QUÉ PASA CUANDO UN ESTUDIANTE DE MAESTRÍA EN ADMINISTRACIÓN DE NEGOCIOS CREADO EN LA CHINA COMUNISTA LEE A HAYEK

Por Barry Brownstein
Fundación para la Educación Económica
Jueves 19 de abril del 2018


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra en roja y subrayada, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/what-happen...a-reads-hayek/

Mis estudiantes chinos comprendieron -tal vez mejor que muchos estadounidenses- el regalo que los fundadores de los Estados Unidos le heredaron a la humanidad.

Imagínese haber nacido durante la sangrienta Revolución Cultural en China y crecer en un país con poca libertad económica o personal. Pocos ciudadanos chinos tenían conocimiento de que los derechos humanos no son otorgados por el gobierno y, aquellos pocos que lo sabían, no lo podían decir. Pocos sabían que el gobierno no es la fuente del progreso económico y, de nuevo, aquellos que lo sabían, no podían compartir plenamente su conocimiento.

Ahora, imagínese que usted tiene alrededor de treinta y tantos años de edad, viajando a los Estados Unidos para empezar estudios de una Maestría en Administración de Negocios. En la primavera de 1999, di clases de economía en la Maestría en Administración de Negocios, a una cohorte de 30 de tales estudiantes chinos.

La clase estaba dividida entre estudiantes de Pekín y de Shanghai. Los estudiantes de Shanghai -habiendo tenido mayor experiencia con el impacto beneficioso de la liberalización de los mercados- estaban más dispuestos a abrazar las ideas del liberalismo clásico.

Había una mayor posibilidad de que los estudiantes de Pekín creyeran en un papel mayor para el gobierno. Esta división entre los estudiantes de Pekín y los de Shanghai se hizo más evidente en una discusión en la clase, después de leer de Hayek “El Uso del Conocimiento en la Sociedad” (“The Use of Knowledge in Society;”) cuya lectura condujo a una discusión acerca de la planificación central.

Un estudiante de Pekín fue tajante, “Esta teoría no es aplicable para China –China es un país relativamente pobre y, en un país pobre, el gobierno necesita planificar.”

Un exasperado estudiante de Shanghai respondió, “Usted se equivoca, la planificación central es precisamente la razón de por qué China es comparativamente pobre.”

Las ideas de Hayek eran tan provocadoras, que pronto la clase entera se había unido a la discusión; las dos facciones empezaron a gritarse entre sí en idioma mandarín. Alguien, preocupado por la bulla, llamó al servicio de seguridad. Los estudiantes redujeron el tono, pero las ideas de Hayek habían dejado su huella. Estoy seguro de que esos estudiantes tienen una memoria indeleble en torno a esa clase.

LA LUZ CONTINÚA

Recientemente, buscando en una caja que contenía ensayos de antiguos estudiantes, uno escrito por un alumno en la clase de 1999 capturó mi interés. Habiendo pasado casi veinte años, al leer el ensayo de ese estudiante, su claridad me cautivó.

El escritor del ensayo hizo la observación de que “siempre me asombró la gran riqueza que los Estados Unidos han creado, en un período breve de historia en comparación con aquella de China.” Anteriormente, él atribuía el éxito de los Estados Unidos a “sus recursos abundantes, a su juventud y a su población talentosa proveniente de todo el mundo.”

El gobierno chino, explicó él, tenía excusas fáciles ante sus fracasos: “Por otra parte, yo adscribí el lento progreso de China a su escasez de recursos naturales, al peso de una larga historia de feudalismo y a una pobre educación de la población. Mi punto de vista era muy similar al que nos explicaba el gobierno.”

Durante el curso del semestre, el estudiante narra cómo llegó a ver que “los individuos son la fuente de la grandeza de la nación, no el gobierno.”

Sus estudios de Hayek, Mises, Kirzner y Rothbard le dieron lentes nuevos para examinar, con un ojo crítico, a la Constitución China. Él vio que su fundamento, otorgando poderes al gobierno antes que derechos a los individuos, era exactamente lo opuesto al cimiento de la Constitución de los Estados Unidos.

El artículo 1 de la Constitución de China (Chinese Constitution) afirma que el sistema chino es socialista: “El sistema socialista es el sistema básico de la República Popular China. Está prohibido el sabotaje del sistema socialista por cualquier organización o individuo.” También, el artículo 1 introduce el concepto contradictorio de una “dictadura democrática” que guiará al país.

La Constitución China estipula algunos derechos para la gente. Por ejemplo, el artículo 35 aparentemente otorga libertad de expresión: “Los ciudadanos de la República Popular China disfrutan de libertad de expresión, de prensa, de reunión, de asociación, de marchar y de manifestarse.”

A pesar de lo anterior, cualesquiera libertades otorgadas no tienen sentido, al ser eliminadas en el artículo 51, el cual cubre todo; “El ejercicio de los ciudadanos de la República Popular China de sus libertades y derechos, no puede infringir los intereses del estado, de la sociedad y del colectivo, o las libertades y derechos legales de otros ciudadanos.”

A pesar de que los artículos 38 y 39 garantizan “La dignidad personal de los ciudadanos... [y que] el hogar de los ciudadanos de la República Popular China es inviolable,” no existía libertad para oponerse al asesinato de millones de ciudadanos chinos por Mao, pues hacerlo así infringiría los “intereses del estado.”

No hay libertad hoy en China para oponerse al nombramiento de por vida del presidente Xi Jinping. La Constitución China fue recientemente reformada para elevar la supremacía del “Pensamiento de Xi Jinping acerca del Socialismo con Características Chinas para una Nueva Era,” en la guía de la nación.

“El Pensamiento de Xi Jinping” permea todo, incluyendo a la religión (religion) y a las artes. Recientemente, los principales actores y directores de China fueron enviados a un entrenamiento (sent for training) acerca de cómo “exaltar nuestro Partido, nuestro país, nuestra gente y nuestros héroes.”

En otras palabras, el interés del “estado socialista” dirigido por Xi, es fundamental. No existe libertad, cuando el interés del gobierno está de primero.

El artículo 51 coloca a la sociedad y al colectivo por encima de los individuos. Hoy en día, en las ciudades universitarias, los estudiantes que promueven la prohibición de un discurso “dañino,” ¿se sentirían cómodos con la Constitución China?

Puedo imaginar a mi antiguo alumno gritándoles a los estudiantes estadounidenses contemporáneos: ¿Tienen ustedes la mínima idea acerca de las libertades ganadas a duras penas, a las que ustedes están clamando por renunciar?

LA BASE REVOLUCIONARIA DE LOS ESTADOS UNIDOS
La clase de 1999 de estudiantes chinos comprendió -tal vez mejor que muchos estadounidenses- el regalo que los fundadores de los Estados Unidos le heredaron a la humanidad. Que los derechos humanos son evidentes en sí mismos, inalienables, y que se originan en los individuos, es una idea poderosa que golpeó, tal como lo puso otro estudiante en esa clase, como “un rayo a través de mi mente, por mucho tiempo cerrada.”

Para el escritor del ensayo y para muchos en su clase, las palabras inmortales de Jefferson fueron sagradas: "Sostenemos estas verdades como evidentes por sí mismas: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su creador con ciertos derechos inalienables; que entre ellos están la vida, la libertad, y la persecución de la felicidad."

Rose Wilder Lane, en su libro The Discovery of Freedom (The Discovery of Freedom) explica brillantemente el carácter único de la idea de los Estados Unidos. Del libro de Lane, el escritor del ensayo citó: “Esta base revolucionaria es el reconocimiento del hecho de que los derechos humanos son derechos naturales, nacidos en cada ser humano con su vida, e inseparables de su vida; ninguno de los derechos y libertades pueden ser otorgados por poder alguno sobre la tierra.”

Lane continúa,

“El verdadero rumbo revolucionario, que debe seguirse en busca de un mundo libre, es un proceso cauteloso, experimental, para disminuir aún más los usos de la fuerza que los individuos le permiten al Gobierno; para incrementar las prohibiciones para la acción del Gobierno y así reducir el uso de la fuerza bruta en los asuntos humanos.”

Sin duda, mi antiguo estudiante se siente abatido, porque el autoritario Xi está aumentando el uso de la fuerza gubernamental en China.
LA PLANIFICACIÓN ES CONTRA PRODUCTIVA

Los estudiantes chinos en esa clase de economía en 1999, empezaron sus estudios de Maestría en Administración de Negocios tal como el escritor del ensayo, el cual explicó que “tuve problemas para concebir un orden económico o social que no hubiera sido hecho deliberadamente con un propósito específico.” “La planificación gubernamental,” le parecía a él, era necesaria para “lograr el orden y la coordinación de lo que alternativamente serían condiciones económicas caóticas.”

Leer de Hayek, “El Uso del Conocimiento en la Sociedad,” le convenció de lo contrario. Él escribió. “La planificación central ignora sus requisitos imposibles de conocimiento. Eso demandaba que todos los fragmentos de conocimiento existentes en mentes diversas, fueran reunidos en una mente, una hazaña que requería que una mente única procesara el conocimiento, muy en exceso de lo que alguien alguna vez podría comprender.”

El estudiante se dio cuenta, al citar a Hayek de su libro Derecho, Legislación y Libertad, Vol. 2 (Law, Legislation and Liberty, Vol. 2), que no hay necesidad de estar de acuerdo en los objetivos: “La Gran Sociedad surgió a través del descubrimiento de que los hombres pueden vivir juntos en paz y mutuamente beneficiarse entre sí, sin estar de acuerdo en los objetivos particulares que ellos individualmente persiguen.”

Después de leer a Kirzner y a Mises, el estudiante escribió:

“Las oportunidades de beneficios puros emergen constantemente, al cometerse errores por los participantes en el mercado en un mundo cambiante... Es tan sólo mediante este proceso de detección y corrección del error, como se mantiene a las intuiciones empresariales razonablemente al corriente de los cambios en los gustos de los consumidores, las disponibilidades de recursos y las posibilidades tecnológicas... Sin empresarios no sólo los mercados fallarían en coordinar, sino que también fracasarían en innovar, resultando en el estancamiento... El mercado libre debe depender de este proceso de descubrimiento empresarial, debido a su carácter socialmente benigno.”

Yo califiqué anónimamente los ensayos de los estudiantes, de forma que desconozco el alcance de la carrera del estudiante cuyo ensayo he citado aquí. Quisiera pensar que él y los otros en su clase han proseguido las oportunidades empresariales y que están logrando que el mundo sea un lugar mejor. Durante esa primavera de 1999, este estudiante descubrió la libertad, Con el conocimiento que él adquirió, podría estar indeleblemente cambiando las vidas que él toca. Tal es el poder de la educación económica.

Barry Brownstein es profesor emérito de economía y liderazgo en la Universidad de Baltimore. Es autor de The Inner-Work of Leadership [The Inner-Work of Leadership]. Para recibir los ensayos de Barry, suscríbase en Mindset Shifts.