¿AUMENTARÁ LA LUZ DE PRECIO?

Por Jorge Corrales Quesada

Quedemos bien claros: no me estoy refiriendo a aumentos en el costo de la electricidad si algunos políticos se salen con la suya de aumentar los impuestos por el consumo eléctrico, pues parece que le quieren clavar el IVA.

Me refiero a una información aparecida recientemente en el periódico La Nación del 8 de mayo, bajo el título “País gastó en 54 días la energía a base de combustible del año: Plantas encendieron el 15 de marzo; ayer se llegó a 132.6 gigavatios,” la cual se reflejará en los costos de operación de las platas productoras de electricidad del ICE y ya sabemos que eso nos será cargado sobre nuestros bolsillos.

Para entenderlo hay que tener presente varias cosas: primero, que la electricidad producida usando búnker o diésel -la llamada producción térmica de electricidad- es más cara, además de contaminante, que la producida con agua, viento, geotermia y biomasa. En segundo lugar, que usualmente la ARESEP, para nuestros efectos de determinación del precio al consumidor, permite una reserva anual para una cierta producción de energía por medio de derivados de petróleo. Para este año, la ARESEP estimó una reserva para una producción de 131 gigavatios.

Pero, tan sólo en el período que va del 15 de marzo al 7 de mayo, ya el ICE había generado el cupo para todo el año: de hecho, se usó en la producción de 132.6 gigavatios. Esto último equivale a un poco más del 3% de todo el consumo del país, que entre el 1 de enero y el 7 de mayo había sido de 3.867 gigavatios.

En comparación, el año pasado, entre el 1 de enero y el 6 de mayo del 2017, la producción térmica de electricidad fue de sólo el 0.9% del consumo total (poco menos de cuatro veces el de este año).

¿A qué se puede deber esta mayor producción de energía térmica? Según el ICE, “a que el aporte eólico... fue variable entre marzo y abril... temporada seca... en que también tiende a crecer la demanda de energía por un mayor uso de aires acondicionados.”

Pero, a eso agregue que “desde el 15 de febrero, el ICE sacó de operación la planta hidroeléctrica Reventazón: la mayor del país, con 305 megavatios de capacidad instalada,” “debido a reparaciones por una fuga en el macizo del vertedero, lo cual obligará a tenerla seis meses sin aportar energía.”

Si se ha continuado con la producción de energía eléctrica usando combustibles a partir del 7 de mayo -lo cual no lo sé- y habiéndose agotado la reserva prevista para esa instancia, no nos extrañe que, en el próximo ajuste de tarifas debido al llamado “cálculo variable del combustible” (CVC), vendrá un alza en las tarifas eléctricas (y, reitero, eso si no es que se aprueban nuevos impuestos sobre el consumo de electricidad como parte del paquete tributario en ciernes en la Asamblea Legislativa.) Y con la esperanza de que la reparación de la sobre-costosa planta hidroeléctrica Reventazón no dure más de esos seis meses. Ya veremos qué pasa, pero, y tendré razones para ser no muy optimista, como siempre, todos esos costos se nos trasladarán a los consumidores cautivos.

Publicado en mis sitios de Facebook jorge corrales q y Jcorralesq Libertad, el 16 de junio del 2018.