EL ESTADO INEFICIENTE-PROTECCIONISMO ARROCERO REFORZADO

Por Jorge Corrales Quesada

Si Usted se tragó el cuento gubernamental de que esta administración decidió abrir el mercado del cemento, al ser consciente del elevado costo que para los consumidores significaba el que hubiera sólo dos productores de ese bien y que no era posible importarlo de otros países, en realidad merece el premio de la famosa cajita blanca. Si creyó que facilitar las importaciones de cemento era una necesidad para beneficiar a los consumidores, quienes así podrían comprar un producto tan necesario, lo que estimuló al gobierno a dar espacios para importarlo del exterior, como si hubiera aprendido la lección usual que damos los economistas acerca del libre comercio, pues se merece, en verdad, algo más que esa cajita blanca. Entonces, lo que más bien se podría merecer es lo que hace poco hizo en sentido contrario ese estado hipócritamente “librecambista,” en el caso del arroz.

En el campo del cinismo político cualquier cosa es posible. Puede ser posible compatibilizar un gobierno que dice promover el libre comercio de un producto alegando que lo hace en beneficio del consumidor, pero luego en otro caso hace lo contrario, aunque también nos dice que es para “proteger al consumidor.” Observe los casos del cemento y del arroz.

En cuanto al cemento, poco se debe agregar en torno al alegato gubernamental de que lo hizo así en interés del consumidor: dice que estimuló la competencia ante el duopolio vigente –para reducir el costo al consumidor- pero triste y obscuramente no fue una simple apertura amplia, viable, visible, plena, total, difundida, extendida, sino producto de negociaciones y acciones poco publicitadas con un empresario en particular, previo a que se supiera que estaba ingresando al país cemento desde China, traído por ese importador nacional y financiado ampliamente por bancos del estado.

En cuanto al arroz, afortunadamente La Nación del 25 de setiembre en un artículo titulado “Gobierno fortalece proteccionismo en favor de arroceros: Ejecutivo derogó liberalización de precios y elevó aranceles,” expone una serie de medidas de ese mismo gobierno presuntamente pro-apertura comercial con el cemento, pero que ahora hace claramente lo opuesto: echar para atrás la poca la apertura comercial del arroz.

Mediante una declaración de desabastecimiento de arroz -esto es, de insuficiente producción doméstica- autorizó importar 60.000 toneladas métricas, contingente que se podrá traer al país sin pagar el arancel vigente del 35%. Ante esto el librecambista aficionado podría pensar que la mayor importación es un paso positivo hacia una mayor competencia al traerse el bien a un costo menor que el interno, beneficiando así al consumidor. Pero, hay que hacer una importante aclaración al respecto: esta importación debe pasar por la aprobación del gremio empresarial denominado Corporación Arrocera Nacional (CONARROZ), que con ello se convierte en el importador monopolista. Y, lo más interesante, es que este arroz importado más barato desde el exterior, se asigna y distribuye entre los diversos industriales que participan de CONARROZ, en proporción a las compras que hacen del arroz producido domésticamente, que por definición es más caro.

Con ese arreglo legal, el industrial de hecho es el único que puede venderles a los consumidores un arroz cuyo precio final resulta, en una parte, del más caro producido domésticamente y, en otra, del más barato producido en el exterior. Los consumidores así terminamos pagando un precio superior al que tendríamos que pagar, si hubiera verdadera libertad de importarlo de donde sea más barato.

La cosa no para aquí: el gobierno, a la vez, decretó lo que se conoce como cláusula de salvaguardia, que es un mecanismo del comercio internacional por el cual el país puede, por un tiempo limitado y bajo justificación, poner aranceles proteccionistas a bienes producidos domésticamente. El gobierno pro-comercio libre en cemento, nos aumenta el impuesto -obviamente aumentando el costo al consumidor si el producto se importa- al arroz integral al pasar de un 35% a un 46.76% (un alza de 11.76 puntos porcentuales o un incremento en el arancel del 33.6% -esto es, 41.66%/35% -100, para quienes les gustan los números).

El arroz es el producto de mayor consumo en los presupuestos de los hogares costarricenses y es especialmente significativo dentro del gasto total de los hogares de menores ingresos en la economía nacional. La cosa no es jugando y por eso los beneficios para algunos son multi-millonarios y a costos de los consumidores de menores ingresos, como quedó demostrado en un estudio hecho hace pocos años por el economista Bernal Jiménez Chavarría, así como en otro previo por el economista Ricardo Monge.

La administración anterior había dado algunos pasos hacia una liberalización mayor del mercado del arroz. Los críticos del Tratado de Libre Comercio deben saber que el arroz es uno de los productos que no se liberalizó de inmediato con el TLC, sino hasta dos décadas después de entrar en vigencia ese tratado, así que va llegando la hora del juicio que favorecerá a los consumidores nacionales. Pero, también, se había definido la política liberar el precio del arroz allá en el 2013. Eso es clave entenderlo bien: el arroz importado podría ser adquirido domésticamente por los consumidores si es que era más barato que el producido locamente. O sea, la importación con la liberación del precio daría lugar a una baja en el precio del arroz. Por eso, el gobierno montó una política mediante la cual los precios mínimos de venta se convirtieron simultáneamente en precio máximos: usted no podía vender arroz extranjero más barato, sino al precio mayor puesto por la mezcla del arroz más barato importado por CONARROZ desde el extranjero con el arroz más caro producido domésticamente. Así, naciones que producen y exportaban arroz a Costa Rica, como Uruguay y Argentina, reclamaron por el nuevo arancel prohibitivo y el gobierno, para poder seguir con la jugarreta, les concedió una parte del contingente que permitido de importar sin aranceles.

Para entender la posición proteccionista de este gobierno en algunos casos y presuntamente librecambista en otro, revisemos algunas de las enseñanzas que nos explican el comportamiento de los agentes políticos, provenientes de la rama de la economía conocida como Elección Pública. Nos dice que los gobernantes actúan en función de sus intereses propios -al igual que los restantes consumidores- en donde toman medidas proteccionistas a cambio de aportes que les permitan conservar el poder. Usualmente los grupos que piden protección para sus bienes están formados por pocas personas, en comparación con el resto de los consumidores. El gran beneficio de la protección se queda para algunos pocos, en tanto que el costo se se diluye entre multiplicidad de consumidores, quienes pagan un poco más por el bien (poco, pero por una enorme cantidad de arroz como un todo). A los pocos les resulta el negocio pues el beneficio adicional recibido por la protección supera más que supera el costo en que incurren para lograr la protección de su producto y mantener unido al gremio. Claro, también puede aparecer un gremio de importadores potenciales que está dispuesto a remunerar más al político por una mayor apertura del mercado protegido, pero aquí la lógica de tal esfuerzo descansa en que no se abra tanto a la competencia como para diluir las utilidades potenciales que percibirían. Ahí se los dejo.

Eso sí, el cuento gubernamental de tomar las medidas de apertura por estar a favor de los consumidores, es sólo cierto en el tanto en que esa potencial rebaja de precios les lleve más votantes a su favor y con ello conservar el poder, pero usualmente saben que es más fácil engañar a consumidores con intereses muy esparcidos que a unos pocos empresarios sumamente interesados y por ello tratarán de decir que están a favor de los consumidores, pero, en verdad, no abren plenamente los mercados a una competencia que efectivamente reduzca las ganancias, pues se acabarían las rentas que los políticos perciben a cambio de la protección.

Publicado en mis sitios de Facebook, jorge corrales quesada y Jcorralesq Libertad, el 11 de noviembre del 2017.