No sólo los médicos cubanos fueron como “mercancías exportadas” al Brasil, sino que laboraban como esclavos. Aunque en algún caso se rechazó su petición para ejercer libremente su profesión por un tribunal brasileño, por razones hipócritas de que si se aceptaba su petición se afectarían las relaciones políticas y diplomáticas entre ambos países, muchos fallos han sido en favor de los médicos, pero, ante eso, el gobierno cubano les impuso un alto costo, como buen totalitaria que es su naturaleza política.

MÉDICOS CUBANOS DICEN QUE SON TRATADOS COMO ESCLAVOS

Por Joseph Sunde

Fundación para la Educación Económica
Sábado 6 de octubre del 2018

NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra en roja y subrayada, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/cuban-docto...d-like-slaves/

Cuando se deja que prueben la libertad, los supuestos ideales comunistas de “igualdad” son rápidamente ubicados en el contexto de lo que está verdaderamente en el asiento del conductor: el control.

Usted es entrenado en Cuba y su educación es gratuita. El cuido de la salud es gratuito, pero, ¿a qué precio? Usted termina pagándolo durante toda su vida.” ̶ Dra. Yaili Jiménez Gutiérrez.

En el 2013, la Organización Mundial de la Salud logró un acuerdo por el cual Cuba exportaría médicos a Brasil, para que sirvieran en las áreas más pobres y remotas. No obstante, mientras que Brasil empezó a lograr los beneficios de un cuido médico mejorado y de la disminución de las tasas de mortalidad, los médicos cubanos empezaron a ver bajo una nueva luz al régimen de su país.

LIBERTAD VERSUS ESCLAVITUD

“Cuando sales de Cuba por primera vez, tú descubres muchas cosas acerca de las cuales habías estado ciego,” dice Yaili Jiménez Gutiérrez, uno de los médicos del programa, en una semblanza del New York Times (New York Times profile). “Llega un momento en el que tú te cansas de ser un esclavo.”

Los médicos cubanos empezaron a notar la disparidad entre lo que era “cobrado” por el gobierno cubano al gobierno de Brasil -casi cuatro veces su propio salario- así como los salarios más altos y las mayores libertades disfrutadas por sus colegas “médicos exportados,” quienes provenían de otros países participantes en el programa.

“Empezamos a ver que las condiciones de los otros doctores eran totalmente diferentes,” explica Jiménez. “Ellos podían estar con sus familias, traer a sus hijos. Los salarios eran mucho más altos.”

Como respuesta, ahora más de 150 médicos cubanos han puesto recursos legales en cortes brasileñas, clamando protecciones de igualdad bajo la constitución del Brasil y pidiendo que ellos permanezcan en el país como contratistas independientes, con la habilidad para ganar un salario pleno.

El New York Times resume la situación tal como sigue:

“Las semillas de la rebelión fueron plantadas hace un año en una conversación entre un médico cubano y un clérigo en una villa remota en el noreste de Brasil.

Anis Deli Grana de Carvalho, un médico de Cuba, estaba llegando al final de su asignación médica de tres años. Pero, habiéndose casado con un brasileño, ella quería quedarse y mantenerse trabajando. El pastor se molestó al saber que, bajo los términos del empleo de ellos, los doctores cubanos sólo ganaban una cuarta parte de la cantidad que el gobierno brasileño le pagaba a Cuba por sus servicios.

…A fines de setiembre del año pasado, ella demandó en una corte federal que se le permitiera trabajar como contratista independiente. En semanas, muchos otros médicos brasileños siguieron el camino de la doctora Grana y plantearon juicios en las cortes brasileñas.”

En cuanto a cómo, hasta el momento, ha respondido el gobierno cubano, a algunos se les permitió conservar sus empleos o regresar a Cuba, mientras que otros fueron despedidos y enfrentan el exilio:

“A fines del año pasado, en algunos casos los jueces emitieron mandatos judiciales temporales, otorgando a los médicos cubanos el derecho de permanecer como contratistas independientes, ganando salarios plenos. Un juez federal en la capital denunció que los contratos cubanos eran como ‘una forma de trabajo esclavizado’ que no podía ser tolerada.

Pero, el juez federal que manejó el caso de la doctora Grana resolvió contra ella, encontrando que, permitir que los médicos cubanos rompieran sus contratos, creaba ‘riesgos indebidos en las esferas políticas y diplomáticas.’

Poco después de que se emitieron los primeros mandatos judiciales, los supervisores cubanos en el Brasil convocaron a los médicos que habían plantado los juicios y en ese mismo momento se les despidió, dijeron varios médicos. A cada cual se le dio la oportunidad de coger un avión para ir a Cuba dentro de 24 horas ̶ o de enfrentar el exilio por ocho años.”

Los costos han sido altos para aquellos que dejaron a su familia en Cuba atrás de ellos, que buscaban una mejor forma de vida o aumentar sus prospectos al regreso a su hogar. Pero, para muchos, los costos bien pueden haber valido la pena.

“Es triste dejar a tu familia y a tus amigos y a tu tierra natal,” dice Maireilys Álvarez Rodríguez, una doctora que demandó al gobierno, pero que logró mantener su trabajo y llevar sus niños al Brasil. “Pero, aquí estamos en un país en donde tú eres libre, en donde nadie te pregunta adónde es que vas o te dice qué es lo que tú tienes que hacer. En Cuba, tu vida es dictada por el gobierno.”

“LA IGUALDAD” CREA LA OPRESIÓN

Rutinariamente escuchamos a los críticos del capitalismo denunciar las supuestas injusticias de los salarios libres, determinados por los mercados libres guiados por las acciones de personas libres. Sin la mano firme de un control fuerte del gobierno y de una redistribución -se nos dice- los ideales de igualdad y justicia nunca prevalecerán.

A pesar de lo anterior, note cómo, en el caso presente, vemos a médicos de Cuba -una tierra que supuestamente pone una prioridad excesiva en la “igualdad”- alejándose de su gobierno para acudir a la constitución brasileña en busca de protecciones de igualdad. La ironía es dolorosa y muestra la naturaleza ilusoria de una igualdad basada sólo en resultados materiales.

Sin una libertad verdadera, las nociones materialistas, arbitrarias, autoconstruidas, acerca de la “igualdad” rápidamente se devuelven, impidiendo un crecimiento nuevo y creando otras disparidades en el proceso, sea entre el prójimo en el exterior o entre trabajadores en casa (among workers at home).

De la misma forma, cuando se deja que prueben la libertad, la vista se aclara, y los supuestos ideales comunistas de “igualdad” son rápidamente ubicados en el contexto de lo que está verdaderamente en el asiento del chofer: el control.

Este artículo fue reimpreso con el permiso del Acton Institute.

Joseph Sunde es editor asociado y escritor en el Acton Institute. Su trabajo ha aparecido en sitios tales como The Federalist, First Things, Intellectual Takeout, The City, The Christian Post, The Stream, Patheos, LifeSiteNews, Charisma News, The Green Room, Juicy Ecumenism, Ethika Politika, Made to Flourish, y el Center for Faith and Work. Joseph vive en Minneapolis, Minnesota, con su esposa y cuatro hijos.