas de cobro de la electricidad.

Publicado en mis sitios de Facebook, Jorge Corrales Quesada y Jcorralesq Libertad, el 19 de octubre del 2018.