PAGUE CHICHÍ

Por Jorge Corrales Quesada

Si abre La Nación del 19 de mayo -fecha en que escribí este comentario- verá un anunció de una importante cadena de supermercados que señala “Rebaja ₡3.595. Antes ₡5.600. Aguacate Hass, kilo.” Con ello, se entenderán con toda claridad los efectos del proteccionismo que el gobierno costarricense ha desatado en el caso particular de los aguacates. Siendo asiduo consumidor de la feria del agricultor de los sábados, guardo el recuerdo de cuando, antes de las medidas arbitrarias proteccionistas de la anterior administración y proseguidas por la actual, el aguacate Hass rondaba entre ₡1.000 y ₡1.500 cuando estaba caro.

Pero, han pasado ya tres años del abuso del Servicio Fitosanitario del Estado, el cual, sin probar debidamente irregularidades sancionadas por la Organización Mundial de Comercio, decidió prohibir la importación del aguacate Hass desde México, que por muchos, pero muchos, años había entrado al país, sin ocasionar problema fitosanitario alguno.

De paso, ese mismo “cuidadoso” Servicio Sanitario fue el que le financió al ministerio de agricultura la lujosa soda-archivo que costó casi ₡1.106 millones de colones, con recursos que ese “Servicio” tenía como “superávit.” Pero, allí dicen ser muy cuidadosos en cuanto a proteger a los ciudadanos, pero veo que, con ese dispendio con los recursos de los contribuyentes, incluso legalmente cuestionable, no parecen serlo.
De hecho, a Costa Rica se han traído aguacates de esa variedad desde otros países, pero los precios ni la calidad parecen aproximársele al traído desde México.

Ahora el MAG argumenta que “el aumento del valor en Costa Rica no es consecuencia de bloquear las importaciones de México, sino un alza en las cotizaciones internacionales,”, según lo indica La Nación en su edición del 23 de abril, bajo el título “Tres años de veda en aguacates impactan importación y precios: En el 2015 país restringió ingreso de variedad Hass desde México y compra al exterior cayeron.” Pero, debo señalar un error en ese titular al decir que el “país restringió,” pues eso no es cierto: los consumidores, los ciudadanos, los casi 5 millones de personas que conformamos este “país,” no restringimos nada, pues por muchos años pacíficamente veníamos importándolos dado que económicamente nos servía. El medio debió decir, en vez de “país,” que la limitación vino de la burocracia estatal, esencialmente para proteger una producción interna relativamente ineficiente: eso es, lo usual en el proteccionismo, afectar a todos los consumidores para favorecer a algún pequeño grupo de productores domésticos.

Aún fuera cierto lo del alza internacional de los precios, lo que el medio desmiente con datos provenientes del mercado estadounidense, eso no justifica obligar al costarricense a pagar más, al impedirle traer aguacate desde México y que tenga que acudir a otros mercados más lejanos y de menor calidad. Si fuera cierto lo que dice el ministro de agricultura respecto al aumento en el precio internacional, la medida burocrática no nos deja confirmar si es cierto, pues nos impide conseguirlo de aquellos mercados y más bien hace que terminemos pagándolos caros en el país. Si fueran más caros en el exterior que aquí, pues no se importarían y la gente libremente preferiría comprar aguacates domésticos. Permitan importar y así se determinará si los aguacates importados de México son más caros o si se trata de un cuento chino más.

Duele decir que es de esperar que pronto la Organización Mundial del Comercio dictamine el abuso comercial de las autoridades costarricenses, ante lo cual el país sería sancionado. La realidad es que, en tal circunstancia, se ocasionaría un doble daño a los costarricenses: uno, por la prohibición arbitraria de la burocracia del MAG que ha elevado los precios y empeorado la calidad del aguacate que los ciudadanos consumimos y, segunda, por la multa que nos impondría la Organización Mundial del Comercio. Lamentablemente, esta última no la pagarían directamente los burócratas responsables de abuso restrictivo, sino que serían pagados con los impuestos (o con la imposición de castigos compensatorios a nuestras exportaciones debido a los obstáculos arbitrarios) a todos los ciudadanos consumidores.


Publicado en mis sitios de Facebook jorge corrales q y Jcorralesq Libertad, el 14 de junio del 2018.