Ahora ya están saliendo con el cuento clásico de que la crisis venezolana se debe al bloqueo de los Estados Unidos a Venezuela. Ese viejo cuento de la economía cubana queda totalmente desacreditado por lo que bien explica el economista Kristian Niemietz. Creo que un buen consejo sería que se leyera este comentario (Otto Rucavado).

EL COLAPSO ECONÓMICO DE VENEZUELA ESTÁ LIGADO A SUS POLÍTICA SOCIALISTAS

Por Kristian Niemietz
Fundación para la Educación Económica
Martes 29 de mayo del 2018



NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra en roja y subrayada, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/venezuelas-...list-policies/

No hay disfraz que valga; el socialismo ha destrozado a la economía venezolana.

Venezuela está “experimentando problemas,” debido a que el país ha tomado un “rumbo equivocado,” lo señaló durante el pasado fin de semana (remarked over the weekend) el Primer Ministro Inglés en la Sombra, John McDonnell. Esa es una parte pequeña de una subestimación, pero yo supongo que podemos estar de acuerdo en su punto esencial.

Sin embargo, el diagnóstico de McDonnell de lo que fue ese “rumbo equivocado” fue algo creativo:

“No pienso que fuera un país socialista... tomó un rumbo equivocado cuando se murió Chávez y pienso que desafortunadamente desde ese entonces, yo no pienso que ellos han estado siguiendo las políticas que Chávez desarrollara. Y como resultado de eso, están experimentando problemas.”

Desafortunadamente el entrevistador no presionó a McDonnell para que fuera un poco más específico acerca de su alegato. ¿Cuáles de “las políticas socialistas que Chávez desarrolló” han sido abandonadas, descontinuadas o revertidas, por el gobierno de Nicolás Maduro? ¿Volvió Maduro a reprivatizar las empresas previamente nacionalizadas? ¿Quitó él algunos de los controles de precios que Chávez había impuesto? ¿Suavizó sus relaciones con el sector privado? ¿Cuál fue el cambio drástico de política que hizo que el Primer Ministro en la Sombra revirtiera su juicio sobre Venezuela, un modelo que él había alabado como de “socialismo en acción” (socialism in action) hace tan sólo cuatro años?
EL “RUMBO EQUIVOCADO” EMPEZÓ ANTES DE CHÁVEZ

Por supuesto, no hubo cambio de política del cual hablar. Maduro nunca fue por su propio mérito una figura política. Él fue, ante todo, un leal de Chávez y él ahora está siguiendo al dedillo las “política socialistas que Chávez desarrollara.” (Chávez sabía que él lo haría, razón por la que, en primera instancia, lo nombró como su sucesor.)

Pero, ¿cuándo fue que Venezuela tomó el rumbo equivocado? ¿Cómo puede ser que el país más rico de Suramérica terminara como un caso perdido? Mientras que la culpa recae en Chávez, es importante reconocer que el Chavismo no apareció súbitamente de la nada. Las semillas habían sido sembradas con anterioridad.

Lea la siguiente descripción:

“Los nuevos líderes de Venezuela se concentraron en la industria petrolera como la fuente principal de financiamiento para sus políticas reformistas en lo social y lo económico. Usando los ingresos provenientes del petróleo, el gobierno intervino significativamente a la economía. [...] [E]l gobierno llevó a cabo la reforma social general gastando grandes sumas de dinero en educación, salud, electricidad, agua potable y otros proyectos básicos.

Los aumentos en los gastos públicos se manifestaron propiamente con mayor prominencia en la expansión de la burocracia... El gobierno estableció cientos de nuevas empresas propiedad del estado y de agencias descentralizadas, al asumir el sector público el papel de motor básico del crecimiento económico. Además de establecer nuevas empresas en áreas tales como minería, petroquímica e hidroelectricidad, el gobierno compró empresas que previamente habían sido privadas.”

Esto fácilmente podría pasar como una descripción de los años de Chávez. Pero, en realidad, es un resumen de lo que había sucedido en las décadas de 1960 y 1970 (a summary of what happened in the 1960s and 1970s). Fue durante esos años cuando el país se bañaba con el dinero proveniente del petróleo, cuando Venezuela se convirtió en una economía del clientelismo y en que el estado venezolano se convirtió en un estado clientelar. Imagínese a Grecia de la década de 1980 (1980s Greece), pero potenciada grandemente por los petrodólares. Fue un modelo que se construyó sobre precios altos y en crecimiento del petróleo.

La fiesta se acabó cuando los precios del petróleo llegaron a un máximo (oil prices peaked) a principios de la década de 1980 y que luego entraron en un período prolongado de declinación constante. Venezuela era todavía un país rico, pero sus resultados económicos se hicieron volátiles y erráticos. Por medio del endeudamiento y de la emisión monetaria, el gobierno trató de mantener los niveles elevados de gasto público, a los cuales la población se había acostumbrado. Entre mediados de la década de 1980 y mediados de la de 1990, aumentó la deuda (debt increased) gubernamental de menos de un 30 por ciento del PIB, a alrededor de un 70 por ciento, y la inflación se elevó, de alrededor de un 10 por ciento, a más de un 60 por ciento.

Y ENTRA CHÁVEZ

Gobiernos sucesivos trataron de resolver estos desbalances macroeconómicos, pero encontraron que ello era políticamente imposible. Los paquetes de ajuste se iniciaron, pero nunca se vio que se completaran (initiated, but never seen through). Es en estas condiciones que nació una forma peculiar de populismo del ala izquierda, de la cual el Chavismo se convertiría en su variante más extrema. Dos de los predecesores de Hugo Chávez habían luchado contra el “neoliberalismo” (es decir, contra la economía) y prometido un regreso a las viejas maneras de gasto desmedido de los años de la década de 1970. Una vez que estaban en el gobierno, ambos rápidamente tuvieron que hacer un giro en U.

Si los precios del petróleo hubieran permanecido en el mismo nivel después de la elección de Chávez en 1998, su presidencia podría haber seguido el mismo patrón: algunos posicionamientos populistas iniciales, luego una vuelta en U, con recortes a los gastos y medidas de ajuste impopulares. Poco después, el siguiente populista habría emergido y denunciado a Chávez como un vendido al neoliberalismo. Pero, Chávez tuvo suerte. Su inauguración coincidió con el inicio de un alza sin precedentes del precio del petróleo, la cual duraría por cerca de quince años.

Una vez más, Venezuela se encontró inundada de dinero petrolero. El ingreso petrolero más que se quintuplicó (more than quintupled) en términos reales y el gasto público se dispararía, desde menos de un 30 por ciento del PIB, a más de un 40 por ciento (under 30 percent of GDP to over 40 percent). Los buenos tiempos estaban de regreso.

Durante su primer período (1999-2002), las políticas de Chávez no fueron particularmente socialistas. En sus primeros días, el Chavismo era simplemente una versión turbo-cargada del derroche del gasto en la década de 1970. Pero, durante su segundo término, el gobierno empezó a intervenir más agresivamente en la economía, especialmente por la vía de los controles de precios (price controls). Cuando las intervenciones iniciales no tuvieron el efecto deseado, el gobierno arremetió contra la industria correspondiente (railed against the industry in question), acusando a sus actores de “sabotaje” y “acaparamiento.” Luego intervino en formas más pesadas, que a menudo culminaron en “nacionalizaciones por venganza.”

Así, las nacionalizaciones de Chávez no fueron guiadas por consideraciones estratégicas. Fueron herramientas disciplinarias para castigar a actores recalcitrantes del sector privado. El afamado “Socialismo del Siglo 21” fue, en la realidad, un “socialismo de venganza” ad-hoc. El gobierno de Chávez hizo saltar por los aires a la regla de la ley. Indicadores claves de gobernabilidad (Key governance indicators) declinaron fuertemente, los cuales miden la confianza en el sistema legal, la fortaleza de la protección de los derechos de propiedad, etcétera.
NUNCA HA FUNCIONADO Y NUNCA FUNCIONARÁ

Uno no necesita ser un creyente en los mercados libres, para darse cuenta que el Chavismo nunca podría haber sido un modelo que funcionara.

La idea de que los controles precios conduce a escaseces es economía a nivel de educación secundaria. La idea de que un gobierno depredador, que confisca al azar la propiedad privada, desalienta la actividad económica, ni siquiera es un asunto de economía –es simplemente de sentido común. Tampoco requiere de mucha imaginación ver que una expansión rápida de los programas de gasto público, incrementa el espacio para la corrupción, el clientelismo y el nepotismo.

El Chavismo exacerbó los problemas económicos existentes, y creó otros nuevos. Por ejemplo, descansar en exceso en el petróleo pre-data a Chávez. No obstante, al crear un ambiente hostil para los inversionistas y empresarios en otros sectores, Chávez lo empeoró. Cuando Chávez fue electo por primera vez, el petróleo significaba un poco más del 70 por ciento de las exportaciones de Venezuela (70 percent of Venezuela’s). A su muerte, virtualmente eran las únicas.

El Chavismo creó constantes escaseces de bienes de consumo, incluyendo de productos básicos. Tan temprano como en el 2007, cuando el alza del petróleo estaba al máximo, reportó el Washington Post (the Washington Post reported) que:

“Esta semana se desvanecieron de los supermercados los cortes de carne, dejando sólo piezas poco deseables, como patas de pollo, mientras que edulcorantes costosos han reemplazado crecientemente al azúcar... La administración de Chávez culpa por ello a... especuladores inescrupulosos, pero funcionarios de la industria dicen que los controles de precios [...] son los responsables. El miércoles las autoridades allanaron una bodega en Caracas y se apoderaron de siete toneladas de azúcar.”

Desde principios del 2003 han aparecido esporádicamente escaseces de bienes que van desde leche a café, cuando Chávez empezó a regular los precios de 400 productos básicos. Uno no puede identificar algún “giro equivocado” específico en la historia económica de Venezuela. Es más un asunto de distorsiones económicas que se fueron forjando con el paso del tiempo, todas ellas agravándose entre sí.

A pesar de lo anterior, el Chavismo amplificó las peores tendencias de la política venezolana y las llevó a extremos absolutos, a la vez que erosionó aquellos aspectos del panorama económico venezolano que solían funcionar razonablemente bien. Este, en resumen, es el legado de Chávez. McDonnell se equivoca completamente cuando supone que el actual gobierno, de alguna manera, lo había “traicionado.” Si lo hubieran hecho así, Venezuela sería hoy un lugar menos miserable.

Reimpreso de CapX.

Kristian Niemietz encabeza la sección de Salud y Bienestar del Institute of Economic Affairs de Londres.