Le aconsejo leerlo para entender tan importante concepto que nos explica muchas cosas de la actualidad político-ideológica. Se trata de “la misma mona” pero con distinto traje.

¿QUÉ ES EL “MARXISMO CULTURAL”?

Por Devin Foley
Intellectual Takeout
26 de setiembre del 2017


El término está circulando mucho en estos días.

Desde el punto de vista Marxista, el mundo está compuesto de opresor y oprimido. Tal como el propio Marx lo afirma en El Manifiesto Comunista,

“Toda la historia ha sido una historia de luchas de clases.”

Continúa él:

“Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, nobles y siervos, maestros jurados y compañeros; en una palabra, opresores y oprimidos, en lucha constante, mantuvieron una guerra ininterrumpida, ya abierta, ya disimulada; una guerra que termina siempre, bien por una transformación revolucionaria de la sociedad, bien por la destrucción de las dos clases antagónicas.”

Durante la mayor parte del siglo XX, la mayoría de los estadounidenses habrían pensado del Marxismo como la batalla entre la burguesía y el proletariado, entre los que tienen y los desposeídos, entre los capitalistas y los trabajadores.

“La burguesía ha ejercido en la Historia una acción esencialmente revolucionaria. Allí donde ha conquistado el Poder ha pisoteado las relaciones feudales, patriarcales e idílicas. Todas las ligaduras multicolores que unían el hombre feudal a sus superiores naturales las ha quebrantado sin piedad para no dejar subsistir otro vínculo entre hombre y hombre que el frío interés, el duro pago al contado.”

“Las armas de que se sirvió la burguesía para derribar al feudalismo se vuelven ahora contra ella.”

“Pero la burguesía no ha forjado solamente las armas que deben darle muerte; ha producido también los hombres que manejan esas armas: los obreros modernos, los proletarios.”

En muchas formas, los argumentos de Marx fueron planteados en términos económicos, lo que es posiblemente la manera en que la gente piensa acerca de sus escritos. Pero, de hecho, fueron mucho más profundos.

Marx no era tan sólo acerca de cambiar al orden económico; él buscó cambiar a la sociedad entera. Sus adherentes, ya sea en Rusia, Cambodia, China, Corea del Norte o Cuba, voltearon el orden social en donde tomaron el poder –a menudo con resultados desastrosos, con millones, e incluso decenas de millones, de muertos.

Hoy, si bien ha caído la Unión Soviética y países como China y Vietnam están permitiendo mucha, mucha, mayor libertad, el espíritu del Marxismo aún continúa vivo en Occidente, particularmente en la academia.

Realmente en estos días usted no escucha mucho acerca de la burguesía o del proletariado, pero puede ver el paradigma de opresores versus oprimidos, que es enseñado en las clases y objeto de discusión en muchos encuentros culturales y políticos. De esta forma, ha nacido el término “Marxismo Cultural.”

Dentro de esa perspectiva acerca del mundo, aun cuando difícilmente sus adherentes utilizan esa etiqueta sobre ellos mismos, uno divide a la gente en dos campos diferentes. Por ejemplo, la hetero-patriarquía es la opresora, en tanto que los gais y las mujeres son los oprimidos. Por tanto, la hetero-patriarquía debe ser derribada. A los hombres blancos en los Estados Unidos se le considera como los opresores de las personas de color, por tanto, deben ser abatidos. Se considera a la civilización de Occidente como la opresora y la imperialista, por tanto, debe ser derrocada. La Cristiandad, que era dominante y, por tanto, la opresora, debe ser destruida. Y eso constituye el pensamiento para crear la igualdad y la nueva forma del paraíso proletario.

El comportamiento individual no es juzgado, sino que el individuo es juzgado por el grupo con el cual se le identifica. La justicia ya no es más la idea tradicional de “darle a cada cual lo que le corresponde,” la que juzga las acciones individuales, sino, más bien, derrocar a los opresores y elevar a los oprimidos.

Sin embargo, lo que es fascinante son los conflictos internos que surgen de una visión del mundo probablemente simplista, binaria. Una vez que se remueve de la escena a la hetero-patriarquía Cristiana, usted enfrenta algunos dilemas exquisitos. Por ejemplo, los musulmanes, los gais y las mujeres son oprimidos por la hetero-patriarquía Cristiana, blanca. Pero, ahora bien, ¿qué posición tomar si no hay una hetero-patriarquía Cristiana, blanca? En otras palabras, ¿usted se adhiere con los musulmanes cuando están ejecutando a gais, o apoya a los gais cuando están intentado derribar la cultura Musulmana? Al escoger un lado, usted se convierte en el opresar de uno o del otro grupo oprimido.

Por tanto, podemos observar las convulsiones que se están dando entre académicos y otra élite, en lo que tiene que ver con los conflictos sociales que toman lugar en Europa, debido al influjo de migrantes musulmanes. Por una parte, a fin de hacer penitencia por los errores de la civilización Occidental, los europeos deben ayudar a los varones musulmanes oprimidos, pero, resulta que esos hombres traen consigo sus puntos de vista de opresión a las mujeres y a los gais. Debido que la hetero-patriarquía Cristiana ya ha sido derribada del poder, aquellos que se alinearían con una visión cultural Marxista del mundo, se ven confrontados con el desafío propio, de tener que oprimir a los oprimidos para defender a otros oprimidos.

Si bien puede ser que aquellos etiquetados de Marxistas culturales correctamente señalan ciertas injusticias en la sociedad, debemos preguntarnos si tal visión binaria de mundo, de opresores y oprimidos, es en lo que creemos y lo que queremos, y si, en realidad, ofrece las soluciones correctas. ¿Quiere usted ser juzgado por el grupo con el cual se le identifica o por sus acciones individuales? En última instancia es el tema al cual nos enfrentamos.

Devin Foley es el cofundador y ejecutivo principal de Intellectual Takeout y graduado de Hillsdale College, en donde estudió historia y ciencia política.