JUGANDO DE VIVOS

Por Jorge Corrales Quesada

La expresión “jugar de vivo” la he interpretado que se refiera a alguien quien logra hacer algo no de la forma correcta que uno esperaría, sino que acude a subterfugios que le permitan lograr su objetivo, sin aceptar reglas establecidas de comportamiento. Pero, agradecería a quien me brinde una mejor idea de su significado. Así que, dada mi impresión del sentido de esa expresión, quiero referirme a parte del comentario del Semanario Universidad del 5 al 11 de setiembre, titulado “Maniobra en Sala III permitió a magistrados suplentes cobrar dietas y jubilación a la vez.”

A quienes estamos pensionados por la Caja, por ejemplo, se nos prohíbe trabajar remuneradamente, bajos las reglas usuales que rigen el empleo, pues, de hacerlo, perdemos la pensión. Nos han dicho que no se puede trabajar como asalariado si ya se tiene una pensión de la Caja. El artículo 63 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, según el medio citado, señala que, en el caso de pensionados o jubilados bajo cualquier régimen de pensiones, los magistrados suplentes, el caso bajo consideración, “el desempeño del cargo por más de un mes suspenderá el goce de pensión o jubilación.” Esto quiere decir que un magistrado suplente ya pensionado puede trabajar hasta un mes para el Poder Judicial, sin que se le suspenda su pensión.

Ahora bien, ¿en qué consiste la maniobra sucedida en la Sala III para que tres jueces penales ya pensionados del Poder Judicial, puedan trabajar como jueces suplentes por un tiempo mayor a aquel mes? En sencillo, no rompen la regla de trabajar hasta un mes, sino que el Poder Judicial los contrata aplicando “sucesivamente nombramientos de solo un día que se extendían por un mes exacto. Luego, se hacía una breve pausa de apenas uno, dos o tres días laborales, y se les confeccionaba un nuevo nombramiento.”

Así fue como se socavó el objetivo del artículo 63 arriba citado, pues, en su mente legal, la administración del Poder Judicial no los ha contratado nunca por más de un mes, sino día tras día sin llegar a ese mes. Se acababa ese nombramiento, y el “tirillo” volvía otra vez. De esta forma, no se quebraba aquella prohibición de recibir dietas y, al mismo tiempo, la pensión, que sólo se permitía por un mes como máximo.

De acuerdo con el Semanario Universidad, “algunos (jueces) suplentes recibieron más de ¢10 millones (en monto bruto) al sumar el monto de su jubilación y lo que percibieron por dietas.” Un caso de estos es el de una jueza de 56 años de edad (pensión juvenil, sin duda con todas las reglas de la ley), “a quien en tres ocasiones se le contrató por 29 días continuos (tres meses en total), períodos luego de los cuales se le dejaba brevemente sin nombramiento y se volvía a realizar una contratación, a pesar de que la designación de suplentes se hace por medio de un sorteo.” En broma, habrá que pedirles que nos digan cómo es que siempre salen premiados en ese sorteo: tal vez eso nos ayuda a pegar el de la lotería actual, en el que la bolita premiada nunca sale.

Según indica el medio, aquella persona “recibió en total ¢12.4 millones por concepto de dietas, a pesar de que esos mismos meses también obtuvo una jubilación mensual de ¢6.6 millones (en monto bruto).” ¡Dios santo!

No dude que con leguleyadas nos demostrarán que lo hecho es legal, pero, me parece que eso es jugar de vivos, una maniobra, como lo titula el medio y que, no dudo, muchos lectores lo llamarán de maneras menos “formales.” De mi parte, sólo me pregunto ¿qué habrá que hacerse para que la ciudadanía recupere su confianza en un Poder Judicial tan desprestigiado? ¡Qué pena!

Publicado en el sitio de ASOJOD, en los blogs del Instituto Libertad y de PuroPeriodismo, así como en mis sitios en Facebook, jorge corrales quesada y Jcorralesq Libertad, el 16 de octubre del 2018.