EL ESTADO INEFICIENTE-PRODUCIENDO PARA LO QUE NO HAY DEMANDA

Por Jorge Corrales Quesada

Una noticia dolorosa, que no puede pasar inadvertida, la brinda La Nación del 9 de octubre, bajo el título “Sólo 25% de graduados del INA consigue empleo en su campo: Informe del Instituto reconoce baja inserción laboral.” Existía la esperanza de que el INA se convirtiera en una entidad especializada en “producir” jóvenes con una formación técnica adecuada, que les permitiera encontrar un empleo acorde con lo estudiado y que les diera la oportunidad de vivir mejor.

Obviamente, eso requiere que el ente educativo “produzca” gente preparada para empleos en donde, con algún grado de certeza, hay, o se espera que haya, demanda de sus servicios. Lamentablemente, los datos que contiene el informe “Modernización de la Formación Profesional en Costa Rica,” de la Unidad de Planificación Estratégica (UPE) del INA, muestran problemas serios en cuanto a la falta de correspondencia entre las necesidades de demanda laboral técnica en el mercado y la oferta de profesionales preparados por el INA, para que encuentren trabajo una vez egresados.

El problema es serio: los datos muestran una gran caída en la cantidad de técnicos egresados del INA. Así, en tanto que en el 2009 fueron 51.349, en la actualidad son sólo 30.919; esto es, en dicho lapso el número de egresados ha caído en casi un 40%. A pesar de ello, en los últimos seis años el presupuesto del Instituto se incrementó en aproximadamente un 45%. Lo anterior, en palabras sencillas, significa que, por estudiante egresado, el gasto se ha elevado significativamente (muy por encima de la inflación en ese período).

Me preocupa más la explicación que brinda la autoridad principal del INA, señor Minor Rodríguez. Dice “Ahorita, si me preguntan, no sabemos por qué no se insertan” los egresados del INA al mercado laboral. Y, para averiguarlo, la entidad contrató una consultoría con la Organización Internacional del Trabajo por un monto de ₡450 millones. Es de esperar que el INA (pues desde el 2010 la Junta Directiva había reconocido la necesidad de tener ese conocimiento), se hubiera dado cuenta de que los egresados que lanzaba al mercado no tenían trabajo, pues, simplemente, indica que, como un todo, se trata de que la oferta no estaba empatada con la demanda.

Claro, es fácil tratar de explicar, como lo hace el señor Rodríguez, que “en algunos de los sectores es más difícil que los egresados del INA se incorporen al mercado de trabajo, pero en otros es rápido.” La mejor señal de que hay carreras en donde hay mucha demanda, es que más fácilmente se encuentra empleo para los egresados, mientras que, para otras, no es así. La lógica de los responsables del INA debería haber sido, entonces, producir más egresados para actividades que tienen mayor demanda y menos para aquellas con demanda menor. Esto es, rehacer su programa de formación. Con esas declaraciones, el señor Rodríguez confirma el problema y dice conocer los sectores en que hay mayor demanda, mientras que en otros decrece, lo que parece hacer innecesario que se contraten servicios profesionales por ₡450 millones para averiguarlo y, ante todo, que con dicho conocimiento se podría haber renovado debidamente la programación del INA.

El hecho actual es que un 60% de los egresados capacitados por el INA y que entraron allí por estar desempleados, no encuentra trabajo; que sólo el 25% de ellos logra empleo “en una actividad relacionada con lo estudiado” y que, de los alumnos que entraron al INA y que tenían empleo, “un 20% no consiguió colocarse luego de su egreso.” En dos palabras, gran parte de lo que el INA enseña, no sirve para encontrar empleo.

Bien lo señala el señor Franco Pacheco, presidente de la Unión de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (UCCAEP), al expresar que el problema es la oferta académica del INA. Indica el medio que “uno de cada tres empresarios considera que las carreras del INA no corresponden a las necesidades del sector productivo, como lo revela la encuesta Pulso Empresarial del II trimestre del 2017.” Adiciona el señor Pacheco, “el 40% de los empresarios... cree que el sistema educativo técnico no prepara a los jóvenes de forma adecuada para insertarse al mercado laborar,” y agrega el medio que “de esta situación han advertido al INA desde el 2008.”

Esos empresarios son la demanda de esa mano de obra que sale del INA; son ellos quienes mejor podrían decirle al INA cuáles son los sectores que tienen una demanda insatisfecha de mano de obra preparada y cuáles no esperan un crecimiento futuro de esa demanda y, en consecuencia, que las autoridades del INA ajusten su oferta de egresados a sus demandas. De paso, se ahorrarían contrataciones innecesarias de ₡450 millones, para que se revele lo mismo que hoy podrían decirle los empresarios.

Publicado en mis sitios de Facebook, jorge corrales quesada y Jcorralesq Libertad, el 24 de noviembre del 2017.