BREVES COMENTARIOS EN TORNO AL RECIENTE COMPORTAMIENTO DEL EMPLEO EN LA ECONOMÍA
Por Jorge Corrales Quesada

Es posible que los amigos lectores hayan notado que en los medios de comunicación se informó relativamente poco acerca de los resultados de la Encuesta Continua de Empleo que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), realizó acerca del primer trimestre del 2016.

Una comparación de los resultados de este trimestre con el equivalente del año anterior (primer trimestre del 2015) y con el similar del 2014 -para ver mejor las variaciones anuales y evitar estacionalidades- muestra un panorama actual con algunas cosas positivas y otras negativas, de manera que el análisis debe tomar en cuenta tales matices, a fin de tener una mejor impresión acerca de temas básicos del mercado laboral de nuestro país.

El indicador que se suele observar y comentar con mayor profusión es el comportamiento de la tasa de desempleo abierta; esto es, la estimación del porcentaje de la población que no tiene empleo como porcentaje de la población en edad de trabajar. No tener empleo significa que la persona encuestada no trabajó en la semana en que se realizó la encuesta y que buscó trabajo en las cinco semanas previas.

La tasa de desempleo abierto en el primer trimestre del 2016 ascendió a un 9.5%, lo cual muestra un descenso en comparación con el primer trimestre del 2015, que fue de un 10.1%, pero se puede decir que casi permaneció igual si se le compara con la tasa de desempleo abierto del primer trimestre del 2014, que fue de un 9.8%. Uno con cierta tranquilidad puede decir que el desempleo, como porcentaje de la fuerza de trabajo, se ha reducido, con respecto al equivalente de los primeros trimestres tanto del 2014, como del 2105. Es un resultado que se puede considerar como positivo, si bien, tal vez, aún en un porcentaje alto en lo que posiblemente sea una meta deseable menor para algunas personas.

Esa cifra porcentual tiene un “pero”, un “veremos”. Resulta que hay que dimensionar el comportamiento que ha tenido la fuerza de trabajo en los momentos en los que se compara. El mejor indicador se denomina tasa neta de participación, que es el porcentaje de la fuerza de trabajo con respecto a la población en edad de trabajar. Ello porque la fuerza de trabajo se define como la población en edad de trabajar que, en el momento de la encuesta, se encontraba trabajando o bien que estaba buscando empleo. Así, por ejemplo, si ese porcentaje descendiera, puede deberse a que hubo miembros de la fuerza de trabajo que dejaron de trabajar o de buscar empleo. Por tal razón es útil ver el indicador llamado tasa neta de participación, en conjunto con los datos de la tasa de desempleo abierto.

Una comparación de la tasa neta de participación nos muestra que, mientras fue de un 63.7% en el primer trimestre del 2014; declinó a un 61.8% en el primero del 2015 y cae aún más en los datos para el primer trimestre del 2016, en que resultó ser de un 58.6%. La serie de datos de la tasa neta de participación en la economía nos indica una declinación de ella; posiblemente porque una cantidad creciente de miembros de la fuerza de trabajo ha desistido de buscar empleo; se “rindieron” pues no lo encontraron. No hay duda que tal tendencia es preocupante, porque la razón esencial para dejar de buscar empleo se debe a que no lo encuentran y al rato desisten de buscarlo.

Una medición similar es la llamada tasa de ocupación, que resulta de comparar la población que la encuesta considera empleada, como porcentaje de la población total de 15 años y más. En tanto que este indicador en el primer trimestre del 2014 nos dio un 57.4%; en el primero del 2015 fue de un 55.6% y en el primero del 2016 se reduce todavía más, a un 53.1%. Esto es, estamos en presencia de un descenso en la cantidad de personas con empleo, como porcentaje de la población de 15 años o más. Ello reitera nuestro comentario de un párrafo previo en donde señalamos una tendencia preocupante en el empleo del país.

Por lo anterior, creo que no se deben lanzar campanas al aire celebrando una mejoría de la situación del mercado laboral costarricense, pues hay que tomar en cuenta esa tendencia a un volumen de empleo menor, posiblemente ocasionado por el abandono de la busca de empleo por parte de trabajadores en el país, situación que es crucial que se revierta, principalmente por un aumento del crecimiento económico del sector privado de la economía, tal que se refleje en una demanda mayor de nuestra fuerza de trabajo.

Publicado en mis sitios en Facebook, jorge corrales quesada y Jcorralesq Libertad, el 20 de julio del 2016.