Este comentario nos permite entender como el dinero eficientemente sustituyó al trueque como medio de cambio y cómo surgió espontáneamente, sin que mediara el diseño de alguien en específico.

LO QUE NOS ENSEÑAN LOS ORÍGENES DEL DINERO ACERCA DEL ORDEN ESPONTÁNEO

Por Luis Pablo de la Horra

Fundación para la Educación Económica
Jueves 19 de julio del 2018


No fue necesario que un planificador central superara las limitaciones del trueque.

El dinero ha estado alrededor de nosotros durante la mayor parte de la historia humana. Desde Mesopotamia (incluso desde antes), todas las civilizaciones han usado algún tipo de medio de cambio para facilitar las transacciones, independientemente de sus ubicaciones geográficas, sistemas legales y económicos, creencias religiosas o estructuras políticas. ¿Algunas ves se ha preguntado por qué?

En un breve ensayo titulado “El Origen del Dinero,” el economista austriaco del siglo XIX, Carl Menger, brindó una respuesta a esta pregunta. Menger afirma que el dinero surgió espontáneamente en diferentes momentos y lugares, a fin de sobreponerse a las desventajas del trueque y para facilitar la expansión del comercio.

¿Cuáles desventajas?

EL TRUEQUE FUNCIONA, PERO NO ES LO IDEAL

Imagínese que Sandy, un finquero en el medio oeste de los Estado Unidos, produce trigo, el cual ella espera cambiarlo por cebada. En este momento surgen dos problemas. Primero, necesita encontrar un agricultor con el cual intercambiar sus productos. Este problema puede fácilmente ser resuelto si Sandy va a un mercado en donde otro agricultor (llamémoslo Bill) vende cebada. Dado que ambos productores han cosechado durante la misma época del año, el intercambio puede darse con facilidad.

Pero, ¿qué si estamos tratando con productos con diferentes ciclos de vida? En este caso, Sandy y Bill sólo podrían estar de acuerdo en intercambiar sus productos, si Sandy aceptara la posposición del pago hasta que los productos de Bill hayan sido cosechados. Esto es lo que los economistas llaman trueque diferido.

Aun cuando el trueque diferido resuelve algunos problemas, tiene una limitación importante: puede tener lugar sólo dentro de comunidades pequeñas, que se basan en la confianza, debido a los riesgos en que está envuelta una de las partes. ¿Qué pasa si Billy decide no entregar la cebada prometida? Por consiguiente, el uso del trueque diferido como un sistema de intercambio impide la expansión más allá de los límites de la comunidad de uno.

El trueque tiene otro problema. Billy podría rehusarse a cambiar la cebada por el trigo. Él puede preferir intercambiar su cebada por algún otro producto o por un bien que satisfaga mejor sus necesidades. Esto representa otro obstáculo para la expansión del comercio. ¿Cómo fue que las sociedades lograron sobreponerse a estos problemas?

LOS METALES PRECIOSOS Y EL ORDEN ESPONTÁNEO

Lo hicieron usando ciertos productos como un medio de cambio generalmente aceptado y, más específicamente, metales preciosos. Pero, ¿por qué metales preciosos y no otros productos? De acuerdo con Menger, el oro o la plata posen un alto grado de comercialización, el cual él lo definió como “la mayor o menor facilidad con que se les puede vender en un mercado en el momento conveniente, a los precios solicitados actuales.” Hoy día llamamos liquidez a esta propiedad.

El relativamente alto grado de comercialización de los metales preciosos, en comparación con otros productos, está fundamentalmente ligado a su durabilidad, divisibilidad, bajos costos de transporte y de almacenamiento, así como por la demanda tradicional de estos bienes en la mayoría de los lugares a través de la historia. El hecho de que los metales preciosos sean más mercadeables que otros productos, implica que es más fácil intercambiarlos por otros bienes: aunque Sandy no necesita del oro (ella quiere cebada), lo aceptará como pago, debido a que sabe que no tendrá problema alguno para cambiarlo por cebada.

Esta es la razón por la cual la mayoría de las civilizaciones adoptaron los metales preciosos como dinero. Desde ese entonces, el dinero ha sufrido muchos cambios, algunos de ellos espontáneos (por ejemplo, el surgimiento del papel moneda) y otros inducidos por el Estado (por ejemplo, el reemplazo de los estándares basados en productos por el dinero fiduciario del banco central).

En cualquier caso, el dinero surgió como resultado de lo que otro economista austriaco, F.A. Hayek, llamó el orden espontáneo; esto es, como una institución generada, no por el diseño humano, sino por las fuerzas impersonales del mercado. No fue necesario que un planificador central superara las limitaciones del trueque. Los agentes económicos, por medio del proceso del mercado, se figuraron cómo los metales preciosos podían servir como medio de cambio universal, facilitando la expansión del comercio y, así, el establecimiento de relaciones comerciales entre comunidades.

Como una institución humana que emergió espontáneamente a partir de la interacción voluntaria de millones de individuos, el dinero nos debería enseñar acerca del poder de los mercados, cuando se trata de brindar soluciones a los problemas económicos; en especial en estos momentos, cuando la mayoría de la gente busca que el gobierno sea el que le resuelva sus problemas.

Reimpreso de Intellectual Takeout.

Luis Pablo De La Horra tiene un Bachillerato en Inglés y una Maestría en Finanzas. Él escribe para la Fundación para la Educación Económica, el Instituto de Asuntos Económicos de Londres y en Speakfreely.today.