CÓMO UN INCREMENTO DEL SALARIO MÍNIMO ACABÓ CON EL 40% DE LOS NEGOCIOS


Por Hans Bader

Fundación para la Educación Económica
Miércoles 19 de setiembre del 2018

NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra en roja y subrayada, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/how-a-minim...zuelas-stores/

¿Se dará una crisis similar en los Estados Unidos, en el marco de la “Lucha por $15”?

Un aumento elevado del salario mínimo en Venezuela le ha propinado un “golpe fatal al 40% de los negocios venezolanos,” reporta (reports) el Miami Herald. El incremento ha obligado el cierre de muchos negocios y dejado sin empleo a los trabajadores. El gobierno de Venezuela ignoró la ley más elemental de la economía al elevar el salario mínimo: la ley de la oferta y la demanda. Pero, las leyes no desaparecen simplemente si usted las ignora.

Las pérdidas de empleos se elevarán en las próximas semanas, debido a que incluso (because even) “algunos de los negocios que (permanecían) abiertos simplemente están liquidando sus mercancías y planean cerrar definitivamente cuando eso se haya hecho.”

LA ALCAHUETERÍA POLÍTICA POR ENCIMA DE LOS PRINCIPIOS ECONÓMICOS

Los Estados Unidos pueden enfrentar pérdidas de empleo similares. En el 2016, la plataforma del Partido Demócrata propuso aumentar el salario mínimo a $15 (to $15), incluso cuando tal incremento eliminaría muchos empleos, como en otra ocasión lo admitió Hillary Clinton. El objetivo de apoyar un incremento salarial tan alto fue para complacer a gente que no sabe nada de economía. Como lo admitió (admitted) el sitio pro-demócrata de la red Vox, “ Hillary Clinton sabe que un salario mínimo en toda la nación de $15 es una mala idea. No obstante, ella lo endosó.”

Un economista de Moody’s calculó (calculated) que hasta 160.000 empleos se perderían tan sólo en el sector manufacturero de California, si se imponía un aumento a $15, significando una pequeña fracción de las pérdidas generales de empleos en ese estado debido a su aumento en el salario mínimo. Tales pérdidas en los empleos no se limitarían a áreas pobres pues son las que menos pueden soportar aumentos salariales. Un estudio que se analizó en el Washington Post, concluyó que un aumento rápido a $15 en sólo un condado rico y grande -el Condado de Montgomery en Maryland- les costaría el empleo a 47.000 personas.

Incluso personas demócratas supuestamente centristas, como el gobernador de Virginia, Ralph Northam, propusieron (have proposed) aumentos del salario mínimo a $15 como una forma para movilizar a los votantes liberales [en los Estados Unidos el término liberal se aplica a creyentes en el intervencionismo estatal] en las elecciones pasadas. En varias elecciones primarias del partido demócrata, los votantes han sustituido a liberales en el poder con socialistas autoproclamados (self-proclaimed socialists). En encuestas recientes, los demócratas están a favor del socialismo por encima del capitalismo. Según una encuesta de Gallup (a Gallup survey), el 57 por ciento de los demócratas tienen una visión positiva del socialismo, a la vez que una mayoría no tiene una visión positiva del capitalismo.

Pero, un aumento a $15 eliminaría miles de empleos en las áreas con bajos costos de vida, que tienden a tener salarios bajos para equilibrar. En esas áreas, una pareja en donde ambos ganan $10 la hora, usualmente puede mantener una familia y tener un lugar decente en donde vivir. Por ejemplo, en Amelia, Virginia, la mediana del salario semanal es de $642 (is $642), lo cual significa que casi la mitad de los trabajadores gana menos de $15 la hora, aún cuando viven en viviendas adecuadas y reciben lo suficiente para comer y vivir. En el 2016, la mediana del salario fue de menos de (less than) $15 la hora en Mississippi, West Virginia y Arkansas. En parte debido a variaciones regionales en el costo de la vida, casi la mitad de todos los estadounidenses que están por debajo de la línea federal de pobreza, son dueños de sus propias (own their own) viviendas ̶ casas con un promedio de tres dormitorios y que son más grandes que la casa de los hogares típicos de la gente que habita en muchos países europeos.

LAS RAMIFICACIONES REALES DE ALZAS EN SALARIOS MÍNIMOS

En los Estados Unidos, ahora los progresistas se resisten a aceptar la realidad de que aumentos en los salarios mínimos resultan en pérdidas de empleos. En efecto, ellos parecen considerar falsamente cualquier oposición a aumentos en los salarios mínimos, como el resultado de motivaciones malévolas. Una reciente decisión de una corte federal de apelaciones revivió una demanda judicial (revived a lawsuit) contra el gobierno del estado de Alabama, por frenar aumentos en los salarios mínimos de trabajadores municipales, que los legisladores republicanos arguyeron que conduciría a la pérdida de empleos. La decisión, escrita por un juez afro-americano de tendencia izquierdista, declaró absurdamente que era “plausible” que la ley del estado que impedía a las ciudades aumentar el salario mínimo “tenía el objetivo y el efecto” de privar a los ciudadanos negros de “oportunidades económicas con base en la raza, en violación de la Cláusula de Igual Protección bajo la ley.”

La decisión citó el hecho de que la ciudad más grande de Alabama, Birmingham, es predominantemente negra y que el promotor de la ley estatal y los legisladores que votaron en su favor eran blancos. (Como muchos cuerpos legislativos del Sur, la legislatura del estado de Alabama está compuesta principalmente de republicanos blancos y demócratas negros.) La decisión de la corte en el caso Lewis versus el Gobernador de Alabama ignoró el hecho de que aumentos en los salarios mínimos aumentan desproporcionadamente el desempleo entre los negros, a la vez que cita el hecho de que los que reciben un salario mínimo es posible que sean desproporcionadamente negros. Lo hizo así, aun cuando esa verdad incómoda acerca de pérdidas de empleos fue revelada hace mucho tiempo atrás por economistas (economists) negros, tales como Walter Williams y Thomas Sowell.

Los progresistas falsamente alegan que los aumentos en los salarios mínimos de una ciudad son “paquetes de estímulo” local. Lo opuesto es el caso, pues un alza en el salario mínimo no sólo impone costos a las empresas (en la forma de salarios más altos) y a los consumidores (en la forma de precios más altos), sino también sobre la economía local (debido a una reducción en las trasferencias federales). Cuando se aumenta el salario mínimo de los trabajadores, a menudo estos reciben un menor (receives fewer) crédito tributario reembolsable de parte del gobierno federal. Tal como un escritor hizo la observación (observed) en el Wall Street Journal, “las implicaciones tributarias de pasar de un salario mínimo por hora de $10 a $15” puede acabar con mucho del beneficio de cualquier incremento a los trabajadores afectados. “Para una familia de cuatro con ambos esposos laborando con el salario mínimo, su impuesto federal se aumentará de $4.106 a $7.219, el impuesto a la planilla se elevará de $2.579 a $3.869, su crédito sobre el impuesto a las rentas del trabajo (EITC) se reducirá de $596 a cero… y el crédito de cupones para alimentación de $2.400 se perderá.”

Aumentos grandes en los salarios mínimos también dañan la salud y la seguridad, al empujar a los restaurantes con problemas de liquidez a usar trucos para economizar y a recortar la cantidad de empleados. Eso tiene un efecto negativo sobre la limpieza y la higiene. Ello lo confirmó un estudio del 2017 (2017 study) hecho por varios profesores mencionados (cited) por el economista Tyler Cowen. El estudio comparó “la calificación en cuanto a higiene en Seattle” (en donde el salario mínimo aumentó anualmente entre el 2010 y el 2013) con Nueva York (en donde el salario mínimo se conservó igual) y encontró que “un incremento en el salario mínimo de $0.10 elevaba las calificaciones de la violación de la higiene en un 11.45%).” Hallazgos similares se dieron cuando se compararon las calificaciones de higiene de Seattle con aquellas de Bellevue, un suburbio grande de Seattle, en donde los salarios mínimos se mantuvieron iguales.

Este artículo se reprodujo con el permiso de Liberty Unyielding.

Hans Bader es un abogado sénior del Competitive Enterprise Institute (CEI). Se graduó de la Universidad de Virginia con una licenciatura en economía e historia y luego obtuvo su doctorado en Leyes en la Escuela de Derecho de Harvard. Antes de unirse al CEI, Bader fue asesor sénior del Center for Individual Rights.