EL ESTADO INEFICIENTE-MALOS CÁLCULOS QUE TENDREMOS QUE PAGAR

Por Jorge Corrales Quesada

La planta hidroeléctrica Toro 3, ubicada en Venecia de San Carlos, resultó que costó $90 millones más de lo inicialmente presupuestado, pues de un monto señalado en el 2006 de $104.1 millones, al concluirse en el 2012 habría costado $194.1 millones. Esta planta de 50 megavatios de capacidad instalada, la desarrollaron el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) junto con la empresa eléctrica de Cartago conocida como JASEC, por medio de un fideicomiso a cargo del Banco de Costa Rica.

La Contraloría General de la República señaló la responsabilidad de esas empresas productoras de electricidad, al indicar que “hubo una débil evaluación financiera y económica del proyecto.” Eso me llama la atención, pues una cantidad significativa de plantas productoras de energía han terminado costando más de lo que inicialmente se estimó; o sea, dicha debilidad no es que no calzó lo presupuestado con lo que costó, sino que siempre el costo fue mayor del considerado y nunca hubo un error en donde lo estimado fuera mayor a lo que costó en la realidad. ¡Qué raro! Y más sorprende que, al ser tan frecuente la subestimación de gastos, no se aprenda la lección para que no se presente en nuevas obras similares: el tal “error” se repite una y otra vez.

Dice el informe de la Contraloría que el ICE “no utilizó prácticas apegadas a criterios y técnicas aceptadas de evaluación de proyectos, al elaborar los flujos de caja de inversión y operación de la evaluación financiera y económica del estudio de factibilidad del 2006.” Y el artículo de La Nación del 5 de diciembre, titulado “Contraloría achaca mal cálculo a ICE y JASEC,” agrega: “en el flujo de las inversiones, por ejemplo. el ICE no incluyó los costos financieros o de oportunidad del capital invertido. En la evaluación a precios corrientes, también omitió el incremento previsible en los precios de los insumos de la construcción de la planta.” Ambas cosas, agrego yo, son de elemental consideración en ese tipo de estudios.

El aumento de un 86% sobre el costo estimado del proyecto, según la Contraloría “se debió al pago de mano de obra y costos indirectos como alimentación, transporte y hospedaje del personal técnico durante tres años de período constructivo entre el 2011 y el 2013.” Casi que uno debe cuestionarse si es que el ICE no creyó en que esos gastos lógicos no se presentarían, como si tales servicios serían brindados gratuitamente in situ por técnicos bien alimentados con sus fondos personales.

Ah, y no olviden que ese costo mayor de un 86% será trasladado a los consumidores cautivos de ambas entidades. ¡Qué bonito es no ser responsable y no tener que asumir los costos por estas graves omisiones! Pero, es que ya saben que el estado nos los trasladará como gastos que tendremos que sufragar con las tarifas de la electricidad, ya de por sí cara, de nuestro país.

Publicado en mis sitios jorge corrales quesada y Jcorralesq Libertad el 17 de enero del 2018.