EL ESTADO INEFICIENTE-CUANDO LAS PRIORIDADES ESTÁN “PATAS P’ARRIBA”

Por Jorge Corrales Quesada

Los costarricenses dedicamos una cantidad sustancial de recursos a la educación. Tan sólo para la educación pública, destinamos un 8% del valor de toda la producción de la economía en el año, pero, a eso, agréguele los gastos que muchos ciudadanos hacen en educación privada, distinta de la estatal, que creo que es también un monto elevado.

En lo referente al gasto gubernamental en educación, hay signos de que los recursos no se usan eficientemente en comparación con lo posible, tal vez porque los burócratas los conciben como “infinitos”, pues, como tales, dichas actividades son pagadas por los contribuyentes en el país y no del bolsillo de quienes deciden hacerlas.

Por esa razón, seguiré insistiendo en que el problema de nuestra educación no parece ser la falta de plata -para ponerlo en sencillo- sino que los resultados de una mejora no parecen lograrse, lo cual es sería lo esperable en cuanto a calidad y resultados de la educación, al dedicar la sociedad más recursos a aquella. Parece campear la mediocridad, incólume en diferentes mediciones que se han hecho y que se han reseñado públicamente acerca de nuestro sistema educativo.

Pero, para echar sal en la herida, para molestarnos más ante lo que parece ser un desperdicio de recursos, ahora el ministerio de educación decide declarar a la enseñanza del billar y del pool en nuestros colegios, como algo de interés educativo por un plazo de tres años.

Por supuesto, eso significará que las juntas administrativas de los colegios, con recursos públicos -plata nuestra- tendrán que comprar mesas y demás aditamentos, además de que, según se informó en cierto momento, se contratarían 100 personas para impartir aquellos cursos. O, es que creyeron que voluntarios gratuitamente se harían cargo de enseñar esos deportes. Simplemente más burocracia en el MEP.

El argumento principal esgrimido para que el pool y el billar sean parte del currículum educativo en nuestros colegios, es que contribuye al desarrollo mental de los estudiantes, pero creo que eso es hilar muy delgado al atribuir tal cualidad a un deporte que, como tal, no parece aportar mucho, ante alternativas mejores, a la educación del estudiante. A nadie, por ejemplo, se le ha ocurrido hacer obligatoria la enseñanza del ajedrez o del go oriental, ambos de enorme impacto mental, o, tal vez, que se practiquen deportes que requieran tanto de habilidad mental como física, dado el sedentarismo que uno observa entre los jóvenes de hoy. Según algunos, el rendimiento académico de los jóvenes mejoraría con clases de pool o billar. Puede ser así, pero lo mismo puede afirmarse de muchos otros deportes, como el ajedrez, el go, antes citados, y casi que, en general, cualquier deporte, físico o mental.

¿Es que acaso las necesidades esenciales para obtener una buena educación, pasan por recibir clases de pool o billar? Hay otras cosas elementales en nuestra educación de las cuales se carece en nuestro país y que bien podrían ser apropiadas que se solventen, en vez de tirar ese presupuesto al pool o al billar. Así, es esencial sacarle partido al artículo que La Nación publica en su edición del 13 de enero, titulado “Niños aún utilizan escusados de hueco en 61 escuelas: En Costa Rica hay 583 centros educativos sin suministro de agua potable y 59 sin electricidad.” Escusados de hueco, falta de agua; carencia de luz... por Dios, y ante tanto la mentalidad burocrática del MEP dedica su atención a dotar a colegios con clases de pool o billar. Me pregunto, ¿cuántos centros educativos no tienen bibliotecas o un surtido decente de libros e incluso de canchas para hacer deporte físico?

Da cólera saber de esas pretensiones de usar recursos de todos los ciudadanos en clases de pool o billar, a la vez que, según datos del propio MEP -el mismo que impulsa esas “clases”- en su informe Infraestructura en escuelas y colegios públicos, 2017, “hay 61 centros educativos que todavía tienen escusado de hueco para las necesidades fisiológicas de alumnos y docentes.” Y hay más: existen muchas escuelas que no tienen agua potable: un total de 582 en nuestro país -¡qué vergüenza!- “en donde no hay infraestructura para asegurar la potabilidad del agua y deben tomarla de pozos o ríos.”

Con sabia razón, don Darner Mora, del laboratorio de aguas de Acueductos y Alcantarillados, nos llama la atención, al aseverar que “toda escuela” puede convertirse en un centro de contagio de enfermedades, por lo que “debe tener un servicio sanitario con lavatorio, agua y jabón para lavarse, y evitar así la propagación de enfermedades por la cantidad de niños y personas que allí conviven. Esto limita el ciclo ano-mano-boca, el cual es el principal mecanismo de transmisión de enfermedades de origen intestinal.” Ojalá que los burócratas del MEP lean lo que bien dice don Darner y piensen más bien en dedicar más recursos a este serio problema, en lugar de hacerlo en vagabunderías obligatorias como juegos de pool o billar.

Y sigue el desvarío: “El 25% de las computadoras de los centros educativos del país no disponen de Internet, y de las 33.000 que sí la tienen, la mayoría posee conexiones entre 1 a 2 megabits, según el último informe del Estado de la Nación... Esta velocidad está entre las más lentas del mundo...” Tengo entendido que en la SUTEL hay fondos producto de impuestos para el desarrollo de este tipo de tecnología moderna, pero aún están sin usarse para ese fin. Están ociosos. Bueno, qué se puede esperar: es parte de ese mismo estado ineficiente.

Agrega el medio, “hay 11.500 ordenadores en escuelas y colegios, desde los cuales es imposible conectarse al ciberespacio y acceder a sitios web.” Todo ello en medio de tanta hablada de políticos de segunda, acerca de la necesidad de una educación para el presente y el futuro tecnológico; al salir del sexto grado los estudiantes por poco y salen analfabetos, ahora agregue que serán analfabetos tecnológicos. ¡Por Dios!, pero dedicamos recursos al pool y al billar en nuestros colegios.

Termino con enorme desazón porque ni siquiera me refiero al tema general de la calidad física de nuestras escuelas y colegios –además del incumplimiento del MEP para construir muchos pendientes, aunque para eso dispone de fondos emprestados en el exterior. Nos motiva la ira, al ver que en el MEP se promueve la educación en pool o billar y lo básico, lo esencial, se encuentra en abandono en muchos centros educativos del país. Parece que de la burocracia del MEP brota un canto a la ignorancia y un desprecio por el uso adecuado de los recursos que aporta toda la ciudadanía.

Publicado en mis sitios jorge corrales quesada y Jcorralesq Libertad el 13 de enero del 2018.