INCREÍBLE ATRASO EN CARRETERA A SAN CARLOS

Por Jorge Corrales Quesada

Me pregunto -y no puedo responderlo porque no parece haber forma de comparar- ¿cuánto se habría durado en la construcción de la carretera nueva a San Carlos, si hubiera sido concesionada? Esto porque la realidad de esta obra pública la desnuda un reciente artículo de La Nación, titulado “Carretera a San Carlos requiere de $123 millones para ser terminada: MOPT prevé que tramo central de 29 km estaría listo en tres años.”

La obra, que se supone acortaría de manera importante lo que se dura hoy para ir a San Carlos, según el medio, “se ideó hace 48 años y se ha estancado por diferentes motivos.” Sí, desde hace 48 años a alguien o a algunos se les ocurrió la buena idea de hacer esa carretera, que parecía ser un proyecto valioso de tomar en cuenta. Pero, no se imaginaron cuánto duraría el estado para llevar a cabo tal obra. De hecho, la construcción se inició hace 13 años -¡cómo pasa el tiempo diría alguien!- cuando en el 2005 una empresa taiwanesa la empezó. Luego, ante la decisión de abrir relaciones con China continental (lo que nos trajo el estadio nacional), los taiwaneses se fueron -si bien me acuerdo la obra era parte de la cooperación con Costa Rica del gobierno chino de Taiwán- y empezó la tragedia: desde el 2008, cuando se fueron los taiwaneses, todo tipo de atrasos ha sido la regla.

Para noviembre del año pasado, el estado costarricense había gastado $213 millones en dicha obra y, a la fecha, sólo está concluida en un 83%. Ante ese estado de cosas, ya el MOPT ha anunciado que requiere de $123 millones adicionales y que le tomará tres años más para concluirla (si Dios quiere...aunque con la eficiencia gubernamental, hay que hacerle la cruz). Eso es lo que se requiere para concluir el llamado paso de 29 kilómetros entre Sifón de San Ramón y La Abundancia de San Carlos. Por eso, el MOPT, por octava vez, le pide a la Contraloría que le apruebe una ampliación al contrato firmado en el 2008 con la empresa Sánchez Carvajal.

¿Se inició esa obra se inició sin tener todos los planos debidos y se comprobó la aptitud del terreno en donde se harían las obras? Lo pregunto porque, en gran parte, el atraso se ha debido, además de ampliaciones inicialmente no consideradas, a que “desde su inicio, la obra ha enfrentado cambios en los diseños, modificaciones contractuales, presiones vecinales, atrasos en las expropiaciones, conflictos con ambientalistas y hasta denuncias por supuestos actos de corrupción.”

Así, no extraña que la presidenta de la Asociación Pro-Carretera Naranjo-Florencia, diga que “nos sorprende que después de cuatro años, la Administración aduzca que no tiene ni los diseños, especialmente del puente atirantado, y que ahora diga que el monto que falta es de $123 millones.” Este asunto del puente atirantado vale la pena destacarlo, pues, según el artículo citado, se necesitaron estudios topográficos y geológicos que tomaron dos años, debido a que “la zona donde se empezó a construir el puente original tiene suelos de mala calidad y una concentración de agua importante, lo cual provoca que el suelo se desplace ligeramente.” La pregunta es ¿por qué, con base supongo en planos existentes iniciales, se empezó la obra que luego se descubrió que estaba fallida? Uno se imaginaría que, para hacer un puente de importancia, en donde se concentra mucha agua, se hiciera el debido estudio de suelos con el detalle técnico necesario, y no que se descubra el serio problema, como sucedió por los trabajadores, al construirse los bastiones de acuerdo con los planos iniciales.

Pero, así es la ineficiencia estatal. Y no se inquieten ante esto: al terminarse la obra, todos los costos -reales ante la subestimación inicial- serán pagados por todos los costarricenses contribuyentes del fisco, pues quienes usarán la nueva vía no pagarán directamente por su uso, como debería ser (aun cuando no hubiera costado ese montón de dólares iniciales).

Publicado en mis sitios de Facebook jorge corrales q y Jcorralesq Libertad, el 18 de mayo del 2018.