Podrán considerarme como excesivamente optimista, pero deseo tanto que algunos amigos (economistas o no), quienes se consideran “liberales” y ahora están proponiendo que nos aumenten los impuestos, puedan leer estas 13 citas de la Riqueza de las Naciones de Asam Smith, y, tal vez, ante tan demoledoras consideraciones del padre de la economía, piensen en el daño que esas propuestas de ellos (y de otros) causarán a los ciudadanos.

13 CITAS DE ADAM SMITH ACERCA DE LA CODICIA GUBERNAMENTAL Y DE LAS MARAVILLAS DEL MERCADO

Por Gary M Galles
Fundación para la Educación Económica
Martes 5 de junio del 2018


“Ninguna sabiduría o conocimiento humano podría alguna vez ser suficiente [para] el deber de supervisar la industria de las personas privadas...”

A las personas importantes se les conmemora en sus cumpleaños. Pero algunos cumpleaños son desconocidos, como el de Adam Smith, el economista más famoso de la historia. No obstante, sabemos que fue bautizado un 5 de junio, haciendo de esa fecha la apropiada para recordarlo.

Smith es muy famoso por articular cómo la “mano invisible” de las interacciones de los mercados, puede coordinar una sociedad basada en la libertad -esto es, la propiedad privada y el intercambio voluntario- más efectivamente que con el poder coercitivo del estado.

Desafortunadamente, las ideas cruciales de Smith son ignoradas por políticos, quienes, si bien pueden hablan de libertad, legislan y excluyen lo que es su elemento central –los acuerdos voluntarios. Esa es la razón por la cual debemos recordar su comprensión del gobierno, la “panacea” coercitiva propuesta para cada problema, real o imaginario, de la sociedad.

“[Los gobiernos son]... sin excepción, los más derrochadores de la sociedad.”

“Los comisionados y los agentes [del gobierno] miran la riqueza de su dueño como inagotable; cuidan muy poco a qué precio han de comprar... o a qué precio venden.”

“Esas manos improductivas... podrán llegar a consumir tanta porción de la renta total del país... que toda la frugalidad y buena conducta de los individuos no sería capaz de compensar... tan violenta usurpación de fondos.”

“La profusión del gobierno... [ha] retardado el progreso natural.”

“Luego de que se han agotado todos los fondos apropiados, si las exigencias del Gobierno continúan requiriendo nuevos impuestos, es necesario acudir a los fondos impropios para sostener aquellas cargas.”

“No existe un arte que más rápidamente gobierno alguno aprende de otro, que aquel de drenar el dinero de los bolsillos de la gente.”

“Aquel uniforme, contante y continuado esfuerzo del hombre por mejorar... es capaz, por lo general, de sostener la propensión natural de las cosas hacia su progreso, a pesar del derroche que puede darse en algún Gobierno, y de las mayores equivocaciones en su administración... remontando los cientos de obstáculos impertinentes que sean capaces de oponerle algunas leyes humanas poco premeditadas.”

“A pesar de las exacciones y cargas impuestas por los gobiernos... Es este esfuerzo, protegido por la ley y animado por la libertad de ejercitarlo del modo más conveniente, lo que ha sostenido el progreso.”

“Pero no por esta razón hemos de inferir impremeditadamente que [Gran Bretaña] está en capacidad de sostener cualquiera carga ulterior, ni confiar imprudentemente en que haya de ser capaz de soportar, sin conocida ruina, un gravamen mayor que el que ya tiene sobre sus rentas.”

“Ninguna sabiduría o conocimiento podría alguna vez ser suficiente [para] el deber de supervisar la industria de las personas privadas... hacia el empleo más apropiado para el interés de la sociedad.”

“Poco más se requiere para llevar a un estado desde el barbarismo más bajo al nivel más alto de opulencia, que la paz, impuestos bajos y una administración tolerable de la justicia: todo el resto será generado por el curso natural de las cosas.”

“Todos los sistemas ya sea de preferencia o de restricción... se deben mirar como proscritos, para que de su propio movimiento se establezca el simple y obvio de la libertad natural. Todo hombre, con tal que no viole las leyes de la justicia, debe quedar perfectamente libre para abrazar el medio que mejor le parezca a los fines de buscar su modo de vivir, y que puedan salir sus productos a competir con aquellos de cualquier otro humano.”

“El estadista que intentase dirigir a los particulares sobre la forma de emplear sus respectivos capitales... asumiría una autoridad que nadie confiaría, ni a una sola persona ni a un Senado, aunque sea el más sabio del mundo, de manera que en ninguna otra circunstancia sería tan peligroso que si estuviera en las manos de un hombre que fuera tan insensato y atrevido para vanagloriarse de estar capacitado para ejercitarlo.”

Hace muchos años que Adam Smith reconoció que la “libertad natural,” la cual resultaba de eliminar preferencias y restricciones injustificadas, necesitaba de un gobierno mucho más pequeño que uno que requiriera innumerables regulaciones y mandatos, así como millones de millones de dólares en impuestos anuales. Si es que vamos a restaurar la visión que él compartió con los Padres Fundadores de los Estados Unidos -brindando el lienzo más amplio posible para la libertad humana- es necesaria mucha menos insensatez y presunción del gobierno, permitiéndonos hacer un uso mayor de la mano invisible de los acuerdos mutuamente beneficiosos y voluntarios del mercado.

Gary M. Galles es profesor de economía en la Universidad Pepperdine. Sus libros recientes incluyen Faulty Premises, Faulty Policies (2014) y Apostle of Peace (2013). Es miembro de la facultad de la Fundación para la Educación Económica (FEE).