Un comentario interesante de la historiadora económica Deirdre McCloskey acerca del surgimiento del Gran Enriquecimiento que significó la Revolución Industrial.

LA DIGNIDAD BURGUESA: LA IDEA QUE CREÓ AL MUNDO MODERNO

Por Luis Pablo de la Horra
Fundación para la Educación Económica
Lunes 25 de junio del 2018


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra en roja y subrayada, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/bourgeois-d...-modern-world/

¿Qué posiblemente podría explicar el enorme crecimiento en la riqueza a partir del siglo XIX?

Cuando se piensa acerca de la asombrosa mejoría en los estándares de vida (improvement in living standards) sucedida durante los últimos dos siglos, uno no puede dejar de maravillarse acerca de las causas de tal transformación radical: ¿qué explica el incremento en el ingreso per cápita (increase in income per capita) sin precedentes, que el mundo ha experimentado a partir de 1800?

Para responder a la pregunta, uno necesita mirar hacia atrás, adónde fue que todo comenzó: en la Inglaterra de finales del siglo XVIII. En efecto, Inglaterra fue pionera de una nueva forma de hacer las cosas, que marcó un punto de inflexión en la historia de la humanidad. Pero, ¿por qué este cambio tan dramático tuvo lugar en Inglaterra? ¿Por qué a finales del siglo XVIII? Y, más importante, ¿qué fue lo que produjo ese cambio?
EXPLICACIONES POSIBLES

Para ser honesto, yo nunca había reflexionado acerca de las causas fundamentales de la Revolución Industrial, el despertar de la prosperidad moderna. Como muchos otros, yo había tomado por descontado que, en algún momento y por diversas razones, Inglaterra abrazó los mercados, un marco institucional que protege los derechos de propiedad privada y de los contratos, y el libre comercio, todos los cuales resultaron en el moderno crecimiento económico.

Sin embargo, como lo expone la historiadora económica Deirdre McCloskey, en su libro Bourgeois Dignity: Why Economics Can’t Explain the Modern World, esa descripción no explica propiamente lo que ella llama el Gran Enriquecimiento: el incremento sin precedentes en los estándares de vida que empezó en 1800. Bourgeois Dignity, que es el segundo volumen de una trilogía que trata de encontrar una respuesta basada en la evidencia (aunque no necesariamente materialista) a las preguntas formuladas anteriormente, examina críticamente y rechaza cada una de las explicaciones que los historiadores económicos habían explorado para explicar el surgimiento de la Revolución Industrial en la Inglaterra del siglo XVIII. Démosles una ojeada a algunas de ellas.

El surgimiento de la Revolución Industrial había sido explicado por lo que McCloskey llama el fundamentalismo del capital: la idea de que la acumulación de capital era el factor principal que dio lugar a la Revolución Industrial, así como la fuente del impresionante crecimiento económico que explica el mundo moderno. Nadie niega que las inversiones de capital, al elevar la productividad, producen prosperidad a largo plazo y, como consecuencia, en los estándares de vida. A pesar de lo anterior, no es suficiente para explicar la no linealidad del crecimiento económico: el proceso no fue gradual, tal como sería explicado por la acumulación de capital, sino explosivo, como lo muestra el gráfico siguiente.

El gráfico mencionado se encuentra aquí: https://fee.org/articles/bourgeois-d...-modern-world/


Tampoco fue por una expansión del comercio, de acuerdo con McCloskey. Parece ser obvio que las políticas comerciales orientadas hacia el libre comercio favorecen la prosperidad económica: entre más comerciamos el uno con el otro, terminamos en una mejor situación.

Aun así, McCloskey alega que el comercio externo no es una máquina crucial para el crecimiento. El abrazo de Inglaterra a las políticas de libre comercio, a mediados del siglo XIX, sin duda que fue positivo, pero, por sí solo, no puede explicar el hecho de que el ingreso real per cápita en Inglaterra se haya multiplicado por 16 desde aquel entonces.

Y ¿qué hay acerca de las instituciones? Pocos negarían que instituciones política y económicamente inclusivas (usando la terminología del destacado trabajo de Acemoglu y Robinson, Why Nations Fail (Por qué Fracasan los Países)), juegan un papel decisivo en determinar los incentivos y las restricciones correctas, que permiten a la gente desarrollar su potencial pleno. Sin embargo, las instituciones no son suficientes para explicar el Gran Enriquecimiento, alega McCloskey. Tomemos el caso de los derechos de propiedad, uno de los pilares de las sociedades de mercado.

Si el surgimiento de la Revolución Industrial estuvo ligado, de alguna manera, con los derechos de propiedad, ¿por qué el Gran Enriquecimiento empezó a tomar forma precisamente en Inglaterra a finales del siglo XVIII? Después de todo, como lo apunta McCloskey, “la instituciones de los derechos de propiedad fueron establecidas muchos siglos antes de la industrialización, más en China que incluso en Europa (...) si los derechos de propiedad fueron la novedad crucial en 1969 [año de la Revolución Gloriosa] ¿por qué no la industrialización no se dio antes y en alguna otra parte, en lugares en donde los derechos de propiedad fueron también hechos cumplir?”

McCloskey también examina otras explicaciones potenciales y concluye en lo mismo: no fue el comercio de esclavos ni el imperialismo ni factores geográficos ni un transporte mejorado. Ninguno de ellos tiene suficiente poder explicativo para dar cuenta de ese cambio dramático. ¿Qué fue lo que, entonces, ocasionó la Revolución Industrial y, como resultado, el crecimiento económico moderno?

EL PODER DE LAS IDEAS

De acuerdo con McCloskey, fueron las ideas: un cambio sociológico en la forma en que la gente veía a la gente de negocios, empresarios y comerciantes, quienes empezaron a ser admirados y vislumbrados como fuerzas positivas para el avance de las sociedades. Una vez que a los empresarios se les dio libertad e incentivos -tanto financieros como sociales- para lograr sus objetivos, se liberó la innovación en forma de destrucción creativa Schumpeteriana, conduciendo a la humanidad hacia el período más próspero de la historia.

En palabras de la autora (author’s words), “un cambio en cómo la gente honraba a los mercados y la innovación causó la Revolución Industrial, y luego el mundo moderno.” Este cambio, que empezó en la Holanda del siglo XVII y que llegó a Inglaterra en los 1700, no puede ser explicado basándose exclusivamente en razones materialistas o económicas. De haber sido así, el Gran Enriquecimiento podría haber tenido lugar en otros lugares o épocas de la historia, pero no sucedió así.

¿Qué tan convincente es el relato de McCloskey? La maestría de la literatura que McCloskey despliega en todo el libro, así como lo robusto de sus argumentos, hace de Bourgeois Dignity una narrativa persuasiva, en especial en lo referente a explicar qué no fue lo que causó la Revolución Industrial.

Su tesis principal acerca de qué fue lo que dio lugar al Gran Enriquecimiento es más controversial, aunque debe notarse que no es el objetivo del libro presentar evidencia a favor del cambio sociológico que ella propone: esto lo hace en el tercer volumen de la trilogía. En todo caso, Bourgeois Dignity es de lectura obligatoria para cualquiera que esté interesado en entender las raíces del mundo moderno.

Reimpreso de Intellectual Takeout.

Luis Pablo De La Horra tiene un Bachillerato en Inglés y una Maestría en Finanzas. Él escribe para la Fundación para la Educación Económica, el Instituto de Asuntos Económicos de Londres y en Speakfreely.today.