ELIZABETH WARREN BUSCA HACER AL AMIGUISMO GRANDE OTRA VEZ

Por Daniel J. Mitchell
Fundación para la Educación Económica
Sábado 25 de agosto del 2018


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra en roja y subrayada, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/elizabeth-w...m-great-again/

Necesitamos darnos cuenta de que, si este plan alguna vez se convierte en una realidad, sería una receta potencial para la corrupción.

Donald Trump quiere hacer de nuevo grande al proteccionismo (make protectionism great again). Bernie Sanders quiere hacer de nuevo grande al socialismo (make socialism great again).

Y si continuamos con encabezados sarcásticos, Elizabeth Warren quiere hacer de nuevo grande al amiguismo.

Ella tiene un plan, el cual lo explicó en una columna (a column) del Wall Street Journal y también en este comunicado de prensa (this press release), que apareció en el sitio en la red del Senado de los Estados Unidos, el cual le daría a los políticos y los burócratas poderes avasalladores sobre las empresas grandes.

Hay un término técnico para este sistema de control gubernamental sobre la propiedad privada. Se llama fascismo (fascism), aun cuando yo prefiero (I prefer ) referirme a él como corporativismo o dirigismo, para distinguir lo que Warren está haciendo de la versión racista y militarista (racist and militaristic) de aquella ideología.

O, uno tan sólo puede llamarla locura. Kevin Williams resume (summarizes) esta peligrosa propuesta para el National Review.

“La senadora Elizabeth Warren de Massachusetts se ha adelantado a los socialistas Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez: Ella propone la nacionalización de todas las principales empresas de los Estados Unidos de América. Si tiene éxito, constituiría la mayor incautación de propiedad privada en la historia de la humanidad. …La propuesta de la senadora Warren supone la expropiación al por mayor de la empresa privada en los Estados Unidos, y nada menos. Es inconstitucional, antiética, inmoral, irresponsable y -para no terminar con una finura- una completa locura. …Proponer tal cosa por razones sinceras sería una terrible estupidez. …Políticos como la senadora Warren carecen del coraje para ir directo a los ciudadanos estadounidenses y decirles: “Deseamos proveerles estos subsidios y ellos les costarán una extra de $3 millones de millones cada año, los cuales los pagaremos duplicando los impuestos.” …Trata a la capacidad productiva de los Estados Unidos como una manada de vacas, que es ordeñada por la senadora Warren et al. a su conveniencia. Y, por supuesto, también la senadora Warren y sus colegas son los que deciden a quienes les será distribuida la leche. …Recep Tayyip Erdogan, Hugo Chávez, Huey Long: La galería de canallas que buscaron fortificar su poder político acosando a la empresa privada es larga, y lo enferma a uno. La senadora Warren, por su propia decisión, ahora se nomina para esa lista.”

El profesor Don Boudreaux de la Universidad George Mason expone (exposes) el analfabetismo económico de Warren.

“La senadora Elizabeth Warren (Demócrata de Massachusetts) …propuso su nuevo proyecto de ley que ‘requeriría que las empresas respondieran tanto a los empleados como a otras partes interesadas.’ …Si esta propuesta alguna vez se convierte en ley, reestructuraría radicalmente al derecho corporativo, a la gobernabilidad y a las finanzas, lo cual es especialmente aterrador porque rara vez he encontrado tantas falacias… ninguna empresa en una economía de mercado puede obligar a nadie a que compre su producto o a que lo suplan con mano de obra y otros insumos; cada compañía, para sobrevivir, debe continuamente hacer ofertas que sean atractivas por los consumidores, trabajadores y proveedores. La habilidad de los consumidores, trabajadores y proveedores de decir no, se combina con las leyes de contratos -que requieren que las partes honren cualesquiera compromisos que hayan adquirido voluntariamente entre sí- para garantizar que las empresas sean plenamente responsables con todos aquellos con quienes intercambia. Por tanto, las empresas son plenamente responsables antes sus clientes y sus trabajadores …la senadora en lo absoluto ofrece evidencia alguna -ni siquiera anecdótica- de que las empresas no son responsables antes sus clientes.”

No es que necesitemos más evidencia de que ella no entiende de economía (she doesn’t understand economics).

Walter Olson afirma (points out) que el proyecto de ley de Warren expropiaría la riqueza, presumiblemente en violación a la cláusula de incautaciones de la Constitución de los Estados Unidos.

“Elizabeth Warren de Massachusetts ha introducido legislación que radicalmente revisaría la gobernabilidad empresarial en los Estados Unidos, al requerir que las empresas más grandes (de más de $1 mil millones) obtengan licencias revocables del gobierno federal para poder hacer negocios, creando regulaciones reminiscentes de la co-determinación al estilo alemán… La propuesta de la senadora Warren abatiría las tres columnas principales de la gobernabilidad empresarial en los Estados Unidos: primacía de los accionistas, independencia de los administradores y federalismo de los estatutos. …Las reglas al estilo de Warren… de hecho confiscarían de un golpe una gran porción del valor de los accionistas, transfiriéndolo a alguna combinación de intereses de los trabajadores y de la “comunidad.” …Por supuesto que esta gigantesca apropiación puede ser una victoria pírrica para muchos trabajadores y pensionados, en donde el valor de sus ahorros en el programa 401(k) sufrirían un enorme golpe… algunos de los entusiastas tempranos del plan de Warren están tratando al colapso de los valores de los accionistas, como una característica, en vez de una molestia, afirmando que eso reduciría la desigualdad de la riqueza. …pondría a prueba las restricciones que la Constitución de los Estados Unidos pone sobre las incautaciones de propiedad sin que exista una compensación.”

Vaya, desmiente la creencia de que algunos izquierdistas apoyan políticas que dañarán a todos, sólo en el tanto de que sean los ricos quienes sufrirán más. El fantasma de Jonathan Swift (ghost of Jonathan Swift) [escritor irlandés crítico amargo de la sociedad y de lo humano] está riéndose.

Samuel Hammond del Centro Niskanen explica (explains) por qué el esquema de Warren sería devastador para las rápidamente crecientes compañías innovadoras.

“Los Estados Unidos son el hogar del 64 por ciento de las empresas multimillonarias privadamente poseídas del mundo y de una pluralidad de empresas multimillonarias que se inician. Conocidas en la industria como “unicornios,” ellas cubren industrias que van desde la aeroespacial a la biotecnología, y son la razón por la cual los Estados Unidos permanecen siendo el motor innovador del mundo entero. Excepto si Elizabeth Warren logra su objetivo. En un proyecto de ley presentado esta semana, la senadora de Massachusetts ha formulado una propuesta que lanza, por la fuerza, a los unicornios de los Estados Unidos a un corral y que domestica indefinidamente a la economía estadounidense. …La Ley de Capitalismo Responsable es, en muchas formas, la propuesta más radical planteada por un legislador de la corriente principal del partido demócrata, hasta el momento. …La propuesta de Warren es para, fundamentalmente, cambiar de manera drástica a las empresas más productivas de la economía estadounidense, desde arriba hasta abajo.”

Escribiendo para CapX, Oliver Wiseman sabiamente advierte (warns) que la apropiación de Warren socava la productividad.

“…su sistema de licencia federal para poder operar haría que las grandes empresas deban dar cuentas a los políticos ̶ no a la gente. Y eso, dado el actual ocupante de la Casa Blanca, es sorprendente que alguien de la izquierda del partido demócrata no vea como esto no es tan solo profundamente iliberal, sino bastante peligroso. …más allá de la imposición de ejercicios costosos y de rellenar casillas. Las empresas realizarán reuniones con comunidades, llevarán a cabo análisis de sus conductas internas y, con toda posibilidad, llegarán a las mismas conclusiones a las que, de todas formas, habrían llegado. Sólo que más lentamente y con un mayor gasto. …si usted se preocupa por salarios estancados, deberá ante todo preocuparse por una cosa: cómo elevar la productividad. La visión de Warren de un “capitalismo responsable” no sólo no tiene nada qué decir al respecto, sino que mermaría el dinamismo que ha sido la máquina del éxito económico de los Estados Unidos. …Las propuestas de la Ley de un Capitalismo Responsable son presentadas por alguien que está interesado en cómo es que se divide el pastel y no en su tamaño. …De acuerdo con el economista William Nordhaus, los innovadores retienen apenas un 2 por ciento del valor social de sus innovaciones. El resto de nosotros disfruta del 98% de la parte positiva.”

Amen. Cuando hay menos innovación, inversión y productividad, eso significa que habrá salarios más bajos para el resto de nosotros (lower wages for the rest of us).

Ryan Bourne destaca (highlights) en el Weekly Standard cómo el entremetimiento político crearía incertidumbre y dañará tanto a los trabajadores como a los accionistas.

“Si bien ella puede querer que las empresas teóricamente sean entidades privadas, la “Ley de Capitalismo Responsable,” que ella develó la semana pasada, representa un corporativismo europeo, puro e inalterado… La propuesta de Warren establecería en el Departamento de Comercio una Oficina de Empresas de los Estados Unidos para que revisara y otorgara las licencias para operar… Esta oficina es una espada de Damocles todopoderosa y arbitraria para todos y en cada cosa que ellos piensan que no se tomó en cuenta. …Decir que la Ley revolvería las aguas y que crearía incentivos perversos, es quedarse corto. …Un metaanálisis de 1995-96 de 46 estudios acerca de la participación laboral hecho por el economista Chris Doucouliagos encontró que… las leyes de co-determinación eran un obstáculo. Todo esto significa menores salarios para los trabajadores ya empleados y enormes pérdidas para los fondos de pensión y para otros accionistas.”

Por último, pero no menos importante, en un artículo para la Fundación para la Educación Económica, se preocupa (concerned) acerca de políticos que tienen en sus manos el látigo sobre la economía.

“La senadora Elizabeth Warren... Su ignorancia es atrevida. Recientemente ella propuso una Ley llamada de Capitalismo Responsable. Bajo la ley que propone, Warren y otros en el gobierno pretenden saber mucho acerca de lo cual ellos no saben nada ̶ manejar todas las grandes empresas de los Estados Unidos… En unos pocos años, bajo un presidente socialista democrático -casi que escribo presidente nacional socialista- la distopía de Warren podría llegar a convertirse en una realidad. …Así que, no es tan difícil imaginar que un presidente futuro, con una mentalidad como esa de la senadora Warren, recorra el país ofreciendo orientación en el sitio. ¿No está el presidente Trump administrando el comercio por la vía de la ‘ignorancia atrevida,’ abriendo camino para más políticos como la senadora Warren?”

Estos siete artículos hacen un gran trabajo al documentar la miríada de fallas del esquema de Warren.

Así que, la única cosa que agregaré es que, también, debemos darnos cuenta de que este plan, si alguna vez llega a convertirse en ley, será una receta potente para la corrupción (potent recipe for corruption).

Ya tenemos muchos ejemplos (many examples) de interacciones aceitosas (oleaginous interactions) entre grandes empresas y un gobierno grande (big business and big government). Un amiguismo turbo-cargado difícilmente es un paso en la dirección correcta.

Resumamos. Solía tener una visión esquizofrénica de Elizabeth Warren. ¿Era ella la bromista risible (laughable crank) con una orden adicional de una ambición sórdida (sleazy ambition)? O, ¿era ella una política típica? (esto es, hipócrita (hypocrite) y formando parte del amiguismo (cronyist)?

Ahora, me preocupa que sea algo peor. Una especie de Kamala Harris (Kamala Harris) bajo esteroides.

Reimpreso de International Liberty.

Daniel J. Mitchell es compañero sénior del Instituto Cato, quien se especializa en política fiscal, particularmente en reforma tributaria, competencia internacional en impuestos y en el peso económico del gasto del gobierno. También sirve en el directorio editorial de Cayman Financial Review.