Con alguna frecuencia he escuchado aquí el argumento de que una empresa poderosa a veces baja los precios a menos de sus costos para así mandar a la quiebra a sus competidores. Aquí presento un excelente análisis económico de un connotado experto, acerca de la poca lógica de tal decisión por parte de un presunto monopolizador del mercado.

EL MITO DE LAS POLÍTICAS DE PRECIOS PREDATORIOS

Por Donald J. Boudreaux
Fundación para la Educación Económica
Miércoles 11 de julio del 2018


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra en roja y subrayada, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/the-myth-of-predatory-pricing/

Esta verdad es importante cuando se discuten las así llamadas políticas de precios predatorios.

La realidad económica es enorme y compleja. En cada uno y en todo momento tienen lugar incontables acciones, reacciones, correcciones de curso y descubrimientos imprevistos. Para entender todo esto, todo requiere de una teoría sólida y de un conocimiento rico de la historia.

Entre las tareas importantes que una teoría sólida y un conocimiento de la historia nos permiten hacer es distinguir lo que es simplemente posible de lo que es probable. El rango de todo lo que es posible es vasto. Incluye, por ejemplo, que usted descubra el próximo mes una vacuna contra el cáncer, en el momento en que modifica una receta para la sopa de tortuga.

De hecho, es posible que el cáncer será evitado de esa manera. Aun así, nadie en su sano juicio saltaría de un reconocimiento de esa remota posibilidad, a la conclusión de que debería terminar con toda la investigación médica del cáncer.

Casi todo lo que es posible nunca sucederá. Nunca.

LA TEORÍA

Esta verdad es importante al discutir acerca de las así llamadas políticas de precios predatorios. Se dicen que los precios son predatorios cuando están tanto por debajo del costo y si se les usan como medio para monopolizar un mercado. Superficialmente, tienen sentido los temores de una política de precios predatorios. Después de todo, si una empresa hoy pone precios por debajo del costo, no sólo hoy deja de tener ganancias, sino que sus precios bajos también amenazan la existencia de sus rivales. Una vez que todos los rivales salen de los negocios -¡voila!- el depredador tiene un monopolio y luego incrementa los precios a niveles de monopolio. Los consumidores sufren un daño indebido.

Eso es posible. Pero, este resultado no es más probable que usted dé con una vacuna contra el cáncer, en el momento en que cocina sopa de tortuga. Las razones son muchas. He aquí tan sólo algunas.

LA REALIDAD

Para que una firma saque a sus rivales de los negocios cobrado precios “excesivamente” bajos, no sólo debe recortar sus precios, sino también expandir sus ventas. Recuerden, el objetivo es quitarle tantas ventas a las firmas rivales como para que todas ellas terminen quebradas. Pero, cuando una firma incrementa sus ventas a precios menores al costo, esa firma necesariamente incurre en enormes pérdidas. Los rivales del depredador, si bien todos ellos pueden verse obligados a vender a precios inferiores al costo, tienen una ventaja que el depredador no tiene: ellos pueden reducir sus ventas durante la guerra de precios para mantener en un mínimo a sus pérdidas.

La teoría económica básica define claramente que una empresa que trata de monopolizar un mercado cobrando precios inferiores al costo, se inflige a sí misma pérdidas mayores que las que ocasiona sobre cualquiera de las otras empresas que está tratando de quebrar. Y, entre mayor sea el número de empresas rivales que deban ser impulsadas hacia la quiebra, mayor es el número de ventas que el depredador debe realizar a precios por debajo del costo y, así, son mayores las pérdidas que el depredador se inflige a sí mismo. Esta realidad llevó a Robert Bork [Nota del traductor: eminente jurista estadounidense, quien publicó notablemente sobre la política antimonopolios] a aconsejar sarcásticamente que “el mejor método de depredación es convencer a su rival de que usted es una posible víctima y convencerlo para que lo ataque con un recorte de precios despiadado.”

Quienes están desesperados por retratar a la política de precios predatorios como algo probable, responderán insistiendo en que las firmas depredadoras tienen bolsillos más profundos que los que poseen sus rivales. Estos bolsillos más profundos supuestamente permiten que las empresas depredadoras soporten las fuertes pérdidas, mientras que los rivales, siendo escasos de efectivo, cierran debido a que no pueden pagar incluso pérdidas bajas.
EL CAPITAL CAMBIA TODO

Esa respuesta pasa por alto la existencia de los mercados de capital. Una función esencial de los mercados de capital y de sus instituciones (tales como bancos, inversionistas de riesgo e inversionistas providenciales), es la de canalizar la liquidez requerida hacia firmas potencialmente rentables. Las empresas con un buen historial, con planes de negocios promisorios y un equipo administrativo reputado, tienen un acceso rápido a los mercados globales de capital, el cual es enorme. (El valor de los préstamos comerciales e industriales hechos tan sólo por los bancos estadounidenses es actualmente cerca de $2.2 millones de millones.) (The value of outstanding commercial and industrial loans made by U.S. banks alone is now about $2.2 trillion.)

Debido a que las empresas pueden operar rentablemente en el largo plazo, rutinariamente acceden a los mercados de capital para obtener liquidez, siendo tan profundos los bolsillos de cada empresa, como son de impresionantes sus habilidades, como sus ideas son promisorias y al ser alta su integridad. Así, los bolsillos de incluso el más rico de los depredadores de precios, no son más profundos que aquellos de sus rivales capaces.

Por supuesto, es posible que todos los rivales de un depredador no sean capaces de convencer a los bancos o a otros inversionistas, para que les suplan la liquidez necesitada. Posible –en el sentido de que este es un resultado que puede ser imaginado. Pero que es extremadamente improbable.

No obstante, suponga que sucede el caso extremadamente improbable y el depredador rico lograr llevar a la quiebra a todos sus rivales. Siendo ahora el único oferente en ese mercado, el depredador finalmente tiene el poder monopólico por el cual pagó tanto.

Aun así, este poder monopólico no tiene valor, a menos que el depredador eleve ahora los precios por encima de los costos, para obtener beneficios monopólicos. Y así lo hace el depredador. Pero, precios por encima de los costos ahora atraen a nuevos participantes a que compitan con el depredador. Así que, llevar a la quiebra a todos los rivales existentes, no es suficiente para que el depredador se asegure un poder monopólico; el depredador debe ahora, de alguna manera, impedir que los nuevos rivales compitan con él después de haber quebrado a todos sus rivales previos. Surge otra ronda de recortes de precios predatorios, sufriendo el depredador, una vez más, pérdidas mayores que las que son sufridas por cualquier otro de sus nuevos rivales.

De nuevo, es posible imaginar que todos los nuevos entrantes fracasarán -tal como fracasaron todos los rivales iniciales del depredador- en lograr la liquidez suficiente y así se verán quebrados por los precios bajos del depredador. Pero, la misma necesidad de unir tantas posibilidades inusuales, evidencia que recortar los precios por debajo de los costos es un medio fantásticamente poco posible de monopolizar los mercados. Esta posibilidad es tan remota, que nunca debería ser tomada en cuenta.

Sin embargo, muchas personas, incluyendo autoridades antimonopolios y funcionarios comerciales, continúan tratando las políticas de precios predatorios como medios plausibles para monopolizar los mercados. Irónicamente, este rechazo a desestimar las políticas de precios predatorios como medios profundamente irreales de lograr el poder monopólico, tiene una alta probabilidad de que, en sí misma, esté creando un poder monopólico.
LA ACCIÓN GUBERNAMENTAL

Precisamente, debido a que una característica clave de una competencia sana de mercado es la presión hacia abajo que pone a los precios, si los gobiernos están abiertos a actuar ante quejas de políticas de precios predatorios, empresas que no están en capacidad o no desean competir justamente, buscarán la protección ante la competencia, acusando a sus mayores rivales empresariales de tal depredación. Pero, aun hay más, temerosas de ser perseguidas por poner en práctica políticas de precios predatorios, las empresas -incluso sin que existan quejas reales formuladas contra ellas- estarán más renuentes a recortar sus precios, si el gobierno activamente vigila contra la reducción de precios. Así, la competencia de precios se ve enfriada, en vez de estimulada.

Revuelque el registro histórico tan cuidadosamente como usted pueda. Ese registro confirma la conclusión de una teoría económica sólida. En este registro histórico, no encontrará usted un caso claramente definido, de firma alguna que esté buscando el poder monopólico genuino por medio de la así llamada política de precios predatorios.

Todos los gobiernos y todas las cortes en todo lado, si es que están sinceramente comprometidos con mantener a los mercados tan competitivos como sea posible, anunciarían en voz alta e incondicionalmente que nunca jamás tomarían en serio las acusaciones de políticas de precios predatorios.

Reimpreso del American Institute for Economic Research.

Donald Boudreaux es compañero sénior del Programa F. A. Hayek de Estudios Avanzados en Filosofía, Política y Economía del Mercatus Center de la Universidad George Mason; es miembro de la Junta Directiva del Mercatus Center, profesor de Economía y ex director del departamento de economía de la Universidad George Mason y ex presidente de la Foundation for Economic Education.