Cuanto la cosa no pinta bien, un amigo, Alejandro Jenkins, siempre me recomendó que leyera las Meditaciones de Marco Aurelio. Mucho se lo agradecí, pues ciertamente me levantaba el ánimo y me abrió a un mundo de sabiduría.

MARCUS AURELIUS ACERCA DE CÓMO DARLE LA VUELTA A UN DÍA TERRIBLE

Por Barry Brownstein
Fundación para la Educación Económica
Martes 8 de mayo del 2018

El emperador romano Marcus Aurelius creía que era inútil batallar contra la realidad.

Cuando se despierta en la mañana, note qué tan rápidamente tu mente revisa tus dolencias físicas y fisiológicas. ¿Dolor de espalda? Sigue allí. ¿Una reunión en la tarde la cual te preocupa? Sigue allí. ¿Una situación financiera preocupante? Sigue allí.
¿Esperabas que fuera diferente? Si tú las buscas, siempre habrá dificultades que sobrellevar durante todo tu día.

TODOS LOS DÍAS CONSTITUYEN UN DESAFÍO

Hoy, como en la mayoría de días, probablemente hará mucho calor o mucho frío. El tráfico será terrible. Acontecimientos preocupantes sucederán en el mundo. Tus colegas e incluso miembros de tu familia no verán las cosas de la manera en que tú lo haces, y podrías experimentar algunos conflictos interpersonales.

El emperador romano Marcus Aurelius fue un pensador Estoico. Él diría, Hoy nada tiene que salir bien para actuar con honor y carácter.
Hacer lo imposible y sólo tener pensamientos positivos no es la respuesta. Por el contrario, Aurelius aconseja en sus Meditaciones, “Apenas amanezca, piensa todos los días: hoy encontraré a cualquier persona que tenga alguna de estas faltas: que sea un indiscreto, un ingrato, un insolente, un embustero, un envidioso, un egoísta.”

Al hacer los ajustes en la mentalidad que aconseja Aurelius, tú no estás batallando contra la realidad.

Acerca de la gente desagradable que te encuentras en cualquier día, continúa Aurelius.

“Los desgraciados que tienen estos defectos es porque no distinguen los verdaderos bienes y los verdaderos males. Pero yo, que he aprendido que el bien verdadero consiste en lo que es honesto y el mal verdadero está en lo vergonzoso, yo, que conozco la naturaleza de quien comete la falta, que sé que es hermano mío, no de sangre y de carne, sino por nuestra común participación en un mismo espíritu procedente de Dios.”

Todos aquellos con quienes te encontrarás hoy, a pesar de su pobre comportamiento, no difieren de vos. No hay necesidad, aconseja Aurelius, de furia, odio o conflicto. Para tener un buen día, las cosas podrían no salir bien, y las cosas no tienen que salir bien.

Otros, como tú, algunas veces eligen mal y, como tú, tienen el poder de elegir mejor.

“Ambos hemos sido hechos para obrar de común acuerdo, como los pies, las manos, los párpados; como dos hileras de dientes, superior la una e inferior la otra. Obraríamos, pues, contra la Naturaleza si fuésemos enemigos; y obraríamos así si expresásemos disgusto y aversión con estos desdichados.”

Nota qué tan reacia es tu mente para creer que “hemos sido hechos para obrar de común acuerdo,” Tus compañeros viajeros de todos los días parece que se atraviesan en tu camino y algunos de tus colegas parecen ser obstáculos.

Ya ves por qué el día apenas ha empezado y ya estás exhausto.

Qué tan risible es tu mentalidad, podría decir Aurelius. Esperabas que el mundo no te pusiera obstrucciones, en tanto que tu mente estaba llena de obstrucciones.

ENFÓCATE EN TU CARACTER

“¿Qué nuevo infierno es éste?,” dijo famosamente la ingeniosa cuentista Dorothy Parker, cuando sonó el timbre de la puerta de su apartamento. Tal vez tú recibes el nuevo día con un temor similar.

Aunque pareciera lo contrario para Dorothy Parker, Aurelius nos enseñó que nosotros, no las otras personas, somos el problema. ¿Cuánto tiempo no desperdiciamos enfocándonos en lo que otros están haciendo? Aurelius ofrece un buen consejo:

“¡Cuánto tiempo se gana no preocupándose de lo que los demás dicen, hacen o piensan y cuidándose únicamente de los propios negocios, de modo que estén de acuerdo con las leyes divinas y humanas y sean dignos de un hombre honrado! No hay que mirar a nuestro alrededor los vicios de los demás, sino que se debe correr en línea recta sin volver la vista ni a un lado ni a otro.”

Para enfatizar su punto, él agregó,

“Avergüénzate, alma mía, avergüénzate. Ya no tendrás tiempo de honrarte. La vida del hombre es corta; la tuya casi ha pasado y no solamente no te honras todavía, sino que fundas tu felicidad en lo que pasa en el alma de los demás.”

Cuando nuestros pensamientos no son secuestrados por las disrupciones diarias, liberamos nuestra energía mental para concentrarnos en nuestros propios esfuerzos:

“Siempre, a cualquier hora del día, procura conducirte... sin darte importancia, con amor hacia tus semejantes, con libertad, con justicia. Procura liberarte, entonces, de otras preocupaciones, y seguramente lo conseguirás si cumples cada acto de tu vida como si fuese el último de tu existencia, es decir, sin precipitación, sin pasión alguna que te impida escuchar la razón; sin hipocresía, sin amor propio y sin indignación contra el destino.”

¿No estás convencido? ¿Todavía piensas que otros son el problema y que necesitas alejarte? Aurelius tenía un balde de agua helada para tu creencia errada y un mejor camino para la renovación propia:

“Para descansar se buscan las apacibles soledades del campo, las orillas del mar o las serenas montañas. Tú también deseas esto ardientemente y con frecuencia. Y, sin embargo, todo esto no es sino prueba de vulgaridad de espíritu, ya que en cualquier momento que elijamos podemos buscar un retiro incomparable dentro de nosotros mismos.”

Al adentrarnos a nuestro interior,

“En ninguna parte, en efecto, puede hallar el hombre un retiro tan apacible y tranquilo como en la intimidad de su alma, sobre todo si posee esos dones preciosos que, por sí solos, constituyen la libertad del alma, y entendiendo por libertad del alma el estado de un alma en que todo está perfectamente ordenado. Goza, pues, sin cesar de esta soledad y recobra en ella nuevas fuerzas.”

“También encontrarás pensamientos breves y fundamentales que, cuando se presenten a tu memoria, disiparán en seguida tus inquietudes y te darán ánimos para soportar sin indignación y contrarrestar todo lo que te salga al paso.”

Marcus Aurelius escribió las Meditaciones como una guía para él mismo, nunca esperando que se convertiría en un tesoro imperdurable para la humanidad. Un poeta bizantino una vez aconsejó a sus lectores leer un estudio que él llamó El Libro de Marcos: “Si quieres dominar al dolor, abre este libro y léelo con cuidado.”

Si quieres leer más, la traducción al inglés de las Meditaciones del profesor de los clásicos en la Universidad de Virginia, Gregory Hays es magnífica. [Nota del traductor, para la versión en español acudí a la traducción a este idioma que presenta la editorial Nueva Acrópolis de España]. Léelo y reléalo. Empieza a observar, cada mañana cuando te levanta de tu cama, que tendrás la oportunidad de aprender una verdad: Hoy nada tiene que salir bien, y, aun así, como lo prescribió el filósofo Estoico Epictetus, tú puedes “desempeñar tu parte con honor.”

Reimpreso de Intellectual Takeout,

Barry Brownstein es profesor emérito de economía y liderazgo en la Universidad de Baltimore. Es autor de The Inner-Work of Leadership [The Inner-Work of Leadership]. Para recibir los ensayos de Barry, suscríbase en Mindset Shifts.