CÓMO NOS ÍBAMOS A QUEDAR ATRÁS

Por Jorge Corrales Quesada

¿Acaso pensaron los amigos lectores que las pobrecitas y humildes municipalidades se irían a quedar rezagadas en el olio salarial de los empleados públicos?, al menos en el caso de lo que podrían considerarse como juntas directivas de algunos municipios, integradas por regidores, los regidores suplentes y los síndicos.

Un interesante comentario de La Nación del 30 de agosto, titulado “Regidores de Alajuela ganan más que directivos del Central,” muestra cómo es la “reina de las remuneraciones de los ediles de las municipalidades,” pues el dinero a manos llenas parece fluir hacia esos cargos.

La comparación general más interesante lo muestra un cuadro de las dietas que por sesión reciben los ediles (regidores) de algunos municipios importantes:

DIETA POR SESIÓN:

Municipalidad de Alajuela: ¢260.462 y el promedio mensual es de alrededor de ¢1.600.000.

Banco Central: ¢209.615 y el promedio mensual es de alrededor de ¢1.040.000.

Bancos Públicos: ¢204.520 y el promedio mensual es de alrededor de ¢1.600.000.

Municipalidad de San José: ¢159.710 y el promedio mensual es de ¢1.020.000.

Municipalidad de Heredia: ¢157.032 y el promedio mensual es de alrededor de ¢942.000.

Municipalidad de Cartago: ¢118.600 y el promedio mensual es de alrededor de ¢711.600.

Municipalidad de San Ramón: ¢44.274 y el promedio mensual es de alrededor de ¢265.644.

Y, como en la Municipalidad de Alajuela se pueden realizar hasta 6 sesiones en un mes, lo percibido mensualmente por cada edil podría ascender a casi ¢1.6 millones. Tengan presente que esa “extrita” mensual es sólo por asistir a la sesión municipal, de forma que podrían tener otros ingresos por trabajos comunes y corrientes.

El cuento siempre alegado para esas altas dietas es que ella depende del presupuesto del municipio, pero, por ejemplo, el de San José es 2.5 veces superior al de Alajuela, y, sin embargo, estos ganan ¢100.752 más por sesión. Dios quiera que ahora los de San José no pidan un alza para compensar el mayor presupuesto de su entidad, basados en el ejemplo de la de Alajuela, pero, si eso sucediera, no debería sorprendernos en el ámbito de la administración pública. (¡”Porecitos” los de San José!)

Recuerden que el Concejo Municipal, además del alcalde y vice-alcalde (¿cómo estará la comparación de los salarios de estos cargos en las diferentes municipalidades?) está integrado por regidores o concejales y, además, por síndicos, que representan los distritos en el Concejo, pero también hay concejales y síndicos suplentes, quienes ganan una dieta que es la mitad de la de los regidores o síndicos. Así, en la Municipalidad de Alajuela los concejales suplentes ganan aproximadamente ¢130.000 por sesión, la mitad de la dieta de los regidores propietarios, y los síndicos suplentes ganan ¢65.000, la mitad de la de los regidores suplentes. Los regidores suplentes y los síndicos ganan lo mismo por sesión (¢130.000). Por tanto, una sesión del Concejo de Alajuela a la que lleguen todos -50 miembros del Concejo: 11 regidores propietarios, 11 suplentes y 14 síndicos propietarios y 14 suplentes- costaría un monto de ¢7 millones en sólo dietas, sin incluir otros gastos.

Por esta razón, el presupuesto para dietas en la Municipalidad de Alajuela se ha disparado en casi un 50, desde ¢357 millones en el 2013 hasta llegar a ¢534 millones en el 2018. Claro, los ingresos municipales han aumentado, pero ese abuso permanece incólume a través de los años. Es aplicable el lema, “Así se invierten sus impuestos municipales.” De paso, ciertos burócratas de la Municipalidad incluso ahora señalan que el crecimiento de las dietas se ha quedado rezagado ante el crecimiento de los ingresos municipales, lo cual refleja un anhelo de que aumenten todas esas dietas. De eso se trata el jolgorio en ese municipio… fiesta pagada por los contribuyentes.

Publicado en mis sitios de Facebook jorge corrales q y Jcorralesq Libertad, el 15 de setiembre del 2018.