¿Qué podemos aprender del sistema socio-económico de Suecia?

¿ES SUECIA SOCIALISTA? NO, PERO...

Por Jon Henschen
Fundación para la Educación Económica

Lunes 5 de marzo del 2018


NOTA DEL TRADUCTOR: Para utilizar los ligámenes de las fuentes del artículo, entre paréntesis, con letra en roja y subrayada, si es de su interés puede verlo en https://fee.org/articles/is-sweden-socialist-no-but/

De hecho es un país muy pro-capitalista, pero hace una redistribución por medio de impuestos.

El mito de que Suecia es un paraíso utópico en donde todos los problemas sociales se han resuelto y que usted puede lograr un alto crecimiento económico con impuestos elevados, ha sido proclamado por Bernie Sanders (been touted by Bernie Sanders), así como por muchos miembros de la generación del milenio que le siguen.

LA ECONOMÍA SUECA

Los días de gloria económica de Suecia tuvieron su lugar antes de la década de 1960, cuando tuvieron una economía libre, de baja regulación y mucha riqueza. Entre 1870 y 1950, Suecia tuvo el crecimiento del ingreso per cápita más elevado de todo el mundo y se convirtió en una de las naciones más ricas, tan sólo detrás de Suiza, los Estados Unidos y Dinamarca.

Durante la década de 1960, Suecia empezó a redistribuir la riqueza, lo que frenó la creación de riqueza. Para mediados de las década de 1990, el país tenía problemas económicos crecientes debido a que continuó distribuyendo una riqueza que no estaba creando. Fue en esta coyuntura que muchos ricos (incluido los miembros del grupo ABBA) y empresarios estaban saliendo de Suecia. En 1994, Suecia empezó a implementar las siguientes medidas, diseñadas para revertir esa tendencia:

  • Reducir la regulación
  • Reducir el gasto gubernamental
  • Reformar sus programas de bienestar
  • Encoger al gobierno

Suecia ha continuado por este camino durante los últimos 24 años, lo cual le trajo una modesta tasa de crecimiento, pero ni siquiera tan robusta como fue en los niveles previos a 1960, debido a que los impuestos gubernamentales continúan siendo altos.

Muchos miran a Suecia como socialista. No obstante, de hecho es un país muy pro-capitalista, pero hace una redistribución por medio de impuestos. El ingreso personal está gravado con una tasa del 61.85 por ciento, más un 7 por ciento de tasa del impuesto a la seguridad social para los empleados. Por encima de estos impuestos, también Suecia tiene un impuesto al consumo del 25 por ciento. A cambio de estos sacrificios de su libertad financiera, esto es lo que Suecia le ofrece a sus ciudadanos en beneficios:

  • Pensión
  • Cuidado de la salud
  • Seguro de desempleo
  • Educación hasta un nivel de doctorado
  • Centros de cuido infantil
  • Permisos de ausencia muy generosos con beneficios que incluyen: educación hasta por 6 meses, empezar una empresa propia hasta por 6 meses, permiso parental hasta por 16 meses, con un 80 por ciento de la paga durante el lapso en que no se labora.
  • 16 días feriados (10 de estos son días feriados tienen una base cristiana, aun cuando sólo el cinco por ciento de la población asiste regularmente a la iglesia).
EL CUIDO DE LA SALUD EN EL REINO DE SUECIA

Naturalmente, casi todo mundo toma plena ventaja de estos beneficios. Johan Norberg, autor e historiador, afirma que, si bien Suecia es uno de los países más saludables, también tiene una de las tasas de licencias por enfermedad más altas de Europa, debido a que los suecos reciben el 80 por ciento de su salario mientras están en la casa.

¿De dónde vienen las tecnologías para el cuidado de la salud y las medicinas? Casi todo ello es inventado y aplicado en los Estados Unidos, en un mercado de la salud competitivo.

No obstante, Norberg hace una advertencia a aquellos que pondrían en práctica un sistema de cuido de la salud “gratuito,” similar al programa sueco de pagador único.

En Suecia, el gobierno trata de poner un precio a la salud cercano a cero, de forma que la demanda es ilimitada. No obstante, los recursos son limitados, resultando en el racionamiento del cuidado de la salud. La norma son largas filas de espera. Abundan las historias de personas con enfermedades tales como cáncer en el cerebro, a las que se les dice que tendrán que esperar por el tratamiento, hasta que dispongan del equipo y doctores listos para ellos.

Como los canadienses, muchos irán a otros países para obtener el tratamiento a tiempo. El economista Andreas Bergh explica que los suecos son saludables, no por el sistema de cuidado de la salud, sino porque comen comidas saludables y porque son físicamente activos.
IMPUESTOS E INMIGRACIÓN

Un aspecto de los impuestos en Suecia que no es bien conocido, es que, mientras que los impuestos son altos sobre la mano de obra, son relativamente bajos para las empresas (22 por ciento) y el capital. Mantener bajos los impuestos a las empresas y al capital hace que ellas se abstengan de irse a otros países. Cambios del gobierno en 1994 desregularon todo, desde taxis, servicios aéreos, ferrocarriles, electricidad, telecomunicaciones y libre elección de escuelas.

El modelo de elección de escuelas abiertas a la competencia en Suecia desencadenaría la ira de los sindicatos de los maestros de los Estados Unidos. Los padres y los estudiantes deciden a cual escuela quieren asistir y todo es pagado por medio de impuestos. Las empresas, los pueblos, los entes de caridad, las iglesias, casi todos y todo, pueden poner una escuela, pero depende de los padres y de los alumnos si es que quieren asistir. Entre más gente elige una escuela en particular, eso determina que esa escuela obtenga mayor financiamiento del gobierno.

El lado fiscal de Suecia ha llegado a convertirse crecientemente en pro libre mercado, calificando en el lugar número 15, mientras que los Estados Unidos califican como décimo octavo. Estas características capitalistas han ayudado a que Suecia conserve su estándar de vida, pero hay nubes negras en el horizonte. La nación tiene una fuerza de trabajo que envejece, junto con una tasa de nacimientos que disminuye (1.67 por cada mujer, muy por debajo del 2.1 necesitados para que una población conserve su población). Décadas sin construcción significativa en las ciudades han resultado en precios de viviendas que se disparan, mientras que los altos salarios dejan a muchos trabajadores no calificados, tanto suecos como nacidos en el exterior, en los límites del mercado de trabajo.

Estos desafíos fiscales se han exacerbado por la inmigración.

Suecia, que tiene una población similar a aquella de Michigan, atrajo a más de 163.000 buscadores de asilo en el 2015 y a 28.939 en el 2016 –más per cápita que cualquier otra nación (any other nation).

Cerca de una quinta parte de su población (10.1 millones) está compuesta de residentes nacidos en el exterior (1.7 millones), mucha de la cual califica para obtener vivienda gratuita y beneficios mensuales en efectivo. El tema primordial con esta nueva cosecha de inmigrantes es que pocos tienen habilidades comerciables o conexiones para ingresar al rígido mercado laboral sueco.

Yaron Brook del Instituto Ayn Rand recalca que, debatir en torno a los beneficios sociales que Suecia ofrece versus el bienestar social y los programas de ayuda social de los Estados Unidos, es irrelevante pues ambos modelos son insostenibles y dirigidos a resultados de esquemas parecidos a los de Ponzi, a menos que haya una intervención significativa del gasto gubernamental. Tal como los Estados Unidos, Suecia está experimentando un crecimiento económico mediocre y de poco progreso, en comparación con los niveles previos de la década de 1960.
VALORES Y LIBERTAD

Para Bernie Sanders y para miembros de la generación del milenio que le siguen, una pregunta que debe hacerse es, “¿Quiere usted ser maduro y tener la responsabilidad personal de administrar su propia vida o ceder sus libertades financieras y que se le cuide como en la presentación de Obama ‘La vida de Julia’?” La narrativa fue una presentación de diapositivas que siguió a Julia, un carácter caricaturizado de una madre soltera, desde los 3 años hasta los 67, la cual explicaba cómo las políticas de Obama, desde el programa Head Start hasta el Obamacare y hasta la cobertura obligada de contracepción hasta la reforma al Medicare, le brindarían a Julia una mejor vida.

Los valores estadounidenses históricamente han sido acerca de auto-suficiencia, responsabilidad personal y libertad. Pero, la sociedad está cambiando y la estructura familiar nuclear, que en una época permitió a los individuos crecer y progresar, está cediendo su lugar (is giving way).

Si esta tendencia continúa, pronto los estadounidenses se encontrarán a sí mismos dentro de un sistema como el de Julia, en donde el gobierno cuida de ellos –desde el nacimiento hasta la tumba.

Reimpreso de Intellectual Takeout.

John Henschen es presidente de Henschen & Associates, una firma basada en Twin Cities, que empata a consejeros financieros con intermediaros de valores independientes. Él ha aparecido en numerosas publicaciones financieras, incluyendo al Wall Street Journal, Noticias Bloomberg, Reuters y el New York Post.